Una fotocopia de s¨ª mismo
Las grandes giras veraniegas de Miguel R¨ªos (19812, 1983 y 1985) concentran su inter¨¦s en los aspectos sociol¨®gicos, jam¨¢s en los musicales. En 1982, el meollo de la cuesti¨®n estuvo en el exuberante e imprevisible ¨¦xito obtenido. Con el Rock de una noche de verano la atenci¨®n se centr¨® en la frontal divisi¨®n de opiniones desatada. La de la presente temporada tiene como sonsonete recurrente el rosario de pinchazos que ha venido cosechando hasta ahora. De m¨²sica se ha hablado bien poco.La gran inc¨®gnita a despejar en la Monumental barcelonesa era la propia celebraci¨®n del concierto y, en caso positivo, la concurrencia capaz de convocar. Miguel R¨ªos present¨® su Rock en el ruedo ante media entrada escasamente larga y largamente convencida. La torera aventura de R¨ªos vive momentos de aguda crisis.
Rock en el ruedo
Miguel R¨ªosLa Monumental. Barcelona, 15 de junio
"Esto que ha sucedido en Pamplona es muy malo para el rock", declaraba R¨ªos el pasado mi¨¦rcoles tras suspender el concierto previsto en la capital navarra. Solemne confusi¨®n de la an¨¦cdota a la categor¨ªa que a veces puede obligar a predicar en ¨¦l desierto. Conviene tambi¨¦n detenerse en el hecho innegable de que sin haber un clima previo favorabl¨¦ (bombardeo radiof¨®nico de una nueva obra discogr¨¢fic¨¢) ni ofrecer nada diferente (como bien salseara Justo Betancourt) resultaba empe?o quijotesco arrastrar Multitudes. Pero quiz¨¢ sea conveniente que abandonemos moment¨¢neamente el meollo de la cuesti¨®n para ir a algo bastante accesorio en la misma: la m¨²sica.
Pegando abajo, de Charlie Garc¨ªa, y Santa Luc¨ªa, de Roque Narvaja, siguen siendo los, dos mejores temas que incorpora su repertorio; la banda toca con competencia, per o sin convicci¨®n; con conocimiento de causa, pero sin pulcritud. Es decir, cumple sin m¨¢s. Miguel R¨ªos es una fotocopia de s¨ª mismo, cuyo ¨²nico lujo expresivo suplementario es una mareante sesi¨®n de footing alrededor del escenario. El escenario: he aqu¨ª la aut¨¦ntica novedad. Por lo que respecta a la creatividad, qued¨® concentrada en la luminotecnia, de efectos resultones y calculados con mimo. Todos esos ingredientes m¨¢s Bienvenidos, Banzai, El rock no tiene la culpa, Antinuclear, Al Andalus o el Himno a la alegr¨ªa redondear¨®n un concierto R¨ªos-R¨ªos de lo m¨¢s ¨¢rquet¨ªpico, tanto en ejecuci¨®n como en respuesta e intercambio de comunicac¨ª¨®n ruedo-tendidos. R¨ªos predica su rock, y la congregaci¨®n le escucha entre el fervor y la exaltaci¨®n. ?se es el modelo, y, a ¨¦l se ajusta toda la trama.
El tema escapa de nuevo a la m¨²sica. Es alej¨¢ndonos de ella como se entiende la sobredosis de "amigos", "hermanos" y "colegas" que impregna la parte textual del espect¨¢culo. Es as¨ª como se comprende que siga conectando una versi¨®n popera de la Oda a la alegr¨ªa, de Schiller-Beethoyen, arreglada a medio camino entre Waldo de los R¨ªos y el Hooked on classics y trufada aqu¨ª y all¨¢ con aires de czarda, mu?eira y gavota.
Los 'bocadillos'
Los bocadillos de Miguel entre tema y tema se convierten en parte sustancial del mensaje. La noche del s¨¢bado se autodefini¨® como "pacifista, ecologista, cachond¨®n y, sobre todo, antinuclear", medi¨® en un ligero,conato de bronca entre el p¨²blico mientras interpretaba Pegando duro, dedic¨® temas a Serrat, a V¨ªctor Manuel y a su socio econ¨®mico en el calvario que recorre este verano, y, en definitiva, se mostr¨® como ese hermano mayor, bienintencionado que resulta ser para la parte m¨¢s joven de sus admiradores o ese chaval marchoso e incansablemente optimista que ven algunos de los que le son pares en edad.El futuro de la gira est¨¢ en el aire. Falta ver si los clarinazos de aviso que est¨¢ recibiendo el Rock en el ruedo no afectar¨¢n tambi¨¦n a su futuro trabajo fuera de las plazas. Los toros que quedan fuera quiz¨¢ sean todav¨ªa m¨¢s dif¨ªciles de lidiar.
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