Banderas a media asta
Los dedos de la opini¨®n p¨²blica belga buscaban ayer un culpable a quien denunciar. Hay m¨¢s de uno. Pero desde luego B¨¦lgica -conmocionada, desolada y triste- no quiere volver a vivir un horror similar. Las banderas de los diez en el edificio de la Comisi¨®n Europea quedaron a media asta. De los muertos, faltan todav¨ªa seis por identificar. Pero se sabe ya que hab¨ªa 32 italianos -uno de ellos un ni?o de 10 a?os de edad-, un franc¨¦s, cuatro belgas y un ingl¨¦s, seg¨²n los datos del Ministerio del Interior. Este ¨²ltimo, Patrick Redcliffe, era un pac¨ªfico y tranquilo funcionario de la CEE. Nacido en Irlanda del Norte, estudi¨® en Liverpool, y de ah¨ª la simpat¨ªa con que se dirigi¨® al tr¨¢gico estadio de Heysel, donde encontr¨® la muerte.Dos padres italianos, venidos de T¨²rin, buscaban ayer desesperadamente a sus hijos, desaparecidos en la tragedia, una joven de 16 a?os de edad y otro de 20. "Sabemos que no est¨¢n muertos, pero no hemos, podido averiguar si est¨¢n heridos en alg¨²n hospital", se?al¨® uno de los padres reflejando el caos informativo que reinaba.
Hubo disparos
En los hospitales, la situaci¨®n se hab¨ªa normalizado algo. 378 personas, seg¨²n la Cruz Roja, hab¨ªan sido atendidas a lo largo de la noche. El Hospital de Brugmann, por ejemplo, acogi¨® a 80 personas, hospitalizando a la mitad de ellos. Pero ayer s¨®lo quedaban 10 de los heridos intemados en el centro. El ingl¨¦s herido por arma blanca en la tarde del mi¨¦rcoles estaba ayer fuera de peligro.
A pesar de que el mi¨¦rcoles se desminti¨® que hubiera habido disparos durante la avalancha, en una filmaci¨®n de televisi¨®n se puede apreciar c¨®mo un individuo efect¨²a dos disparos. Asimismo se ve a un polic¨ªa belga con varios casquillos de bala recogidos en los graderios. La Federaci¨®n Belga de F¨²tbol afirm¨® anoche que dos aficionados italianos hab¨ªan fallecido por di.sparos, extremo que no fue confirmado por la polic¨ªa.
En B¨¦lgica hab¨ªa una indignaci¨®n general por el hecho de que se hubiera celebrado el partido. La importante comunidad italiana de B¨¦lgica estaba consternada y deprimida. Muchos de ellos pasaron la noche en vela. Muchos buscaban a sus amigos, en el caos de los tel¨¦fonos saturados y de la confusi¨®n. Las cr¨ªticas a la actuaci¨®n de la polic¨ªa y de la gendarmer¨ªa -descoordinadas- se acumularon. El propio rey Balduino deplor¨® que la polic¨ªa belga no hubiese podido evitar la tragedia. La reina Fabiola, compungida, recorri¨® diversos hospitales.
La separaci¨®n en la zona conflictiva del bloque Z entre ambas hinchadas no funcion¨®. Por una parte la reventa acab¨® con la zona neutra compuesta por belgas. Y, adem¨¢s, algunos de estos belgas eran en realidad italianos inmigrados, que como tales hab¨ªan comprado en B¨¦lgica su boleto. El presidente de la Uni¨®n Belga de F¨²tbol, Louis Wouters, asegur¨® que no se vendieron, en la reventa, entradas de esta zona negra en B¨¦lgica sino en Italia. Este argumento oficial ha sido desmentido por otras fuentes. Otro dato que se conoce es que unas 2.000 entradas de hinchas brit¨¢nicos eran trucadas.
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