Los murcianos y las brasile?as

Tras los comentarios y pol¨¦micas suscitados en el sector sardinero por el desarrollo del entierro de la sardina 1985, que han sido insistentemente aireados por el peri¨®dico La Verdad, de Murcia, llegando a trascender a otros medios de ¨¢mbito nacional, incluso al peri¨®dico EL PAIS, me siento obligada a escribirle esta carta para su publicaci¨®n, ya que con todo este asunto no se ha hecho otra cosa que distorsionar la realidad de este pueblo y de lo que aqu¨ª ocurri¨® esa noche.Muchos espa?oles saben que el entierro de la sardina es lo m¨¢s importante de las fiestas de primavera de Murcia, adem¨¢s de su colof¨®n; por eso no es extra?o que despu¨¦s de una semana de ambiente festivo, de alegr¨ªa y diversi¨®n, los murcianos estuvieran preparados para recibir la visita tan anunciada de un grupo de brasile?as, pero no s¨®lo preparados, sino expectantes e inquietos por ver a esas "m¨ªticas mujeres", adem¨¢s de otros grupos no menos m¨ªticos. Por ello, no entiendo el enfado, la cr¨ªtica y la distorsi¨®n que de la realidad se ha hecho en torno a la actitud de alguno de los cientos de miles de murcianos y no murcianos que esa noche contemplaron el desfile en un tono festivo y dentro de los cauces normales que toda fiesta suscita.

Adem¨¢s, las brasile?as no s¨®lo son esculturales, sino tambi¨¦n profesionales que est¨¢n acostumbradas en los carnavales de R¨ªo, y all¨ª donde fueren, la reacci¨®n de los hombres, de algunos hombres, ante tales monumentos vivientes y en progresi¨®n.

Sinceramente, no creo que a estas alturas de la historia debamos pensar otra cosa; no olvidemos que estamos a poco m¨¢s de 14 a?os del siglo XXI, donde ya incluso est¨¢ obsoleta la modernidad.

Espero que el resto de Espa?a sepa sacar conclusiones al respecto y sienta la tentaci¨®n de visitarnos el pr¨®ximo a?o en esta fiesta tan tradicional y en esta tierra tan presta a dar de s¨ª lo mejor a sus visitantes.-