La ultraderecha surafricana clama contra el Gobierno de Botha
ENVIADO ESPECIALLa ultraderecha surafricana, que agrupa al sector m¨¢s reaccionario de los antiguos colonos b¨®er, se ha comprometido a luchar contra las t¨ªmidas medidas de liberalizaci¨®n del sistema de apartheid iniciadas por el presidente Pieter W. Botha y ha afirmado que un pueblo tiene el derecho a defenderse contra "la mezcla de sangres".
En una concentraci¨®n celebrada en el sal¨®n de actos del Ayuntamiento de Pretoria, la capital surafricana s¨ªmbolo del poder b¨®er por excelencia, los l¨ªderes de los partidos conservador, doctor Andries Treurnicht, y del Herstitge Nasionale, Jaap Marais, acusaron a Botha, entre ovaciones estruendosas de los m¨¢s de 3.000 asistentes, de ignorar "la voluntad del pueblo".
El lenguaje utilizado en el mitin y su escenificaci¨®n parec¨ªan m¨¢s propios de una concentraci¨®n nazi de los a?os treinta que de una manifestaci¨®n pol¨ªtica de las postrimer¨ªas del siglo XX. Una gran bandera vierkleur, s¨ªmbolo del viejo nacionalismo afrikaner de la Rep¨²blica Independiente del Transvaal en el siglo XIX, ocupaba todo el escenario, bajo una gran pancarta en la que se pod¨ªa leer la inscripci¨®n "Mantengamos a la naci¨®n blanca".
Treurnicht y Marais, antiguos adversarios en la escena pol¨ªtica surafricana por el mismo distrito electoral, aparecieron juntos en la tribuna de oradores, ante el delirio de sus partidarios, para defender el derecho de un pueblo a discriminar a favor de su propia clase con el fin de mantener su identidad". La bestia negra de la reuni¨®n fue el Gobierno del presidente Botha, por su decisi¨®n, la pasada semana, de abolir en breve las leyes sobre prohibici¨®n de matrimonios mixtos y la secci¨®n 16 de la ley de Inmoralidad, que considera un delito las relaciones sexuales entre personas de distintas razas.
Despu¨¦s de acusar al presidente de la Rep¨²blica de traicionar la causa del nacionalismo, Marais pidi¨® a los afrikaners que "clavasen al Gobierno de Botha al poste de la verg¨¹enza". Por su parte, Treurnicht, cuyo partido tiene 18 diputados en el Parlamento blanco, calific¨® a las leyes sobre matrimonios mixtos y relaciones sexuales de "pilares del desarrollo separado (apartheid)" y a?adi¨® que su abolici¨®n significar¨ªa el completo abandono del sistema. Por ¨²ltimo, y como si en Sur¨¢frica se hubiera instalado un Gobierno de mayor¨ªa negra, pidi¨® a los blancos que derrotasen en las urnas al Partido Nacional de Botha, con el fin de restablecer "un Gobierno de blancos para los blancos".
Entretanto, y aunque fuentes gubernamentales tratan de minimizar su efecto, la presente campa?a de retirada de inversiones norteamericanas en Sur¨¢frica como protesta por la pol¨ªtica de apartheid comienza a hacer mella en la opini¨®n p¨²blica. El Gobierno ha contratado los servicios de varias agencias de publicidad y relaciones p¨²blicas en Estados Unidos para tratar de contrarrestar la ola de sentimiento antiapartheid que se registra en Estados Unidos de costa a costa y que afecta a ciudades y campus universitarios desde Nueva Inglaterra y Nueva York hasta California.
Retroceso de Reagan
Igualmente, la decisi¨®n del Congreso de Washington de negar a Ronald Reagan los fondos solicitados para subvencionar a los contrarrevolucionarios de Nicaragua es interpretada por los corresponsales surafricanos en la capital norteamericana como un indicio de la p¨¦rdida de poder personal frente al legislativo del primer mandatario estadounidense.Ello puede repercutir desfavorablemente cuando el Congreso discuta este a?o la propuesta de sanciones econ¨®micas a Sur¨¢frica, presentada por el senador Kennedy poco despu¨¦s de terminar su visita a este pa¨ªs, a principio de a?o.
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