Cuba y los homosexuales
El art¨ªculo de Diego Gal¨¢n en la secci¨®n Visto / O¨ªdo sobre nuestra pel¨ªcula Conducta impropia (26 de marzo de 1985) contiene no pocas inexactitudes que quisi¨¦ramos se?alar a su atenci¨®n.La persecuci¨®n de los homosexuales en Cuba no termin¨® en 1967, como asegura. A los campos de concentraci¨®n de las UMAP en la d¨¦cada de los sesenta se sucedieron los no menos siniestros campos de reeducaci¨®n y las c¨¢rceles correctivas de la d¨¦cada de los setenta. Fue a ra¨ªz del mal llamado Congreso de Educaci¨®n y Cultura, de abril de 1971, en que precisamente se codific¨® de manera definitiva en Cuba una de las legislaciones m¨¢s homof¨®bicas del mundo. Hay en nuestra pel¨ªcula extractos de estas leyes, todav¨ªa vigentes, con varios testimonios en esta segunda etapa represiva, que culmina en 1980. Fue entonces, durante el gran ¨¦xodo de refugiados pol¨ªticos del Mariel, en que, en un caso quiz¨¢ ¨²nico en la historia, fueron deportados millares de homosexuales hacia las costas de Florida, mezclados entre 130.000 boat people. Esta soluci¨®n final del problema homosexual est¨¢ documentada en Conducta impropia a trav¨¦s de los testimonios del pel¨²quero Luis Lazo y del travestido Caracol. Pero Diego Gal¨¢n prefiere ignorar ol¨ªmpicamente esta parte de nuestro filme, y se hace as¨ª eco de la posici¨®n oficial de Cuba hacia el asunto. En fin de cuentas, negarlo todo -en relaci¨®n con la enormidad de lo sucedido- no era realmente posible. De ah¨ª una estrategia de desinformaci¨®n. Hab¨ªa que dar una impresi¨®n de honestidad, de fair play. Era conveniente reconocer ciertos errores del principio, que habr¨ªan de ser prontamente corregidos por el Gobierno revolucionario. La l¨ªnea general elaborada en La Habana, y seguida muy de cerca por Gal¨¢n (v¨¦ase art¨ªculo en el resumen semanal del peri¨®dico oficial Gramma, La Habana, 1 de octubre de 1984), es que si errores hubo, ¨¦stos deb¨ªan de ser imputados no al Gobierno de Castro, sino "al machismo heredado de la cultura espa?ola". Ahora bien, si se compara el viejo C¨®digo de Defensa Social cubano, de 1938, con el m¨¢s reciente C¨®digo Penal, de 1979, se podr¨¢ comprobar que las leyes de esc¨¢ndalo p¨²blico, que son las que se refieren m¨¢s particularmente a los homosexuales, no solamente no fueron abolidas, sino que fueron corregidas y aumentadas con mayores penas por el nuevo Gobierno de Castro.
Diego Gal¨¢n lamenta que el documental no recoja declaraciones de homosexuales que todav¨ªa hoy viven en Cuba. ?Qu¨¦ m¨¢s hubi¨¦semos deseado! ?Ignora acaso que nosotros, los realizadores de Conducta impropia, como todos los exiliados, somos calificados en Cuba de gusanos o escoria por el Gobierno, es decir, que carecemos de todos los derechos? ?Cree sinceramente el se?or Gal¨¢n que de haber propuesto nuestro proyecto de filme al Instituto del Cine Cubano (ICAIC) se nos hubiesen concedido los necesarios permisos de rodaje?
Nuestra encuesta sobre la persecuci¨®n de los homosexuales en Cuba es, en efecto, uno de los ejes en que :gira la pel¨ªcula, porque nos sirvi¨®, por lo absurda y cruel, de met¨¢fora general sobre el car¨¢cter retr¨®grado y alienado del r¨¦gimen de Castro. Sin embargo, no es ¨¦ste el ¨²nico tema que abordamos en nuestra pel¨ªcula. Diego Gal¨¢n reh¨²ye comentar en su cr¨ªtica otro tema fundamental denunciado por nosotros: el de la libertad de expresi¨®n., el de la libertad del escritor. Los registros de la polic¨ªa de la Seguridad del Estado hacen desaparecer los manuscritos escondidos por Reinaldo Arenas bajo las tejas de su casa; las c¨¢rceles encierran nada menos que cinco a?os a Ren¨¦ Ariza por el crimen de haber intentado (y no logrado) enviar sus manuscritos disidentes al extranjero. A pesar de las similitudes de estas t¨¦cnicas con las practicadas en la Espa?a de Franco, esto no parece inquietar en lo m¨¢s m¨ªnimo al comentarista de Visto / O¨ªdo en su peri¨®dico.
La abrumadora enumeraci¨®n que hace Armando Valladares de las c¨¢rceles infantiles en Cuba, as¨ª como su recuento de la historia del ni?o Robertico, le parece a Diego Gal¨¢n de car¨¢cter folletinesco. Parafraseando a Picasso cuando declar¨® a los alemanes que ocupaban Francia: "No fui yo, sino ustedes, quienes crearon Guernica", podr¨ªamos decir que es el militarismo seudorrevolucionario que mal gobierna a Cuba el verdadero autor de las monstruosidades que denuncia Conducta impropia.
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