Di¨¢logo con 'duende'
En la segunda sesi¨®n de la cumbre flamenca que se celebra estos d¨ªas en Madrid o¨ªmos dos cantes por taranta: uno a Carmen Linares y otro a Juanito Valderrama. Los dos fueron buenos, estuvieron hechos con sentido, pero el de Valderrama me pareci¨® menos importante. Se me dir¨¢ que la taranta es como la hace Valderrama, perfecto conocedor del g¨¦nero, y no voy a ponerlo en cuesti¨®n; lo que ocurre es que Carmen Linares la engrandece sin desvirtuarla, d¨¢ndole una enorme intensidad, un profundo contenido dram¨¢tico.
Nervios de Orozco
Cumbre flamenca: Luces de Chac¨®n, Vallejo y Marchena
Cante: Enrique Orozco, Carmen Linares, Juanito Valderrama, Enrique Morente. Toque: Rafael Riqueni, Pepe Habichuela, Ni?o de Pura, Manolo Sanl¨²car con su grupo. Baile: Manolete con su grupo, Carmen Cort¨¦s con Gerardo N¨²?ez y su grupo.Teatro Alcal¨¢ Palace. Madrid, 24 de abril.
Ocurre tambi¨¦n que Carmen Linares se halla en plenitud de facultades, mientras Juanito Valderrama me dio la impresi¨®n de que a veces no pudo llegar a donde hubiera querido llegar. Pese a ello, fue interesante este retorno ocasional al cante flamenco. Hizo, sobre todo, estilos chaconianos, que domina, en su l¨ªnea extremadamente melodiosa, blanda. Bien las malague?as y la sole¨¢ de Triana; regular las siguiriyas, palo demasiado duro para las cualidades del cantaor. Enrique Orozco no tuvo su noche. Siempre sale muy nervioso a cantar, aunque lleva m¨¢s de medio siglo en el cante, y esta noche no acab¨® de centrarse. Su clase y su sabidur¨ªa se hicieron patentes parcialmente, sin llegar a transmitirnos totalmente ese arte de tant¨ªsimos quilates que Enrique Orozco suele darnos.Enrique Morente, por ¨²ltimo en el cap¨ªtulo del cante, tuvo una actuaci¨®n muy seria, contenida, con grandeza, en la que abord¨® los g¨¦neros m¨¢s duros y dif¨ªciles del cante -ton¨¢s, soleares, siguiriyas- con solvencia. Le acompa?¨®, excepcionalmente, Manolo Sanl¨²car, tras 12 a?os de dedicarse s¨®lo al concierto, y entre los dos desarrollaron un di¨¢logo flamenco verdaderamente hermoso.
Antes, Manolo Sanl¨²car hab¨ªa tocado con su grupo varias obras de su repertorio habitual, impresion¨¢ndome por su patetismo e intensidad expresiva su toque en solitario sobre un poema carcelario de Miguel Hern¨¢ndez.
Noche de guitarristas
Fue una noche de excelentes guitarristas: Rafael Riqueni, Ni?o de Pura, Juan Carmona, hijo, Marote, Carlos Habichuela cumplieron estupendamente, y Pepe Habichuela y Gerardo N¨²?ez dieron sendas lecciones.El baile redonde¨® una noche flamenca de calidad, aunque excesivamente larga por culpa de algunos de los actuantes que se extendieron demasiado. Uno de estos culpables fue Carmen Cort¨¦s, que hizo siguiriyas, tarantos, soleares y buler¨ªas.
No necesitaba tanto para demostrar que es una buena bailaora, con personalidad, que en sus creaciones introduce casi siempre soluciones poco convencionales. Manolete, bailaor cerebral, con una formidable t¨¦cnica que no deja nada a la improvisaci¨®n, desarroll¨® sobre todo una espectacular llama de zapateados. Su fuerte est¨¢ en los pies, en la precisi¨®n. Lo que pierde as¨ª su baile en jondura, en pellizco, lo gana en efectividad y perfecci¨®n.
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