Mitsotakis y Papandreu,m¨¢s que una lucha pol¨ªtica
Los l¨ªderes de los dos principales partidos griegos ajustan sus cuentas pendientes ante los ojos del electorado
Poco m¨¢s de seis millones y medio de griegos est¨¢n llamados a votar hoy en unas elecciones que supondr¨¢n una prueba sobre la primera experiencia de gobierno socialista en el pa¨ªs que presume de haber inventado la democracia. La batalla se intuye re?ida entre el Movimiento Socialista Panhel¨¦nico (PASOK), del primer ministro, Andreas Papandreu, y la oposici¨®n conservadora de Nueva Democracia, que dirige Constantino Mitsotakis. La. campa?a ha sido tan escasa en incidentes graves como pr¨®diga en ataques personales.
ENVIADO ESPECIAL Andreas Papandreu y Constantino Mitsotakis, libran hoy una batalla que excede del simple enfrentamiento pol¨ªtico. Los dos jefes de fila tienen cuentas que saldar, y las elecciones legislativas anticipadas de este domingo les brindan una ocasi¨®n inigualable.
Cuando, el pasado mes de septiembre, los diputados de Nueva Democracia eligieron a Constantino Mitsotakis como l¨ªder del principal partido de la oposici¨®n griega en sustituci¨®n de Evangelos Averoff, Papandreu. reaccion¨® calificando de degenerados a los parlamentarios conservadores por haber nombrado a "un traidor".
Los dos hombres que hoy se disputan el poder en Grecia tienen 66 a?os, y en 1964 y 1965 formaron parte del Gabinete de Georgios Papandreu, m¨¢ximo dirigente de la Uni¨®n de Centro y padre del actual primer ministro. De ah¨ª arranca un odio que 20 a?os no han podido borrar. En la crisis que enfrent¨® a Papandreu padre con la corona, Mitsotakis no s¨®lo no cerr¨® filas con el l¨ªder de su partido, sino que, con varios diputados del mismo, se desmarc¨® en un movimiento que contribuy¨® a la ca¨ªda del Gobierno. En opini¨®n de Andreas, se jug¨® en aquella ocasi¨®n algo m¨¢s que una crisis de Gobierno o una disputa institucional: se abri¨® pas¨® a la dictadura militar implantada en 1967. Jam¨¢s s¨¦ lo ha perdonado a Mitsotakis. Este, por su parte, asegura que entonces solo el l¨ªder del PASOK apoy¨® la decisi¨®n de su padre de dimitir y precipitar as¨ª la crisis, con lo que, no s¨®lo detiene el tiro, sino que devuelve la pelota al campo contrario.
Papandreu propin¨® la pen¨²ltima patada en la espinilla de su enemigo el 25 de mayo en Sal¨®nica al exigirle, ante cientos de miles de entusiastas partidarios, que explicase sus "estrechos contactos en Londres con Constantino Gluksburg", el ¨²ltimo rey. Mitsotakis entr¨® inmediatamente al trapo, calific¨® la sugerencia de "total y absoluta mentira" y, por si quedaba alguna duda, aclar¨® que la cuesti¨®n de la monarqu¨ªa qued¨® cerrada con el. refer¨¦ndum de 1974, que convirti¨® a Grecia en una democracia parlamentaria.
Al d¨ªa siguiente, era otro dirigente del PASOK, Costas Laliotis, el que ped¨ªa en Varda al l¨ªder de la oposici¨®n que expusiera sus planes respecto a la suerte de los dirigentes del r¨¦gimen de los coroneles que cumplen condena de cadena perpetua en la prisi¨®n de Koridalos, la misma que fue escenario de innumerables casos de tortura durante los siete a?os de dictadura militar. Para Laliotis, el silencio de Mitsotakis confirma las sospechas de connivencia con la extrema derecha. Entre acusaciones y contraacusaciones, en medio de un juego en el que parece que todo. vale, la verdad no siempre es f¨¢cil de descubrir.
