Historias guerreras
Dos temibles historias de militares amenazan con fastidiar la placentera y hogare?a tarde de los s¨¢bados, un d¨ªa id¨®neo para renunciar a la multitudinaria vida callejera y dedicar a TVE un poco de esa atenci¨®n que no se merece. A primera hora, a t¨ªtulo de digestivo de sabor dudoso, Cateto a babor, en¨¦sima repetici¨®n de la historia del recluta con ni?o, historia destinada a demostrar que en el ej¨¦rcito, detr¨¢s de su apariencia de maquinaria mortal, anida un corazoncito de oro. Alfredo Landa no pecha aqu¨ª con la "ni?a chica" de Los santos inocentes sino con un reto?o de pocos meses que dificulta la instrucci¨®n, mancha esos uniformes que debieran estar siempre impolutos, exige biberones intempestivos las noches de guardia, etc¨¦tera. Y con esto basta: el argumento y un m¨ªnimo de imaginaci¨®n dan una idea del filme.
Mac Arthur, el general rebelde es un elogio desaforado de la figura del militar norteamericano. Joseph Sargent, con la ventaja que proporciona el escribir la historia a toro pasado, trata a Mac Arthur como un profeta. Sus bravuconadas se convierten en advertencias y las frases pronunciadas para insuflar moral a la tropa que deb¨ªa servir de carne de ca?¨®n se tornan sentencias pol¨ªticas. Vae victis!, porque la historia la redactan los vencedores y estos se olvidan de la superioridad econ¨®mica, del hecho de que todos los enfrentamientos transcurrieran en territorio no estadounidense y de lo que lleg¨® a significar el poseer la bomba at¨®mica en el terror de la posguerra. Mac Arthur, en la pel¨ªcula de Sargent, no es un general al frente de un ej¨¦rcito poderoso, sino un estratega capaz de reeducar los h¨¢bitos fascistas de los nipones y convertir a los habitantes del pa¨ªs del sol naciente en adictos a la zarzaparrilla.
Ideolog¨ªa y espect¨¢culo
Si los biopics militaristas de los a?os cuarenta ten¨ªan una inmediata l¨®gica patri¨®tica y de pura propaganda, la moda del cine b¨¦lico de la segunda mitad de los setenta es hija de la conveniencia de aprovechar el g¨¦nero por su vertiente espectacular e ideol¨®gica. Antes, en el Hollywood de William Hays, lo importante era enaltecer al protagonista, persentarlo como un ser fuera de serie digno de ocupar una hora y media de entretenimiento. En Mac Arthur hay una mayor atenci¨®n a los hechos, menos personaje y m¨¢s historia, al menos en apariencia. Porque, en el fondo, lo que se persigue es dejar bien claro que la vida colectiva depende del acierto de unos pocos, de la divisi¨®n preclara de unos individuos a los que el dedo de Dios ha se?alado para dirijan a los dem¨¢s. Seg¨²n Sargent, Mac Arthur era esos elegidos que moldean el presente.
El filme insiste adem¨¢s en la ambici¨®n del general y en las maniobras desplegadas por sus enemigos para que no optara a la presidencia de los Estados Unidos. Sin necesidad de caer en el peor determinismo econ¨®mico, no est¨¢ de m¨¢s hacer constar que las diferencias entre Eisenhower y Mac Arthur,-concedi¨¦ndole a ¨¦ste el privilegio ficcional de ocupar la Casa Blanca, eran las mismas que separaban a Breznev de Chernenko, es decir, materia s¨®lo apasionante para razas misteriosas, expertos en kremlinolog¨ªa o en su equivalente norteamericano, apasionados observadores de fotos en las que un bostezo, una mirada estr¨¢bica o un simple desplazamiento en el inamovible orden protocolario equivalen a una declaraci¨®n expl¨ªcita de preferencias pol¨ªticas. As¨ª, la campechan¨ªa y la cabeza clara de Mac Arthur eran s¨ªntomas positivos frente a la actitud vacilante de sus rivales, quiz¨¢s menos dispuestos a fumigar con bombas at¨®micas.
Pel¨ªculas como Mac Arthur, el general rebelde precisan del contraste con la realidad para entender que, adem¨¢s de aburridas, son falsas. Porque, sin ir m¨¢s lejos, si nuestro actual gobierno ha descubierto las ventajas del atlantismo una vez asumida la responsabilidad de convertir las palabras en hechos, nada nos,obliga a pensar que la historia de la humanidad hubiera sido distinta sin Mac Arthur. Vamos, que los japoneses ocupar¨ªan ahora las Filipinas, e Hiroshima y Nagasaki a¨²n ser¨ªan ciudad¨¦s s¨®lo sujetas a cambios de morfolog¨ªa por la especulaci¨®n del suelo y los terremotos.
Cateto a babor se emite el s¨¢bado a las 16.05 en TVE-1.
McArthur, el general rebelde se emite a las 22.40 en TVE-1.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.