El ingreso marca el inicio de una nueva etapa, seg¨²n el primer ministro de Portugal

El claustro del monasterio de los Jer¨®nimos, en Lisboa, proporcion¨® ayer un marco inigualable para la primera firma del tratado de adhesi¨®n de Espa?a y Portugal a la CEE. Ning¨²n jefe de Estado de los doce particip¨® en esta ceremonia, que marca, seg¨²n manifest¨® el primer ministro Mario Soares, "el inicio de una nueva vida" para su pa¨ªs.

Los delegados comunitarios fueron recibidos a partir de las 9.30 horas (hora portuguesa, 10.30 hora espa?ola) por el primer mandatario portugu¨¦s, Mario Soares, en la Torre de Belem. Desde all¨ª, las delegaciones recorrieron a pie unos 300 metros hasta llegar al claustro, en el que a las 11 (hora espa?ola) comenz¨® el acto.Tras las intervenciones de Bettino Craxi, Giulio Andreotti y Jacques Delors, a las 11.30 horas tom¨® la palabra Mario Soares. El primer ministro afirm¨® que "la adhesi¨®n exige mucho de los portugueses" y anunci¨® su intenci¨®n de proseguir una pol¨ªtica econ¨®mica de rigor. Soares a?adi¨® que Portugal empieza ahora una nueva etapa tras haberse cerrado el ciclo imperial. "Se inicia una nueva vida", dijo, "cuando ya no hay nuevos mundos por descubrir, pero s¨ª hombres y condiciones de vida que deben transformarse y mejorarse y nuevas tecnolog¨ªas por desarrollar".

Soares tuvo buenas palabras hacia Espa?a: "Con la entrada simult¨¢nea en la CEE se abre para nosotros una nueva fase de cooperaci¨®n bilateral ampliada, basada en el respeto mutuo, en la solidaridad y en la reciprocidad de las ventajas". En su discurso cit¨® tambi¨¦n al actual presidente portugu¨¦s, Ramalho Eanes -ausente de este acto por razones de discusi¨®n pol¨ªtica sobre protocolo con Soares-, pero olvid¨®, al referi rse a los jefes de Gobierno que hab¨ªan intervenido en esta larga negociaci¨®n, a Pinto Balsemao. Luego, en privado, le pidi¨® disculpas. 562 invitados -entre ellos, Antonio de Esp¨ªnola, con su mon¨®culo- pudieron asistir a este magno acontecimiento.

A las 11.30 (hora espa?ola) comenz¨® el acto de la firma, primero de los representantes belgas, seguidos de los dem¨¢s comunitarios por orden alfab¨¦tico. Terminadas las firmas de los diez, lleg¨® el turno de la delegaci¨®n espa?ola, que fue sorprendida por unos c¨¢lidos aplausos, m¨¢s estruenduosos cuando firmaron los portugueses.

Pocos segundos antes de las 12 horas concluy¨® el acto. Los jefes de las delegaciones se trasladaron al Palacio de Belem, donde fueron recibidos por el presidente Ramalho Eanes, quien intercambio unas palabras de felicitaci¨®n con Bettino Craxi.