El FBI busca al cuarto hombre implicado en el caso de espionaje naval a favor de Mosc¨²
El FBI (Bur¨® Federal de Investigaci¨®n estadounidense) busca a un cuarto hombre, identificado como D, presuntamente implicado en el caso de espionaje a favor de la URSS protagonizado por los Walker, una familia de marinos. La primera consecuencia de este asunto, que contiene todos los elementos de una novela de John Le Carr¨¦, es que la Marina ha cambiado el c¨®digo secreto de comunicaciones con sus buques ante la sospecha de que John Walker, un oficial retirado que trabaj¨® en submarinos nucleares y en el centro de comunicaciones de la flota del Atl¨¢ntico, pudiera haber pasado a Mosc¨², desde 1968, informaci¨®n suficiente para la localizaci¨®n de los sumergibles estadounidenses.
El secretario de Defensa, Caspar Weinberger, que considera que este caso ha provocado "una seria p¨¦rdida" para Estados Unidos, ha explicado que se reforzar¨¢n las medidas de seguridad para los oficiales que tienen acceso a material secreto y se "'cerrar¨¢ cualquier agujero para evitar que vuelva a ocurrir una cosa semejante". Funcionarios del espionaje norteamericano dijeron, sin embargo, que quiz¨¢ no sepan nunca cu¨¢nta informaci¨®n clasificada pasaron los Walker a la URSS.Los sistemas que utiliza Estados Unidos para seguir y localizar la posici¨®n de los submarinos sovi¨¦ticos y las t¨¢cticas de guerra antisubmarina que permitir¨ªan acabar con los sumergibles enemigos en caso de guerra, es la informaci¨®n que ha podido transmitir durante 18 a?os a los rusos John Walker, de 47 a?os, ayudado por su hijo Michael, de 22 a?os, un marino a bordo del portaaviones nuclear Nimitz y por su hermano Arthur, de 50 a?os, un ex comandante de submarinos que ahora trabaja para una compa?¨ªa que tiene contratos militares con el Pent¨¢gono.
La polic¨ªa est¨¢ a punto de detener a otras tres o cuatro personas relacionadas con este caso, que trabajaron para la peque?a agencia de detectives privados que mont¨® John Walker cuando se retir¨® en 1976 del Ej¨¦rcito. Mientras tanto, los Walker esperan ser juzgados. Si son condenados por espionaje, pasar¨¢n el resto de sus d¨ªas en la c¨¢rcel.
La polic¨ªa ha encontrado nuevas pruebas contra John Walker en una caja fuerte blindada con cemento y protegida por una trampa explosiva. En su interior, han aparecido documentos secretos, algunos de ellos de la OTAN, 10 barras de, plata valoradas cada una en m¨¢s de 6.000 d¨®lares (algo m¨¢s de un mill¨®n de pesetas), un arma escondida en un bast¨®n de ca?a, medallas de los Juegos Ol¨ªmpicos de Mosc¨² de 1980 e instrumentos para fumar marihuana. Tambi¨¦n han sido hallados documentos que prueban que en su carrera de esp¨ªa, Walker viaj¨® a Hong Kong y a Italia.
Informaci¨®n complementaria
Pero quien m¨¢s preocupa al Pent¨¢gono es el tercer miembro de la saga familiar, Arthur Walker. Desde 1968 hasta que se retir¨® en 1973, Arthur trabaj¨® como profesor de guerra antisubmarina en la Escuela de T¨¢ctica de la Flota del Atl¨¢ntico en Norfolk (Virginia), desde donde, al parecer, transmiti¨® a la URSS las t¨¢cticas m¨¢s modernas utilizadas por la Marina. Esta informaci¨®n complementar¨ªa la que proporcion¨® su hermano sobre las operaciones y localizaci¨®n de submarinos enemigos, y formar¨ªa un conjunto "que puede hacer mucho da?o", a juicio del vicealmirante retirado Gene Larocque."Los submarinos son el arma m¨¢s secreta que tenemos y su capacidad b¨¢sica es esconderse", explic¨® un experto al evaluar los potenciales problemas causados a la Marina por este caso de espionaje. Los Walker, que "actuaban por dinero, no por motivos ideol¨®gicos", seg¨²n el FBI, han podido proporcionar a los sovi¨¦ticos la localizaci¨®n de una compleja red de micr¨®fonos colocados en la plataforma continental de las costas Este y Oeste norteamericana y en otros puntos del mundo, destinada a localizar a los submarinos detectando el sonido de -sus motores. A cierta velocidad muy baja, los submarinos no pueden ser escuchados por estos hidr¨®fonos. "A los sovi¨¦ticos les encantar¨ªa saber cu¨¢l es esta velocidad", explic¨® el almirante Larocque.
John Walker, que trabaj¨® en dos submarinos nucleares, como oficial de comunicaciones, y posteriormente en el Centro de Comunicaciones de Norfolk para toda la flota atl¨¢ntica de sumergibles, fue delatado al FBI por su mujer B¨¢rbara, de la que se divorci¨® en 1976. El pasado 20 de mayo, John Walker fue detenido en un motel de las afueras de Washington despu¨¦s de haber arrojado en una cuneta una bolsa con 129 documentos secretos para ser recogidos por su contacto sovi¨¦tico.
Michael, el hijo de John, que en una ocasi¨®n fue nombrado por sus compa?eros marino del mes, fue arrestado a bordo del Nimitz en el puerto israel¨ª de Haifa. Trabajaba como oficinista en el departamento de buque que procesaba para su destrucci¨®n el material clasificado. Una bolsa con siete kilos de documentos, referentes a las comunicaciones del portaaviones con otros nav¨ªos en el Mediterr¨¢neo, fue hallada junto a su taquilla.
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