La atenta mirada de Washington
La gran transformaci¨®n que los socialistas griegos han llevado a cabo durante sus tres a?os y medio de Gobierno en materia de pol¨ªtica exterior ha sido, seg¨²n su propio programa para los comicios legislativos de hoy, pasar de la f¨®rmula Grecia pertenece a Occidente a la m¨¢s nacionalista y popular Grecia pertenece a los griegos. El primer ministro y l¨ªder del Movimiento Socialista Panhel¨¦nico Andreas Papandreu, ha conseguido que sus aliados norteamericanos y de la OTAN y sus socios comerciales y pol¨ªticos de la Comunidad Econ¨®mica Europea miren con irritaci¨®n, no siempre contenida, pero con un nuevo respeto, hacia este peque?o pa¨ªs mediterr¨¢neo que, al menos en el terreno de la ret¨®rica, pretende jugar un papel m¨¢s aut¨®nomo frente a los grandes poderes pol¨ªticos y econ¨®micos.Durante la campa?a electoral, la ret¨®rica antiatlantista y antinorteamericana ha estado casi ausen te del mensaje que Papandreu y el PASOK han lanzado a las masas. El primer ministro griego y el se cretario de Estado de la Casa Blanca, Caspar Weinberger, han suspendido el intercambio de dardos envenenados, tan frecuente en ¨¦pocas anteriores. Y de una forma sutil, aunque clara, Papandreu ha dejado ver que si su partido consigue un nuevo mandato de gobierno, las relaciones con Washington y la OTAN mejorar¨¢n sustancial mente. "Nuestros aliados pueden esperar tiempos m¨¢s tranquilos" declar¨® a un periodista de The New York Times en la ¨²nica entrevista concedida durante la campa?a pero dejando. en claro, eso s¨ª, que en las cuestiones fundamentales su posici¨®n "permanecer¨¢ inalterable".
De hecho, el programa del PASOK prev¨¦ la retirada de todas las armas nucleares de territorio griego y el desmantelamiento de las bases norteamericanas (dos en Creta, dos cerca de Atenas y una veintena de instalaciones menores). En el primero de los casos no se fija un calendario concreto, y aunque se reserva la posibilidad de proceder a un desarme unilateral, se liga la cuesti¨®n a la desnuclearizaci¨®n de los Balcanes. En cuanto a las bases, Papandreu afirma que se limitar¨¢ a cumplir el tratado suscrito con Estados Unidos en 1983, que fija un plazo de 17 meses, a contar desde la caducidad del acuerdo, a finales de 1988, para que se complete el proceso de retirada.
El 'garbanzo negro'
No parece que Papandreu haya renunciado por completo a ser el garbanzo negro de la OTAN, el socio d¨ªscolo e incordiante que no duda en afirmar que la amenaza -iene del Este (Turqu¨ªa, un aliado sobre el papel) y no del Norte (de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, un enemigo potencial seg¨²n la doctrina atl¨¢ntica). Pero al menos ha disminuido en unos cuantos grados el tono de su radicalismo. La propia pertenencia a la OTAN e incluso a la CEE no est¨¢n ya en cuesti¨®n. El pasado mes de marzo, durante la crisis presidencial, cuando Atenas era un hervidero de toda clase de rumores alarmistas, Papandreu, a trav¨¦s de su portavoz, Dimitris Maroudas, se apresur¨® a se?alar que Grecia no abandonar¨ªa ni la organizaci¨®n militar ni la econ¨®mica. En su programa electoral, el PASOK se limita a asegurar que las relaciones con la OTAN "estar¨¢n determinadas por la firme prioridad de nuestros intereses nacionales", f¨®rmula que se repite casi palabra por palabra en la referencia a la CEE.
En realidad, ni siquiera los comunistas cuestionan la permanencia en las dos organizaciones. Los prosovi¨¦ticos del KKE del exterior no incluyen la retirada de la OTAN entre las exigencias para un programa com¨²n que permitir¨ªa que apoyasen al PASOK incluso desde fuera del Gobierno. Se limitan a pedir, "como primer paso", la retirada del dispositivo militar, as¨ª como que se eviten las consecuencias negativas de la integraci¨®n en la CEE.
La victoria en los comicios d¨¦ hoy se va a decidir, muy probablemente, por las cuestiones internas, singularmente por las que afectan al bolsillo, Pero apenas caben dudas de que ha sido en el cap¨ªtulo exterior donde el PASOK puede exhibir destacables resultados. Papandreu se ha desmarcado de sus aliados en m¨²ltiples ocasiones: se neg¨® a condenar el derribo por cazas sovi¨¦ticos de un jumbo surcoreano en 1983, no se uni¨® a las sanciones econ¨®micas contra el r¨¦gimen polaco tras el golpe de 1981, ha votado con frecuencia al lado del bloque socialista en la ONU, ha estrechado los lazos con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, se ha negado a participar en las maniobras de la OTAN en el Egeo y ha impedido la aplicaci¨®n en la zona del plan Rogers, e incluso ha llegado a preparar un encuentro entre Mitterrand y el l¨ªder libio, Muammar el Gaddafi, que, obviamente, en nada agrad¨® a Washington.
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