Frondizi pide en el juicio de Buenos Aires castigo a los cr¨ªmenes y respeto al Ej¨¦rcito

"Es preciso castigar los cr¨ªmenes y a la vez preservar a las fuerzas armadas como instituci¨®n, porque son parte imprescindible de la naci¨®n",afirm¨® el jueves el ex presidente argentino Arturo Frondizi, actual jefe del Movimiento de Integraci¨®n y Desarrollo (extraparlamentario), en la 18? sesi¨®n del juicio oral contra las tres primeras juntas militares argentinas que se celebra en la C¨¢mara Federal de Apelaciones de Buenos Aires.

"Hay que encontrar una soluci¨®n jur¨ªdica y pol¨ªtica razonable", a?adi¨® Frondizi, "que nos permita afianzar la paz y trabajar para el futuro. La lucha contra la subversi¨®n terrorista no ha cesado, porque el terrorismo va a volver a revivir en la Argentina como ocurre en Am¨¦rica Latina" (fuertes murmullos en la sala). Frondizi fue derrocado en 1962 por un golpe militar, estuvo preso durante meses y actualmente es uno de los pol¨ªticos argentinos que ha mantenido conversaciones reservadas con altos mandos militares para la desestabilizaci¨®n del Gobierno radical de Ra¨²l Alfons¨ªn.S¨®lo a la trombosis cerebral que padeci¨® y a sus secuelas de amnesia tempo-espacial ser¨ªa atribuible la conducta y los testimonios del ex mandatario argentino. No s¨®lo fue derrocado infamemente por los militares, sino que en 1974 -fecha que no recuerda- su hermano Silvio, profesor de filosofia, brillante te¨®rico marxista, esperanza del disminuido socialismo argentino, fue secuestrado y fusilado en los alrededores del aeropuerto internacional Ezeiza. No es bastante: tres de sus sobrinos permanecen desaparecidos.

Frondizi relat¨® alguno de sus esfuerzos por detener la guerra sucia contra la subversi¨®n: "He tenido algunas reuniones con el Ministerio del Interior, primero con Harguindeguy y luego con Reston -los dos generales responsables- consecutivos de la cartera durante las dos primeras Juntas-". El ex presidente admiti¨® que en el Ministerio del Interior le negaron la existencia de desaparecidos, reconoci¨® que secuestraron y asesinaron a su hermano, "por ser un te¨®rico marxista".

La declaraci¨®n de Frondizi -segundo ex presidente tras ?talo Argentino L¨²der en testificar ante la sala- es el primer bal¨®n de ox¨ªgeno que reciben los encausados desde el comienzo de la vista oral. Frondizi no s¨®lo ha perdonado cristianamente a los asesinos de su hermano y tres de sus sobrinos, lo cual es encomiable, sino que se ha permitido presuponer p¨²blicamente dos falsedades: que el juicio de Buenos Aires es un proceso contra las instituciones militares argent¨ªnas y que la subversi¨®n terrorista de izquierdas en el pa¨ªs no ha cesado pese a su aniquilaci¨®n f¨ªsica.

Entre otros testimonios, cabe destacar el del doctor Rabossi, ex integrante de la CONADEP (Comisi¨®n Nacional sobre la Desaparici¨®n de Personas) y actual subsecretario de Derechos Humanos -que revel¨® que durante algunos meses de 1976 se alcanz¨® el promedio de 13 desapariciones diarias-, y las declaraciones del contraalmirante (retirado) Horacio Zaratiegui, jefe de la secretar¨ªa del almirante Massera durante la primera Junta militar.

Zaratiegui afirm¨® que existieron serias diferencias de opini¨®n entre Jorge Videla, Emilio Massera y Oriando Agosti sobre la lucha contrainsurgente, y que en 1978 el Negro (Massera), tras recibir consejo del senador estaodunidense Javits, hab¨ªa propuesto a sus pares la terminaci¨®n de la guerra sucia con la publicaci¨®n de las listas de bajas por los dos bandos, y en un comunicado conjunto. Indirectamente, se confirman as¨ª las sospechas sobre los contactos pol¨ªticos entre Massera y los montoneros, destinados a firmar la paz y a erigir al almirante en un nuevo Per¨®n.