El recuerdo de la c¨¢rcel
Tanto Papandreu como Mitsotakis visitaron las c¨¢rceles de los coroneles tras implantarse la dictadura militar en 1967, pero por poco tiempo. Los socialistas (hay que suponer que con la aquiescencia de su jefe de filas) sostienen que el dirigente conservador cambi¨® su silencio y la retirada de la pol¨ªtica activa por su liberaci¨®n. Mitsotakis hace un relato m¨¢s heroico: el de su huida del pa¨ªs en un peque?o yate a trav¨¦s del Egeo. Y recuerda que un hijo suyo, que ten¨ªa entonces 40 d¨ªas, se convirti¨® en el preso pol¨ªtico m¨¢s joven del mundo, ya que la junta militar tuvo a toda su familia 40 d¨ªas bajo arresto domiciliario para forzarle a regresar.
El m¨¢ximo dirigente de Nueva Democracia recuerda, por su parte, c¨®mo su rival sali¨® a la calle gracias a las presiones por el entonces presidente norteamericano, Lyndon Johnson, que respond¨ªa a la petici¨®n de varios influyentes economistas, como el ex embajador John Kenneth Galbraith. ?ste cuenta lo que Johnson le dijo por tel¨¦fono a uno de sus consejeros: "Llama a Galbraith y dile que he dicho a esos griegos bastardos que liberen a ese hijo de perra, quienquiera que sea". Los conservadores (y no parece- que Mitsotakis tratase de impedirlo) sacaron a la ' luz una cinta magnetof¨®nica en la que, supuestamente, Papandreu aconsejaba sobre pol¨ªtica econ¨®mica a uno de los hombres fuertes de la junta. militar, Stilianos Patakos.
Se juega fuerte y, como consecuencia al parecer inevitable, se juega sucio. Un peri¨®dico progubernamental, Avrani, ha llegado al extremo de cuestionar la actuaci¨®n del l¨ªder conservador durante la II Guerra Mundial al publicar una fotograf¨ªa en la que, al parecer, se le ve del brazo de dos oficiales alemanes durante la ocupaci¨®n. Mitsotakis ha presentado una demanda por difamaci¨®n y el propio Papandreu ha desautorizado a la publicaci¨®n, no sin recordar que su rival es la representaci¨®n de la traici¨®n, la corrupci¨®n pol¨ªtica y la protecci¨®n de la clase olig¨¢rquica.
Lo cierto es que Mitsotakis, un pol¨ªtico cretense de casta (Elefterios Venizelos," el estadista por antonomasia de la Grecia moderna era t¨ªo abuelo suyo), contribuy¨® a unir las fuerzas de la resistencia contra la ocupaci¨®n alemana en Creta, fue condenado a muerte en un par de ocasiones y, ya como oficial griego, jug¨® un importante papel en las negociaciones para la rendici¨®n germana en la isla a las fuerzas brit¨¢nicas.
Tambi¨¦n Papandreu puede exhibir un curr¨ªculo de perseguido tanto durante el r¨¦gimen de los coroneles como en la dictadura de Andreas Metaxas, cuyas c¨¢rceles conoci¨® en 1939 cuando, estudiante de Derecho, se iniciaba en pol¨ªtica desde una posici¨®n trostkista no muy firme. Luego lleg¨® el exilio en Estados Unidos -adonde arrib¨¦ en 1940 con 14 d¨®lares en el bolsillo-, la nacionalidad norteamericana en 1944 y su inmediato servicio, durante dos a?os, en la Navy, la direcci¨®n del departamento de Econom¨ªa de la universidad de California, el matrimonio con una estadounidense a la que conoci¨® en Minnesota (Margaret Chant, con la que tiene cuatro hijos, uno de ellos diputado por Patr¨¢s en la ¨²ltima legislatura) y la vuelta a Grecia.
De nuevo en su pa¨ªs natal, y tras su renuncia a su nacionalidad del otro lado del Atl¨¢ntico, pas¨® de ser el delfin del viejo le¨®n centrista Georgios Papandreu a desbordarle por la izquierda. Durante la dictadura, desde dentro y desde fuera del pa¨ªs, luch¨® contra el r¨¦gimen de los coroneles e incluso cre¨® un movimiento de resistencia, el PAK, que provoc¨® m¨¢s ruido que nueces y en el que colabor¨® el nuevo presidente de la Rep¨²blica, Christos Sartzetakis.
