La larga noche europea
Los dos ¨²ltimos lustros fueron a?os de prueba para la unidad europea. Primero, la crisis de materias primas -Europa, sin luz; las ciudades, a oscuras; la mitad de la poblaci¨®n, en bicicleta-, la siguiente depresi¨®n econ¨®mica - 13 millones de parados, crecimientos cero- y esta gran depresi¨®n solapando ya la revoluci¨®n tecnol¨®gica.La idea de la Europa pol¨ªtica cede ante lo acuciante de la situaci¨®n econ¨®mica, pero no se abandona. Ingresan Inglaterra, Dinamarca e Irlanda. Tambi¨¦n Grecia, despu¨¦s de su par¨¦ntesis dictatorial. La Europa de los diez ensancha el cuadro de sus instituciones, que culmina con las elecciones al Parlamento Europeo.
El a?o pasado me pase¨¦- por Europa. Viena y Salzburgo, n¨²cleo importante de la unidad europea, intentada v¨ªa de integraci¨®n din¨¢stica. Austria es la naci¨®n m¨¢s europea, hoy separada de la tarea comunitaria por una neutralidad impuesta. Estrasburgo y Aquisgr¨¢n, Heidelberg y Colonia, Bruselas y Brujas, Versalles y Par¨ªs, los centros del pensamiento y la acci¨®n de una Europa comunitaria desde Carlomagno hasta Andreotti.
Una Europa que ha superado la crisis energ¨¦tica y afronta con buen pulso el reto de las nuevas tecnolog¨ªas. Una Europa solidaria que se abre al Tercer Mundo mediante los acuerdos de Lom¨¦. Una Europa esperanzada que incorpora a los pa¨ªses ib¨¦ricos y busca en su identidad y fortaleza ser interlocutor de las grandes potencias.
Naturalmente que existen problemas, pero otros problemas distintos a los nuestros. Europa es liberal por individualista y tolerante, comunitaria y solidaria por cristiana, estatista e intervencionista por socialdem¨®crata. Europa es creadora, so?adora y hasta un poco ut¨®pica. Pero del Mayo del 68 franc¨¦s no queda absolutamente nada. De marxista, una fracci¨®n residual. Rodolfo Llopis me contaba una an¨¦cdota reveladora: en una reuni¨®n de la Internacional Socialista celebrada en Bruselas presid¨ªa Spack, y abri¨® la sesi¨®n, con cierto grado de iron¨ªa, de esta forma: "Y ahora que no tenemos ning¨²n marxista, pueden cerrar la puerta".
Identidad europea
Espa?a, desde el principio de su transici¨®n pol¨ªtica, proclam¨® su identidad europea afirmando su voluntad de consolidar su sistema de libertades, homog¨¦neo con el de los pa¨ªses occidentales. Primero, Areilza, reduciendo muros de incomprensi¨®n con tes¨®n y brillantez. Despu¨¦s, Oreja, en el primer Gobierno democr¨¢tico, presentando formalmente la adhesi¨®n de Espa1a. El 23-F, parad¨®jicamente, aceler¨® el proceso al activar el mecanismo de la propia seguridad europea: ¨¦sta es la clave de nuestra participaci¨®n en la OTAN y en otras instituciones de integraci¨®n europea. El Gobierno socialista dio continuidad al proyecto de pol¨ªtica exterior, impulsado en todo momento por la Corona, no sin titubeos y confusi¨®n, retomando la que hab¨ªa sido inequ¨ªvoca actitud de su partido anterior a Suresnes y culminada por el ministro Mor¨¢n con aciertos indudables; el mayor de ellos, en la l¨ªnea de una pol¨ªtica exterior de Espa?a con sentido de Estado.
El presidente del Gobierno lo defini¨® con precisi¨®n al anunciar el acuerdo "como la identificaci¨®n de una gran mayor¨ªa de espa?oles con el ¨¢mbito de libertades que defienden los pa¨ªses de la Comunidad".
Si subray¨® estos pasos de aproximaci¨®n mutua hacia la coincidencia es para magnificar la voluntad pol¨ªtica de Espa?a y la Comunidad Econ¨®mica Europea en la creaci¨®n de una Europa unida y proclamar la prioridad de la idea pol¨ªtica de Europa frente al concepto de unas naciones que s¨®lo manejan intereses econ¨®micos.
