Las Naciones Unidas y el narcotr¨¢fico
En el tema de la droga hay poco espacio para estar a favor o en contra. Nos enfrentamos con el hecho que provoca su abuso y la enorme expansi¨®n de su consumo por todo el mundo. Las Naciones Unidas han tomado conciencia de ello y est¨¢n obrando en consecuencia.EL PAIS es un importante ¨®rgano de expresi¨®n de la opini¨®n p¨²blica, siendo a la vez un medio de creaci¨®n de la misma, y como tal, ha adoptado diversas posiciones tanto a favor como en contra de la despenalizaci¨®n del uso de la droga.
Todos los pa¨ªses miembros de las Naciones Unidas, incluida Suiza, y la organizaci¨®n mundial, se est¨¢n enfrentando en su conjunto con el problema de la droga a nivel universal a trav¨¦s de tres organismos internacionales especializados: la Divisi¨®n de Estupefacientes, que lleva a cabo los trabajos de organizaci¨®n de la Comisi¨®n de Estupefacientes (¨®rgano donde est¨¢n representados los pa¨ªses miembros); la Junta Internacional de Fiscalizaci¨®n de Estupefacientes (JIFE), y el Fondo de las Naciones Unidas para la Fiscalizaci¨®n del Uso Indebido de la Droga (FNUFUID). Estos organismos llevan a cabo programas para la restricci¨®n del consumo indebido de las sustancias alucin¨®genas, y Espa?a colabora activamente en los mismos
El Gobierno espa?ol acaba de aprobar un plan nacional para la lucha antidroga que comprende medidas legislativas de ¨ªndole general, que incluye a varios departamentos y que beneficiar¨¢ a toda la sociedad espa?ola.
Parece que esta actuaci¨®n, conjuntada con las de las Nacio- nes Unidas, cae muy apropiadamente en el momento de nuestra incorporaci¨®n al Mercado Com¨²n europeo. Los pa¨ªses de la CEE tienen en ejecuci¨®n planes conjuntos de defensa antidroga contra los da?os que supone el tr¨¢fico de narc¨®ticos, incluido el uso y el abuso de estupefacientes y sustancias psicotr¨®picas, y la actuaci¨®n espa?ola sincronizar¨ªa perfectamente con aqu¨¦llos. En la pasada Comisi¨®n de Estupefacientes, como ¨®rgano ejecutivo de las Naciones Unidas, se tomaron acuerdos por consenso para que comience la elaboraci¨®n de una nueva convenci¨®n contra el narcotr¨¢fico que contemple aquellos aspectos del problema no previstos en los tratados internacionales vigentes.
Delincuencia organizada
A la vista de las nuevas facetas que adquiere el narcotr¨¢fico, tales como formas graves de delincuencia organizada contra personas y bienes, comercio il¨ªcito de armas o terrorismo internacional, fen¨®menos todos que se est¨¢n esparciendo y afianzando profundamente en algunas regiones del mundo merced a la ayuda del narcotr¨¢fico, los Estados convinieron en tomar nuevas medidas m¨¢s en¨¦rgicas.
Casi todos los organismos nacionales de represi¨®n se encuentran actualmente en considerable desventaja en cuanto a recursos humanos, financieros o de otra ¨ªndole en comparaci¨®n con los medios que poseen los grupos de traficantes, que incrementan su profesionalismo y los recursos adquiridos ilegalmente. En la comisi¨®n se observ¨® que los gobiernos no podr¨ªan oponerse con ¨¦xito al extendido y altamente organizado tr¨¢fico de drogas. Es esencial una cooperaci¨®n plena para hallar soluciones aceptables y eficaces a problemas que actualmente no se contemplan de manera adecuada en los tratados internacionales. La comunidad internacional exige una nueva convenci¨®n que sirva de marco jur¨ªdico para actuar y que proporcione una base legal para la formulaci¨®n y adopci¨®n de medidas concretas m¨¢s eficaces.
