Concelebraci¨®n en el quiosco
Al ritmo de un pasodoble torero, como queriendo rendir homenaje al triunfo de Anto?ete del d¨ªa anterior, Miguel R¨ªos sali¨® a la arena de la plaza de Las Ventas con el entusiasmo contagioso de un principiante que se supiera todas las lecciones. Acababa de oscurecer y la fiesta alcanzaba su punto culminante en el gigantesco quiosco de m¨²sica que el cantante granadino ha ideado para recorrer con su rock and roll los ruedos espa?oles.Cada subcultura crea sus propias formas de comunicaci¨®n y su lenguaje. El rock las ha creado con una variedad tan ampl¨ªa como la n¨®mina de buenos cantantes que ha dado, Miguel R¨ªos las asume y las desarrolla en un rito de celebraci¨®n que ofrece al p¨²blico con las claves del gran espect¨¢culo Son claves tan sencillas como eficaces: el grito, la complicidad con el espectador, la sinceridad y la entrega total.
Sencillas, pero peligrosamente resbaladizas si no se desarrollan con el rigor, la seriedad y la alegr¨ªa con que las enfrenta Miguel R¨ªos. En el m¨¢s m¨ªnimo fallo puede estar la diferencia entre el ¨¦xito -que no es otra cosa que el logro de la comunicaci¨®n- y el fracaso estrepitoso; que el concierto de Miguel R¨ªos sea plenamente una ceremonia concelebrada en la que lo que sucede en el escenario se transmite instant¨¢neamente al p¨²blico no se debe a la casualidad, se debe a la inteligencia con que prepara sus actuaciones y a la entrega con que las lleva a cabo.
Por debajo -o por encima- de la aparatosidad del escenario, de la demostrada calidad de los m¨²sicos, de la perfecci¨®n del espect¨¢culo, hay en Miguel R¨ªos una cualidad poco explicitada: la del artista que se enfrenta a pecho descubierto con el p¨²blico para darle lo mejor de s¨ª mismo: sus pensamientos, su manera de entender el mundo y la vida. Si hay cantores que cantan opinando Miguel R¨ªos es un caso paradigm¨¢tico. Cuando se define como pacifista, ecologista y antinuclear no hace otra cosa que resumir Ia columna vertebral de todo su quehacer de a?os; cuando lo ex presa a trav¨¦s del rock tan s¨®lo est¨¢ utilizando el lenguaje que le gusta y que conoce a la perfecci¨®n. Con las bengalas, los gritos o lo aplausos, los miles de persona que llenaban la plaza estaban mostrando su solidaridad. Yo tambi¨¦n.
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