La Fuerza Delta, un historial claroscuro
, Cuando, a las siete de la ma?ana (hora de Washington) del viernes 14 de junio, el consejero nacional de Seguridad, Robert McFarlane, despert¨® a Ronald Reagan para comunicarle que extremistas isl¨¢micos hab¨ªan secuestrado un avi¨®n de la TWA, en Fort Bragg (Carolina del Norte), a 400 kil¨®metros al sur de Washington, la Fuerza Delta, la principal unidad antiterrorista con que cuenta Estados Unidos, ya estaba lista para intervenir.Informaciones no desmentidas por el Pent¨¢gono dijeron que algunas unidades de la Delta Force hab¨ªan sido enviadas a alg¨²n lugar del Mediterr¨¢neo oriental en las primeras horas de la crisis. Esta unidad supersecreta, integrada por unos 100 hombres, fracas¨® en la madrugada del 25 de abril de 1980, en un lugar del desierto iran¨ª, en su intento de rescatar a los norteamericanos de la Embajada de Teher¨¢n.
En la invasi¨®n de Granada, los hombres de Delta ten¨ªan como misi¨®n limpiar la pista del aeropuerto de Punta Salinas antes de la llegada de los paracaidistas de los Rangers, pero llegaron m¨¢s tarde por problemas de comunicaciones. La Fuerza Delta tambi¨¦n fracas¨® en su objetivo asignado de tomar la prisi¨®n de Richmond Hill. La intervenci¨®n de esta unidad secreta fue la principal causa de que Reagan prohibiera a la Prensa participar en las primeras horas de la invasi¨®n.
El secretario del Pent¨¢gono, Caspar Weinberger, dijo ante el Congreso que las Special Operations Forces (SOF) constituyen "una de las principales prioridades de esta Administraci¨®n". El tipo de conflictos de bajo nivel, en contraposici¨®n a las guerras convencionales a gran escala, para los que estas unidades est¨¢n especialmente preparadas, son la amenaza m¨¢s probable para EE UU hasta el fin de siglo, explic¨® Weinberger. El Congreso recela de estas fuerzas, para cuya utilizaci¨®n, a diferencia de lo que ocurre con la CIA, el Pent¨¢gono no necesita autorizaci¨®n parlamentaria. El pasado a?o el Congreso investig¨® la posibilidad de que unidades de las SOF hubieran podido ser utilizadas encubiertamente por la CIA en Centroam¨¦rica, pero no consigui¨® demostrarlo.
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