ETA y la estrategia del desistimiento
LA CRUELDAD del ¨²ltimo atentado perpetrado. por ETA en Bilbao -un inspector de polic¨ªa asesinado en plena calle cuando paseaba con su hijo de tres a?os-, no s¨®lo ha conmocionado a la opini¨®n p¨²blica, sino. que ha servido tambi¨¦n para recordar que la banda terrorista, acosada en el santuario de los Pirineos Atl¨¢nticos y castigada por las deportaciones y extra?amientos de Francia, dispone todav¨ªa dentro de Espa?a de la infraestructura y los apoyos suficientes para sostener una desesperada y sangrienta batalla. Tras la campa?a contra el turismo en el litoral mediterr¨¢neo, en el estilo de la disuelta ETA pol¨ªtico-militar, las acciones realizadas por los terroristas en mayo en el Pa¨ªs Vasco han combinado la utilizaci¨®n de las trampas con coches bomba y los disparos por la espalda. La muerte en G¨¢ldacano de un qu¨ªmico que paseaba con su hija, el atentado en Pamplona contra un teniente de la Polic¨ªa Nacional gravemente herido, el asesinato en San Sebasti¨¢n de un polic¨ªa nacional de paisano y fuera de servicio, la trampa de Basauri que produjo un muerto y nueve heridos, los dos polic¨ªas nacionales asesinados mientras paseaban por el Monte Ul¨ªa y el inspector de polic¨ªa abatido a tiros el pasado domingo forman el siniestro saldo de esta ofensiva.Se dir¨ªa que el rebrote de los atentados en el Pa¨ªs Vasco, tras una temporada de relativa contenci¨®n, es la consecuencia del repliegue a este lado de la frontera de los efectivos que encontraban dificultades para continuar viviendo en la semilegalidad o en la clandestinidad en Francia. El goteo de los asesinatos y de los atentados tal vez persiga el objetivo de lograr, mediante el cansancio de la opini¨®n p¨²blica y la desmoralizaci¨®n de las fuerzas de seguridad, una especie de desest¨ªmiento del aparato del Estado en el Pa¨ªs Vasco. Pero ha corrido ya demasiada sangre como para suponer que una negociaci¨®n con ETA en torno a los puntos de la alternativa KAS -cuya propia estructura argumental no ha resistido el paso del tiempo transcurrido desde su formulaci¨®n, en los inicios del restablecimiento de la democracia- pudiera ser viable.
El relanzamiento de la violencia en el Pa¨ªs Vasco no hace sino demostrar que la colaboraci¨®n de las autoridades francesas era una condici¨®n necesaria, pero no suficiente, para la erradicaci¨®n del terrorismo. Esta conclusi¨®n no puede sorprender a nadie, ya que era las facilidades concedidas a ETA en suelo franc¨¦s aumentaban su capacidad organizativa, pero no explicaban su nacimiento y su existencia. Tampoco tiene sentido contraponer las medidas policiales y las pol¨ªticas, cuyo car¨¢cter complementario resulta obvio. Por lo dem¨¢s, el pacto de legislatura entre el lendakari Ardariza y el Gobierno socialista, al restablecer el clima de confianza entre las instituciones vascas de autogobierno y la Administraci¨®n central, podr¨ªa abrir el camino para una intervenci¨®n de la polic¨ªa aut¨®noma en la lucha contra el terrorismo que permitiera a las fuerzas de seguridad estatales desempe?ar un papel menos visible en una estrategia conjunta contra la violencia.
En cualquier caso ante la ofensiva terrorista es ineludible la solidaridad ciudadana. Y esta debe ser propiciada precisamente desde el gobierno con un entendimiento cabal y democr¨¢tico de la pol¨ªtica del orden p¨²blico. Nos encontramos desde luego ante una cuesti¨®n de Estado y la tentativa de utilizarla para fines partidistas debe ser ahuyentada, pero no s¨®lo por la oposici¨®n, sino, tambi¨¦n por el poder.
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