Es conocida la an¨¦cdota que cuenta c¨®mo reaccion¨® De Gasperi, una vez acordadas las bases del Tratado de Roma, frente a una comisi¨®n de expertos que hab¨ªa recibido el encargo de examinar los hechos m¨¢s conflictivos y las obligadas transigencias, tarea en la que fracasaron: "La decisi¨®n pol¨ªtica de hacer Europa", dijo, "ya la tomamos los pol¨ªticos. Como su funci¨®n no es impedirla, sino facilitarla, vuelvan con soluciones dentro de otros tres meses".
An¨¦cdota reveladora del prop¨®sito y aleccionadora sobre los l¨ªmites competenciales, casi siempre confundidos por estas latitudes.
Ha habido bloqueos, como el de Atenas, y est¨ªmulos varios, como el de Fontainebleau. El ¨²ltimo y decisivo impulso tiene lugar en Mosc¨² con ocasi¨®n de los funerales de Chernenko: Felipe Gonz¨¢lez, Margaret Tatcher y Kohl, un socialdem¨®crata, una liberal y un democristiano. ?Han reparado nuestros pol¨ªticos en que ¨¦stas son las corrientes de pensamiento pol¨ªtico europeas y ninguna otra es relevante?
Andreotti y Mor¨¢n
La instrumentaci¨®n de los acuerdos en terrenos de pol¨ªtica econ¨®mica y social fueron dirigidos por "la sabidur¨ªa romana y la paciencia franciscana" de Andreotti, seg¨²n dijo Mor¨¢n, de un tenaz y ordenado trabajo.
El haber enfatizado la pol¨ªtica primero sirve a mis prop¨®sitos en un momento en que casi todos los articulistas, empresarios, sindicatos y otras asociaciones especulan sobre las repercusiones que nuestra integraci¨®n en la CEE tendr¨¢ en tal o cual sector o regi¨®n.
Pero ahora creo que el tema pol¨ªtico debe complementarse con algunas indicaciones que a mi juicio son importantes.
Las fases de aproximaci¨®n, a Europa dentro de lo que ha sido un proyecto de pol¨ªtica exterior de Estado no han ido acompa?adas siempre con acciones paralelas en el ¨¢mbito de la pol¨ªtica dom¨¦stica.
Las urgencias que la propia transici¨®n pol¨ªtica exig¨ªa, un sentido de seguridad en la coordinaci¨®n de aqu¨¦lla, los miedos no menos que las ambiciones personales y la apuesta m¨¢s segura en el re-. parto del *poder, sin duda la opci¨®n reformista frente a la rupturista, impulsaron -o quiz¨¢ obligaron a elegir un modelo de partido de centro creado desde el poder, re juntadas, confundidas todas las fuerzas equivalentes a las que hoy son la pr¨¢ctica totalidad de Europa.
Previamente tuvieron que someterse a un strip tease ideol¨®gico en beneficio -seamos ben¨¦volos- de la eficacia de la direcci¨®n. Una vez se ha dado lo que uno tiene, no le queda nada. S¨®lo permaneci¨® hasta la disoluci¨®n total el sentimiento de frustraci¨®n por el patrimonio entregado y la ruptura de sus propios partidos. Despu¨¦s, en 1982, el centro sociol¨®gico, castigando a sus l¨ªderes, vot¨® a sus adversarios. Tambi¨¦n habr¨¢ que desandar este camino. La plena integraci¨®n con Europa al final del per¨ªodo transitorio requiere una estructuraci¨®n partidista semejante que pueda integrarse en sus respectivas internacionales. Habr¨¢ que corregir muchas actitudes y suprimir tics totalitarios, cada vez m¨¢s frecuentes en los personajes y personajillos de nuestra pol¨ªtica. La incre¨ªble huida hacia adelante del Gobierno socialista, abriendo situaciones conflictivas en todos los frentes de la convivencia y en las instituciones que garantizaron el equilibrio en el ejercicio del poder, impone un riesgo grave para un sistema de libertades cuando ¨¦ste es d¨¦bil y lejos de su consolidaci¨®n.
La soberan¨ªa es del pueblo, pero no la representa en exclusiva la mayor¨ªa. De ah¨ª el respeto a las minor¨ªas que se protegen con la existencia de los tres poderes cl¨¢sicos. Es malo para el pa¨ªs tener abiertos tantos frentes. Deber¨¢n reducirse cuanto antes o los espa?oles -si alcanzamos Europada- remos m¨¢s trabajo a los tribunales internacionales que a las comisiones econ¨®micas.
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