Burguiba quiere atar con su viaje a EE UU los cabos sueltos de la pol¨ªtica exterior tunecina

El presidente de T¨²nez, Habib Burguiba, tras su actual visita a Francia, llegar¨¢ el pr¨®ximo 18 de junio a Washington en respuesta a una invitaci¨®n del presidente Ronald Reagan. A sus 82 a?os de edad, que podr¨ªan ser m¨¢s si los registros civiles hubieran existido en su Monastir natal en la ¨¦poca, el combatiente supremo sigue trazando las orientaciones importantes de pol¨ªtica interior de su Gobierno. El presente periplo, que no ha dudado en imponerse a pesar de lo que le fatigan los viajes largos y la tiran¨ªa del protocolo, confirma que Burguiba quiere tambi¨¦n dejarlo todo atado y bien atado en pol¨ªtica exterior.

La elecci¨®n de Francia y Estados Unidos para un desplazamiento que, dada la avanzada edad de Burguiba y despu¨¦s de un infarto premonitorio, bien pudiera ser el ¨²ltimo, recuerda que T¨²nez, corno todos los pa¨ªses peque?os situados entre vecinos poderosos, debe apelar a Dios y al diablo -aunque sea dif¨ªcil en pol¨ªtica exterior d¨ªstinguir qui¨¦n es qui¨¦n- para su supervivencia. En todo caso, Francia y Estados Unidos libran actualmente un guerra sorda por la conquista, la conservaci¨®n o la adquisici¨®n de influencias, sobre todo en el norte de ?frica.T¨²nez, situado como en, un sandwich entre los dos contendientes m¨¢s militantes de esa rivalidad, Argelia y Libia, parece entender que ¨¦ste es el mejor momento para sacar ventaja de esa rivalidad. Su argumento principal es, como el de los grupos minoritarios en parlamentos muy igualados, saber que su voto puede decidir una opci¨®n. El presidente Frangois Mitterrand, con el savoirJaire frances , pag¨® ayer un tributo cort¨¦s a la edad de Burguiba y se desplaz¨® ¨¦l a la Embajada de T¨²nez en, Par¨ªs para la entrevista. Se trata de un gesto que no dejar¨¢ de influir en un hombre que desde hace 30 a?os, pero sobre todo en los ¨²ltimos 10, es objeto de un considerable culto a la personalidad.

Para los franceses, la actual ofensiva de EE UU est¨¢ motivada por el deseo de "adquirir posiciones para contrarrestar la influencia de la Comunidad Europea, sobre todo despu¨¦s de la ampliaci¨®n". Para Estados Unidos se trata de evitar que la URSS adquiera mayores posiciones en el norte de ?frica despu¨¦s de la uni¨®n libiomarroqu¨ª de agosto de 1984.

Lo cierto es que la edad de Burguiba permite a Par¨ªs y Washington realizar c¨¢lculos sobre el posburguibismo, del que tanto se habla desde hace varios a?os y para el que nadie, ni siquiera los tunecinos, parece estar preparado. En todo caso, las ¨²ltimas elecciones municipales de T¨²nez, en abril, boicoteadas por la oposici¨®n, han sido vistas por ¨¦stos como un retroceso de la t¨ªmida democratizaci¨®n anunciada hace cinco a?os.