Banca Catalana, un a?o despu¨¦s
HACE UN a?o que se present¨® la querella contra 25 ex consejeros de Banca Catalana, entre ellos Jordi Pujol. La decisi¨®n del fiscal general del Estado de promover la acci¨®n a los pocos d¨ªas de la victoria absoluta de Converg¨¨ncia i Uni¨® en las elecciones auton¨®micas provoc¨® entonces la protesta de un importante sector de la sociedad catalana, y desde diversas instituciones se denunci¨® la actuaci¨®n del ministerio p¨²blico, al que se acus¨® de estar inspirado por el Gobierno de Madrid en un intento de desprestigiar al partido nacionalista. Pujol, desde el balc¨®n de la Generalitat y en su condici¨®n de presidente del Ejecutivo catal¨¢n, acus¨® p¨²blica y frontalmente al Gabinete de Felipe Gonz¨¢lez de haber hecho una "jugada sucia". El di¨¢logo entre Madrid y Catalu?a se deterior¨® gravemente, y puede decirse que nunca, desde el final de la dictadura, se hab¨ªan producido tensiones tan graves entre ambas administraciones.Un a?o despu¨¦s, los pron¨®sticos catastrofistas de un sector de la clase pol¨ªtica de Catalu?a no se han visto ratificados por los hechos, y la investigaci¨®n sobre el caso Banca Catalana contin¨²a. La instrucci¨®n de la causa avanza dentro de los estrictos m¨¢rgenes jur¨ªdicos. Pero es preciso decir que resulta penosa la lentitud y trabajosidad con que se lleva a cabo el procedimiento. Ni pol¨ªtica ni jur¨ªdicamente es digno que un a?o m¨¢s tarde de las graves acusaciones hechas por el fiscal general contra el presidente de la Generalitat no haya habido un pronunciamiento de los tribunales en ning¨²n sentido. Hay que se?alar que si los jueces no apreciaran raz¨®n para el procesamiento, el fiscal general deber¨ªa dimitir o ser destituido, pues no se puede iniciar una acci¨®n de esa envergadura sin las suficientes pruebas. Por el contrario, si Pujol fuese procesado se abrir¨ªa sin duda una crisis pol¨ªtica que rebasar¨ªa con mucho los l¨ªmites de Catalu?a.
La pol¨¦mica suscitada por la querella puso de relieve adem¨¢s otros problemas. En primer lugar, la necesidad de que se impulse la ley general del Poder Judicial, y el absurdo de demorar la creaci¨®n del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a. La supeditaci¨®n de las decisiones del pleno de la Audiencia Territorial de Barcelona al Tribunal Supremo es una de las cuestiones m¨¢s controvertidas y confusas del caso Banca Catalana. ?C¨®mo se interpretar¨ªa la intervenci¨®n del Tribunal Supremo en el tema de Banca Catalana adoptando decisiones referentes al procesamiento de los querellados? El presidente de la Audiencia Territorial, Ces¨¢reo Rodr¨ªguez Aguilera, declaraba a este peri¨®dico en junio pasado que las decisiones del pleno de la Audiencia sobre este caso no deber¨ªan ser apelables ante el Tribunal Supremo. Sin embargo, este criterio no es compartido por los fiscales encargados del tema, que reiteradamente recuerdan la jerarqu¨ªa del Supremo respecto al pleno de la Audiencia.
Pero m¨¢s significativa de los males que ha originado el retraso en el procedimiento es la reciente modificaci¨®n por el Parlamento catal¨¢n de la ley del President, del Parlament y del Consell Executiu, conocida como estatut interior de Catalu?a, por la que a partir de ahora se faculta al presidente de la Generalitat a disolver a voluntad la C¨¢mara en cualquier momento de la legislatura. Unas atribuciones de ese g¨¦nero, en una situaci¨®n como la presente, amenazan la estabilidad pol¨ªtica de la comunidad aut¨®noma. Los partidos de la oposici¨®n han reaccionado ante la citada modificaci¨®n denunciando que rompe el "equilibrio institucional", pues deja en las exclusivas manos de Pujol la posibilidad de disolver el Parlament, por ejemplo, el d¨ªa en que se conozca el desenlace de la querella.
Incluso Heribert Barrera, portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya -partido que tiene un representante en el Gobierno catal¨¢n-, se aline¨® con la oposici¨®n, aunque a la hora de votar optara finalmente por abstenerse. Barrera se?al¨® que la urgencia para proceder a la modificaci¨®n del estatut interior habla que buscarla "en razones misteriosas que no hemos podido conocer a trav¨¦s de ninguna v¨ªa". En estas circunstancias no parece aventurado afirmar que la estabilidad parlamentaria y la vida pol¨ªtica catalanas, y espa?olas, dif¨ªcilmente quedar¨¢n al margen de los avatares del caso banca Catalana, seg¨²n sea el desenlace de la querella.
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