Insatisfacci¨®n general en Italia tras el refer¨¦ndum sobre la escala m¨®vil

La clase pol¨ªtica y sindical italiana trataba ayer de olvidar lo antes posible el refer¨¦ndum sobre la escala m¨®vil, que ha sido apellidado de la discordia y que no ha satisfecho a nadie: ni a los comunistas, que lo han perdido, pese a haber jugado con unos aliados at¨ªpicos, como los neofascistas de Giorgio Almirante (MSI), ni al Gobierno de Bettino Craxi, que, al manifestar ayer su l¨®gica satisfacci¨®n por la victoria, prefiri¨® huir de todo triunfalismo y afirm¨®: "Ahora tendremos que afrontar los otros problemas, que no son pocos".El primer problema es el que han planteado los empresarios privados con su decisi¨®n de anular unilateralmente la escala m¨®vil. Ese gesto ha sido, antes que nada, como subray¨® ayer toda la Prensa, una bofetada al Gobierno y a los sindicatos que lo hab¨ªan apoyado en este refer¨¦ndum. Lo que m¨¢s destacaban ayer los observadores es el hecho inesperado de que, junto con las grandes regiones tradicionalmente comunistas, como Regio Emilia, Toscana y Umbr¨ªa, las ¨²nicas regiones donde venci¨® el s¨ª propuesto por los comunistas han sido las del profundo Sur, pobre y democristiano, es decir, Campania, Calabria, Cerde?a y casi Sicilia.

Tambi¨¦n ha sido muy significativo que haya ganado el no en los grandes centros industriales del Norte. La Prensa comentaba ayer que han sido los obreros establecidos y con trabajo quienes se han puesto de parte del Gobierno y han sancionado su severidad en materia econ¨®mica, mientras que los numerosos pobres del Sur, han votado en masa contra la pol¨ªtica econ¨®mica de los mismos partidos a los que votaron en las ¨²ltimas elecciones.

Otro problema actualizado por el resultado del refer¨¦ndum ha sido el de la sucesi¨®n a Sandro Pertini en la jefatura, del Estado. Si el Gobierno hubiese perdido el refer¨¦ndum, Craxi habr¨ªa dimitido, de acuerdo con lo que prometi¨®, en cuyo caso, los democristianos habr¨ªan tenido menos posibilidades de pedir para ellos, dentro de unas semanas, la sucesi¨®n del presidente. La inc¨®gnita es cu¨¢l de los dirigentes democristianos obtendr¨¢ los votos necesarios para desempe?ar el cargo. Craxi y los socialistas har¨¢n incluso lo imposible para que el elegido sea un filosocialista.