Una ef¨ªmera esperanza
E. N.Despu¨¦s de haber logrado la inmensa mayor¨ªa de los votos del colegio electoral brasile?o el pasado 15 de enero, Tancredo Neves dijo en su primer discurso como presidente electo: "Vengo en nombre de la conciliaci¨®n". No logr¨® ir mucho m¨¢s all¨¢. No lleg¨® a. ocupar la presidencia. Fue derrotado por varias intervenciones quir¨²rgicas de urgencia para extirpar un tumor intestinal en un divert¨ªculo y para combatir complicaciones posoperatorias.
Tancredo Nieves logr¨®, en todo caso, armar lo que puede ser la estructura para una dif¨ªcil etapa de transici¨®n entre 21 a?os de r¨¦gimen militar y la tan esperada democracia. De haber asumido efectivamente la presidencia, Neves seguramente habr¨ªa manejado esa estructura con la habilidad. que le caracterizaba. Hubiera tenido que enfrentarse, con toda seguridad, a la ancha, larga y pesada herencia dejada por los militares.
Pero poca gente duda en Brasil que hubiera conseguido sortear los obst¨¢culos.
A lo largo de sus 50 a?os de vida p¨²blica, Tancredo Neves jam¨¢s dej¨® de exhibir una incre¨ªble capacidad para conciliar divergencias y administrar problemas. No demostr¨® jam¨¢s grandes talentos de guerrero. A cambio, fue uno de los m¨¢s eficaces estrategas de las batallas pol¨ªticas de Brasil en medio siglo.
Sin exponerse ni asumir ostensiblemente el mando, supo contar con aliados que le colocaron en posici¨®n favorable en todas las guerras que libr¨®.
Arquitecto o beneficiario de alianzas muchas veces incre¨ªbles, Tancredo Neves altern¨® una intensa vida parlamentaria con el paso por puestos clave en ¨¦pocas decisivas de la historia contempor¨¢nea de Brasil. En la segunda etapa de Getulio Vargas como presidente (19501954), las alianzas entre el partido del presidente -el Partido de los Trabajadores Brasile?os (PTB)- y su adversario de Minas Gerais, el PSD, colocaron a Tancredo Neves como ministro de Justicia en los ¨²ltimos meses del Gobierno. Cuando se produjo el suicidio de Vargas, que conmovi¨® al pa¨ªs, Tancredo Neves era el ministro encargado de apurar una serie de esc¨¢ndalos que involucraban a varios asesores directos del presidente.
Siete a?os despu¨¦s, cuando las fuerzas armadas quisieron impedir que el heredero pol¨ªtico de Vargas, Jo?o Goulart, asumiera la presidencia, las fuerzas pol¨ªticas encontraron una f¨®rmula para impedir el golpe. Se implant¨® en Brasil el sistema parlamentarista. Tancredo Neves fue nombrado primer ministro.
El parlamentarismo tuvo vida corta en Brasil, pero la carrera pol¨ªtica de Tancredo Neves sigui¨® fuerte como siempre. Dej¨® el puesto de primer ministro para transformarse en l¨ªder parlamentario de la alianza que sosten¨ªa al Gobierno de Goulart. Ocupaba ese puesto cuando en 1964 se produjo el golpe que liquid¨® Gobierno y democracia. Pero pese al cargo que ostentaba, Tancredo Neves no fue perseguido.
En los primeros a?os del r¨¦gimen militar, Tancredo Neves tuvo una actuaci¨®n pol¨ªtica discreta. Perteneci¨® siempre al partido de oposici¨®n creado en la dictadura -el Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o (MDB)-. Con el fin del bipartidisrno en 1979, intent¨® crear un Partido de centro derecha. Fracas¨® y retorn¨® con sus antiguos compa?eros, ahora bajo la sigla de Partido del Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o (PMI)B). Bajo la bandera oposicionista del PMDB fue elegido por voto popular gobernador de Minas Gerais en 1982.
Luego de haber organizado complicadas alianzas dentro de su partido, neutralizando a los sectores de izquierda y centro-izquierda, logr¨® ser nombrado candidato a las elecciones del colegio electoral. Un candidato de consenso, es cierto, pero manteniendo su principal caracter¨ªstica como hombre p¨²blico, un candidato de alianzas raras y muchas veces impensables.
Esas alianzas formaron la trenza que es su herencia m¨¢s inmediata al pa¨ªs. Tancredo Neves, que no lleg¨® a ser presidente efectivo, deja un ministerio lleno de nombres que frecuentaron la vida p¨²blica a lo largo de los ¨²ltimos muchos a?os, y salvo una o dos excepciones, frecuentaron la vida p¨²blica alejados de la oposici¨®n. Seguramente hubiera constituido un gobierno conservador, dirigido bajo la imagen de un patriarca tranquilo.
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