Los Peares, un pueblo dividido entre dos provincias, cuatro ayuntamientos y tres partidos
"Cuando un asno rebuzna en el puente sobre el r¨ªo Sil puede escucharse en cuatro ayuntamientos, tres parroquias, tres partidos judiciales, cuatro puestos de la Guardia Civil y dos provincias". De esta forma suelen describir los vecinos de Los Peares la complicada y curiosa situaci¨®n administrativa que viven. La frase la repiten unos y otros a cualquier forastero que se acerque a preguntarles. No encuentran otra f¨®rmula mejor para explicar en tan pocas palabras la sorprendente divisi¨®n que coincide en esta peque?a aldea. Y cuando lo hacen, esperan que el visitante sonr¨ªa la gracia, porque casi inmediatamente preguntan: "?A que nunca vio nada igual?"
Viajar a Los Peares es un buen examen hasta para el m¨¢s experimentado conductor. La estrecha carretera que desciende paralela a un gran embalse est¨¢ llena de peligrosas curvas, en cualquiera de las cuales ser¨¢ necesario maniobrar en el caso de encontrarse con un cami¨®n o un autocar que circule en direcci¨®n opuesta. Son casi 30 kil¨®metros de estas caracter¨ªsticas los que hay que cubrir hasta hallarse, casi de repente, con no m¨¢s de 80 casas, colocadas descuidadamente sobre las verdes laderas de las monta?as a cuyos pies se unen los abundantes cauces de los r¨ªos Mi?o, Sil y Bubal.Sorprende tanto que las edificaciones puedan mantenerse en pie como que los lugare?os desarrollen su vida con normalidad en un terreno tan agreste. Pero por encima de todo sorprende que un lugar tan peque?o pueda pertenecer a dos provincias, Orense y Lugo; cuatro ayuntamientos: Ferreira de Pant¨®n, Carballedo, A Peroxa y Nogueira de Ramu¨ªn; tres partidos judiciales: Orense, Chantada y Monforte de Lemos; cuatro puestos de la Guardia Civil y tres parroquias.
El pueblo est¨¢ pr¨¢cticamente desierto a cualquier hora del d¨ªa. No m¨¢s de media docena de personas pueden encontrarse en sus calles. Y ellas explicar¨¢n que la inactividad se debe a que aqu¨ª "el que m¨¢s y el que menos ha preferido marcharse fuera; sobre todo los j¨®venes". E inmediatamente recuerdan el apogeo que vivi¨® el lugar cuando se realiz¨® el gran embalse hidroel¨¦ctrico, en cuya construcci¨®n participaron m¨¢s de mil hombres, la mayor¨ªa presos pol¨ªticos, que "cada tarde llenaban las tascas y tiendas de la villa porque se gastaban todo cuanto ganaban". Hoy los pocos establecimientos que est¨¢n abiertos se encuentran vac¨ªos y en ellos ¨²nicamente, y en el mejor de los casos, dos o tres ancianos matan el tiempo jugando a las cartas ante un televisor al que no le prestan la menor atenci¨®n.
Casi como un saludo, los vecinos de Los Peares informan al forastero que "cuando un asno rebuzna en el puente sobre el r¨ªo Sil puede escucharse en cuatro ayuntamientos, tres partidos judiciales, dos provincias...". Lo repiten todos porque saben que muchos de los que hasta all¨ª viajan lo hacen por la curiosidad de conocer el lugar que ha sido condenado a vivir en uno de los mayores caos administrativos. Por eso y porque, como asegura repetidamente Mar¨ªa do Ram¨®n -quien, pese a residir en la provincia de Orense, va a la de Lugo a misa-, "¨¦ste es uno de los. sitios m¨¢s bonitos que se pueden conocer".
Casi nadie es capaz de enumerar las m¨²ltiples gestiones que se han hecho para variar la situaci¨®n administrativa. Ni Luis ?lvarez, sacerdote que lleva en Los Peares m¨¢s de 21 a?os, y que tambi¨¦n es incapaz de recordar las entrevistas que mantuvo y las cartas que envi¨® solicitando una soluci¨®n, y que con resignaci¨®n comenta que no hay posibilidad de arreglarlo. Hicimos gestiones, pero la Administraci¨®n le tiene p¨¢nico a los l¨ªmites. S¨®lo conseguimos unir, a nivel religioso, las parroquias por.que los obispos estaban de acuerdo. Pero si en las primeras d¨¦cadas del pasado siglo se hizo la divisi¨®n por intereses, imag¨ªnese lo que ocurrir¨¢ hoy".
Falsificar la residencia
La verdad es que los vecinos de Los Peares parecen haberse conformado con el galimat¨ªas administrativo en el que se ven obligados a vivir. Existen familias que, pese a tener sus casas pr¨¢cticamente unidas, pertenecen a provincias diferentes y, l¨®gicamente, a distintos ayuntamientos. Y los problemas que esto acarrea los han ido solventando gracias a la falsificaci¨®n de documentos de residencia, porque, como explica alguno, "yo,que pertenezco a Lugo, si necesitase asistencia sanitaria tendr¨ªa que desplazarme 100 kil¨®metros, cuando tengo Orense a s¨®lo 18". Este mismo vecino recuerda el caso de una mujer que al sentir pr¨®ximo el parto se refugi¨® en casa de una vecina, que pertenec¨ªa a Orense. Y el cura Luis ?lvarez, las dificultades que existieron en m¨¢s de una ocasi¨®n para hacer testamento, al verse obligados a llamar como testigos a vecinos de su propio municipio. O que desde all¨ª, cada ma?ana, parten cuatro autocares del servicio escolar con s¨®lo dos o tres ni?os cada uno para trasladarlos a sus correspondientes centros, situados en distintos municipios.Claro que muchos de los problemas se han ido solucionando seg¨²n las necesidades y de la forma m¨¢s racional. "Aqu¨ª, al lado de mi casa han fallecido personas que pertenec¨ªan a otra parroquia, pero a quienes atend¨ª yo porque no iban a recorrer ocho kil¨®metros para buscar un cura", asegura el sacerdote Luis ?lvarez.
Quienes residen en Los Peares parecen tener poca fe en que se les solucionen los problemas que padecen. Y prueba de ello pueden ser las variacionesde voto que se han producido desde la llegada de la democracia. El cura asegura que esto, al principio, estuvo dominado por AP; pero luego, cunado fue elegido secretario general del Partido de los Socialistas de Galicia Antonio Rodr¨ªguez, que es de aqu¨ª cerca, gan¨® el PSOE. Ahora parece que se pasaron a Coalici¨®n Galega porque el presidente de la Diputaci¨®n de Orense les ha prometido ayuda".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.