Con la restauracion democr¨¢tica, Papandreu fund¨® el PASOK, un movimiento m¨¢s que un partido, basado inicialmente en su propio e indudable carisma y en una guardia verde (el color del partido) entusiasta hasta el fanatismo. El PASOK logr¨® calar hondo en la sociedad griega con un mensaje que debe m¨¢s al populismo que al socialismo, un mensaje de cambio social que culmin¨® en la arrolladora victoria de 1981 y en los gritos de miles de gargantas en los recientes m¨ªtines electorales: "Estamos contigo, Andreas, juntos por la nueva Grecia".
Constantino Mitsotakis, su rival y enemigo personal y pol¨ªtico, prometi¨® hace unos a?os, recordando
Mitsokakis y Papandr¨¦u , m¨¢s que una lucha pol¨ªtica
a Elefterios Venizelos: "Creta puede dar todav¨ªa otro primer ministro". Ahora tiene este objetivo al alcance de la mano. Y sus manos, como sus piernas, son largas: no en vano mide 1,92 metros. Sonr¨ªe poco y, a veces, cuando lo hace parece justificarse un tanto el apodo mal¨¦volo que le ha inventado la Prensa progubernamental: el Frankenstein de la derecha. Sus asesores norteamericanos le aconsejaron que sonriera en su ¨²ltima aparici¨®n televisiva. Lo hizo varias ve ces con un resultado desastroso. M¨¢s soportable es la sonrisa que exhibe en los carteles electorales, fruto indudable de muchas horas delante del fot¨®grafo.El poder de la palabra
Personalmente, el l¨ªder de la derecha es elegante, de una correcci¨®n intachable y fr¨ªa, capaz de lanzar los mensajes m¨¢s duros ("el PASOK conduce a Grecia hacia el totalitarismo", "¨¦ste es un degenerado Estado verde, glot¨®n y derrochador") sin cambiar de tono, sin elevar la voz. En la batalla personal con Papandreu ha optado por contestar "s¨®lo con argumentos pol¨ªticos". Hier¨¢tico como parece, es capaz, sin embargo, de despertar ante las multitudes los mismos entusiasmos que su antagonista. En el Parlamento, Mitsotakis es un magn¨ªfico tribuno. Ante las multitudes, no parece tan convincente como Papandreu, excepto que las multitudes est¨¦n convencidas de antemano. Pero hay un orador mejor que ambos: Leonidas Kirkos, el l¨ªder del eurocomunista y escasamente implantado KKE (del Interior).
Tras la ca¨ªda de los coroneles, en 1974, Mitsotakis inici¨® una dura traves¨ªa del desierto que pas¨® por la fundaci¨®n de un partido liberal que no lleg¨® a superar el 0,9% de los votos en noviembre de ese mismo a?o y al frente del cual sufri¨® su primera y hasta ahora ¨²nica derrota electoral. En 1977 fue elegido diputado con el apoyo de Nueva Democracia, y en 1978 ingres¨® en este partido, que entonces era el gobernante.
Fue ministro de Econom¨ªa y Asuntos Exteriores en 1980 y 1981, cuando el acceso de Constantino Caramanlis a fa presidencia de la Rep¨²blica abri¨® la batalla por la sucesi¨®n en Nueva Democracia. Su elecci¨®n en septiembre de 1984 pareci¨® en un principio no dejar cerrado el proceso, pero, desde entonces, Mitsotakis se ha afianzado como l¨ªder indiscutido de la oposici¨®n, hasta el punto de que ni siquiera lleg¨® a plantearse abiertamente la posibilidad de que Caramanlis, l¨ªder hist¨®rico del partido y de la derecha griega, pudiera sustituirle tras abandonar la jefatura del Estado.
La mujer de Mitsotakis, Marika Giannoukou, tiene 33 a?os. Los cuatro hijos del l¨ªder conservador son de un anterior matrimonio. Toda la familia hace campa?a, como la de Papandreu. La esposa de ¨¦ste, Margaret, puede darle muchos votos femeninos al PASOK desde la presidencia de la Uni¨®n de Mujeres Griegas.
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