Liverpool, la capital del f¨²tbol europeo
Es s¨®lo la tercera vez que una ciudad consigue colocar a dos equipos en sendas finales continentales. Madrid en 1962 (gan¨® el Atl¨¦tico y perdi¨® el Real) y Glasgow en 1967 (gan¨® el Celtic y perdieron los Rangers). La historia apunta hacia una victoria italiana, pero no cabe duda de que Liverpool es la capital futbol¨ªstica de Europa.Hace pocas temporadas, el Liverpool jugaba una eliminatoria en la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Alemania (RDA). Durante un paseo, uno de los jugadores conoci¨® a un marinero capaz de sostener una conversaci¨®n en ingl¨¦s. Se?alando el depresivo paisaje industrial que le rodeaba, el ingl¨¦s coment¨®: "Vaya ciudad. Es la m¨¢s fea que he visto en mi vida". "Qu¨¦ va", respondi¨® el alem¨¢n. "?Alguna vez has estado en Liverpool?".
Al margen de cierta falta de exquisiteces arquitect¨®nicas, esta ciudad de 750.000 habitantes parece concentrar todas sus bellezas en el f¨²tbol. En este campo, Liverpool ha conquistado nada menos que 10 t¨ªtulos de Liga durante las ¨²ltimas 20 temporadas, mientras los 16 clubes y 12 millones de habitantes de Londres s¨®lo han podido festejar un t¨ªtulo... hace ya 14 a?os.
Las claves de este ¨¦xito son dif¨ªciles de localizar. Quiz¨¢, alguna de esas llaves m¨¢gicas de la ciudad de Liverpool se encuentre en los 29 kil¨®metros de muelles que posee la zona portuaria situada en el estuario del r¨ªo Mersey. Por barco han llegado los irlandeses, escoceses y otros extranjeros, ingredientes b¨¢sicos de un burbujeante c¨®ctel de temperamentos, costumbres y caracteres. De ah¨ª la gran revoluci¨®n musical de los a?os sesenta basada en el sonido Mersey y encabezada por la creatividad y genialidad de los Beatles. The Cavern (La Caverna), el club donde empezaron los Beatles, sigue dando oportunidades a j¨®venes desconocidos, y la ciudad sigue en la vanguardia de la movida musical brit¨¢nica.
Hasta las gu¨ªas oficiales destacan la vida art¨ªstica de esta ciudad industrial. Una afirma incluso que Liverpool "ofrece grandes facilidades para el deporte y la juerga nocturna". Esta temporada ha sido precisamente el deporte el que ha provocado las mayores juergas.
La gran sorpresa ha sido que esta vez la fiesta se haya concentrado en la zona de Goodison Park, y no en los alrededores de Anfield Road. En fin, el Liverpool se hab¨ªa embolsado 22 de los 25 t¨ªtulos conquistados por la ciudad en los ¨²ltimos 20 a?os. Y si el Everton se atreve a inmiscuirse ahora, los aficionados del Liverpool. lo tienen muy claro, es porque son unos copiones.
Un alquiler decisivo
Los azules del Everton han visto que funciona el sistema rojo de tener a ex jugadores como Shankly, Paisley, Fagan y Moran en el banquillo. Por eso han nombrado a Howard Kendall y Colin Harvey. Tambi¨¦n los del Everton han visto c¨®mo funciona el pressing del Liverpool. Han visto que lo importante es el bloque y el sistema de juego, m¨¢s alguna figura de relevancia. Han respondido a Rush y Dalglish con Gray, Sheedy y Reid. Se han dado cuenta de que lo m¨¢s dif¨ªcil en el f¨²tbol es practicar un juego sencillo.Lo extra?o es que nadie sabe por qu¨¦ los aficionados del Liverpool prefieren a un equipo o al otro. La verdad es que ambas entidades nacieron en el mismo lugar, Stanley Park, hoy d¨ªa un parque tranquilo entre los estadios rivales, donde los vecinos pueden jugar a los bolos, dar de comer a los patos o pasean por los puentes. El Everton naci¨® all¨ª en 1878 A los pocos a?os se fue a Anfield Road, donde pagaba un alquiler de 100 libras anuales al cervecero John Houlding. Pero lo que subi¨® como la espuma no fue el equipo, sino el alquiler, y los del Everton se fueron mosqueados en 1891 neg¨¢ndose a pagar un incremento del 150%. Algunos se quedaron para fundar el Liverpool y as¨ª naci¨® una rivalidad que ha durado casi un siglo.
El forastero, a lo mejor, lo ver¨ªa muy claro. En una ciudad donde existen dos catedrales -ambas construidas en el siglo XX- ser¨ªa l¨®gico pensar que Everton y Liverpool representan a anglicanos y cat¨®licos, al igual que Celtic y Rangers en Glasgow o City y United en Manchester. Tampoco es eso, aunque los azules del Everton eran mayoritariamente cat¨®licos hace a?os.
Entre las guerras, los dos clubes representaban dos clases sociales. Al Everton le llamaban la academia de ciencias porque practicaba un f¨²tbol elegante, pensado e incluso educado mientras que el Liverpool hac¨ªa un juego directo y viril, m¨¢s apto para las grandes masas.
M¨¢s recientemente las diferencias parecen haberse reducido a cuestiones de personalidad Los hinchas del Liverpool -sobre todo los del famoso Kop, en la tribuna norte- han sido tan mimados por el diluvio de ¨¦xitos que han asumido aires de superioridad para mezclar con las pasiones m¨¢s tradicionales. Incluso alguno ha llegado a creer en una intervenci¨®n divina, como los que exhibieron en Anfield una pancarta proclamando que "Dios juega en el Liverpool". A los pocos minutos sali¨® otra reci¨¦n pintada con una muy seria pregunta eclesi¨¢stica: "?Por qu¨¦? ?Est¨¢ lesionado Ian St. John?". Tambi¨¦n sostienen que si el mejor equipo de las islas es el Liverpool, entonces su m¨¢s directo rival es su equipo de reservas.
Los del Everton, por el contrario, son, seg¨²n estudios sociol¨®gicos, menos presumidos, m¨¢s pesimistas y m¨¢s introvertidos. Son los masoquistas que prefieren perder y sufrir. Un reportero ingl¨¦s que acaba de pasar d¨ªas y sobre todo noches en los pubs m¨¢s frecuentados por la hinchada azul se asombr¨® ante los deseos de mediocridad de muchos de ellos. Hasta escuch¨® frases como "estamos hartos ya de jugar finales en Wembley".
Sin embargo, otro factor une a las dos aficiones: el paro, que afecta a 150.000 personas en esta ciudad que actualmente padece de unos cr¨®nicos problemas de vivienda. A pesar de la falta de recursos, rojos y azules rivalizan para dar mejores muestras de apoyo a sus colores.
La verdad es que nadie sabe por qu¨¦ esta ciudad, que se encuentra casi en estado de emergencia, se ha erigido en la capital futbol¨ªstica de Europa. Pero la superioridad del Liverpool a niveles dom¨¦sticos y continentales ha sido tan abrumadora que muchos cr¨ªticos denunciaban su aburrimiento y proclamaban sus deseos. de que ganara alguien m¨¢s. Ma?ana, en la final de la Copa de Europa, saldr¨¢n de dudas.
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