Se hizo notar que las situaciones planteadas en los a?os sesenta y setenta hab¨ªan cambiado radicalmente. El tr¨¢fico il¨ªcito de drogas est¨¢ en este momento mucho m¨¢s extendido y enraizado que hace 10 a?os. Por tanto, las medidas nuevas que han de adoptarse tienen que ser muy diferentes. Asimismo, los Estados hicieron hincapi¨¦ en que la aplicaci¨®n de las nuevas t¨¦cnicas y las operaciones eficaces en el plano internacional no deber¨ªan menoscabar la soberan¨ªa de los mismos. Sin embargo, los pa¨ªses son partidarios de fortalecer la capacidad de los gobiernos para prestarse ayuda mutua en las actividades de represi¨®n. Tal cooperaci¨®n ser¨ªa estimable, por ejemplo, para localizar a personas buscadas por los tribunales de otros Estados en relaci¨®n con delitos relacionados con la droga, as¨ª como para prestar ayuda en extradiciones. La comunidad internacional aprob¨® que deb¨ªan alentarse pol¨ªticas m¨¢s uniformes en relaci¨®n con la aplicaci¨®n de sanciones penales apropiadas. Igualmente se contempla la restricci¨®n de los env¨ªos por correo y la vigilancia m¨¢s estricta de los servicios comerciales de transporte a¨¦reo (ambos importantes veh¨ªculos del narcotr¨¢fico).
Ahora mismo, el Parlamento austr¨ªaco ha duplicado la pena m¨¢xima para delitos por tr¨¢fico de drogas, de tal manera que ¨¦sta puede llegar a los 20 a?os -hecho que coincide con el decomiso en la frontera de Austria con Yugoslavia de m¨¢s de 15 kilos de hero¨ªna, transportados por un ciudadano turco.
En la comisi¨®n se comprob¨® que los traficantes notaban r¨¢pidamente cu¨¢les eran los Estados que deb¨ªan evitar y encontraban rutas a trav¨¦s de aquellos en los cuales las sentencias eran menos severas. Por tanto, qued¨® decidido que los gobiernos y las organizaciones internacionales interesadas enviaran sus propuestas y comentarios para la elaboraci¨®n de la nueva convenci¨®n antes de julio pr¨®ximo.
La libertad de autodrogarse
Cabr¨ªa ahora hacer un alto y preguntarse si todas estas actuaciones oficiales de los Gobiernos favorecen o perjudican al propio individuo y a su libertad de autodrogarse. El tema no es nuevo, y est¨¢ planteado en el pensamiento desde el comienzo del mundo: se trata de cohonestar la conducta social de la persona con el mutuo respeto y la libertad de autodestrucci¨®n. Pero ¨¦ste es un falso enfoque y una extraversi¨®n del problema. Porque lo que los pa¨ªses desean combatir no es el efecto que pueda producir la droga sobre una persona adicta a trav¨¦s del consumo de ciertas dosis que eventualmente le pueden llevar a la autodestrucci¨®n. La preocupaci¨®n primaria de la comisi¨®n es la de combatir los efectos sociales de car¨¢cter general que aquella conducta individual supone para la sociedad, en hechos comprobados y perfectamente identificables que atacan los fundamentos de la misma.
Sabemos que el problema no se resuelve coaccionando al individuo o a la sociedad, imponiendo restricciones a la conducta privada y castigos en actuaciones tipificadas en los c¨®digos penales. Sin embargo, los pa¨ªses y sus gobernantes, al tiempo que establecen centros de cura y educaci¨®n, denuncian en las reuniones internacionales la agresi¨®n de que son objeto en sus estructuras sociales por un enemigo que est¨¢ perfectamente coordinado y pertrechado en sus formas de penetraci¨®n.
Otros muchos aspectos t¨¦cnicos fueron tratados en la Comisi¨®n de Estupefacientes, pero est¨¢n relacionados m¨¢s con el trabajo y la actuaci¨®n de los expertos y autoridades competentes en este campo.
Simplemente deseaba decir que la comunidad internacional ha tomado una postura decidida para combatir el narcotr¨¢fico y el abuso de la droga.
Cuando desgraciadamente contemplamos tanto movimiento en favor del rearme, la guerra, la discriminaci¨®n, y vemos el abandono de las regiones m¨¢s necesitadas del mundo, luchemos contra la expansi¨®n del narcotr¨¢fico, cuya contenci¨®n todav¨ªa est¨¢ a nuestro alcance, para hacer este mundo m¨¢s habitable.
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