Goldie Reagan

Herbert Ross no tiene mal pulso como director de comedias y en Protocolo distribuye los ingredientes c¨®micos con cierto sentido de la medida y con habilidad, hasta el punto de que saca de ellos bastante m¨¢s partido de lo que el gui¨®n deja entrever. Protocolo, sin ser una buena comedia, tiene escenas con gracia y puede verse. Sus muchas limitaciones proceden del mediocre gui¨®n en que se basa.La primera y m¨¢s grave limitaci¨®n es que se trata con toda evidencia de una comedia de encargo, a la medida de la simp¨¢tica pero limitada actriz Goldie Hawn, que para mayor evidencia es la productora de la pel¨ªcula. La Hawn repite una y otra vez un mismo personaje, sacado con computadora de sus caracter¨ªsticas: chica algo retrasada mental, rara mezcla de ingenuidad y audacia, una encantadora metepatas que emplea a destajo el viejo gancho er¨®tico de la chica: tonta, tan explotado por el cine norteamericano cl¨¢sico.

Baste recordar, para entendernos, algunas de las grandes comedias de George Cukor con Judy Hollyday, o las de Billy Wilder con Kim Novak y Marilyn Monroe. Estas tres actrices fueron consumadas especialistas en sacar a relucir las gracias sexuales de sus magn¨ªficos personajes de tontas fatales. Pero a Goldie Hawn le falta la contundencia f¨ªsica de sus predecesoras y, por lo que respecta a Marilyn Monroe y Judy Hollyday, le falta su maestr¨ªa interpretativa. Adem¨¢s no tiene guardadas las espaldas por los dos directores que llevaron a estas actrices a sus respectivas cumbres.

Enredo conservador

En efecto, Ross no es Cukor, ni Wilder. Tampoco es Frank Capra, aunque en Protocolo juega a serlo. ?Por qu¨¦? En las tradiciones de la comedia norteamericana hay, una especie de subclase de comedia pol¨ªtica, que Capra llev¨® a su cumbre en los tiempos del New Deal. Y lo mismo que hubo una comedia a lo Roosevelt y otra a lo Kennedy, ahora aparece una comedia a lo Reagan. Protocolo es una de ellas, agarrada al viejo patr¨®n por los pelos, pero ateniendose a sus leyes.Con enga?oso aspecto cr¨ªtico, Protocolo es un enredo reverencial, muy conservador, respecto del poder pol¨ªtico estadounidense. Tiene esto sentido como comedia de consumo familiar en los abundantes sectores reaccionarios. de EE UU, pero fuera de ellos es una tonta contemplaci¨®n norteamericana del propio ombligo. Nueva bober¨ªa que a?adir a la que juega Goldie Hawn.