Las tribulaciones de un m¨¦dico rodeado de secuestradores
Atender como m¨¦dico a los rehenes norteamericanos secuestrados en la capital libanesa por la milicia shi¨ª Amal y sus aliados radicales del Partido de Dios no es exactamente una sinecura, a juzgar por la experiencia vivida ayer por el doctor Alfred Zeouni, cuya presencia fue requerida a bordo del avi¨®n de la compa?¨ªa Trans World Airlines (TWA) donde los tres miembros de la tripulaci¨®n conviven con sus guardianes.Abu Feras, apodo de uno de los custodios, pidi¨® a la torre de control, a trav¨¦s de la radio de a bordo, que les visitase un m¨¦dico para examinar a uno de los cautivos que sufr¨ªa de fuertes dolores intestinales, a lo que el controlador a¨¦reo contest¨® proponiendo enviar al facultativo del aer¨®dromo, el doctor Zeouni, que el domingo ya tuvo la oportunidad de hacer un primer reconocimiento a estos pacientes excepcionales.
La experiencia anterior de este m¨¦dico liban¨¦s cristiano deb¨ªa haber sido lo suficientemente desagradable como para incitarle a solicitar ayer una escolta de Amal, el m¨¢s moderno de los dos grupos shi¨ªes, que le acompa?¨® a bordo, mientras Abu Feras manifestaba no entender c¨®mo pod¨ªa "tener miedo de nosotros".
Pero antes de que empezase esta curiosa visita a domicilio, el portavoz del comando se contest¨® a s¨ª mismo amenazando, siempre a trav¨¦s de la radio, con ejecutar al m¨¦dico y al comandante del avi¨®n, John Testrake, de 57 a?os de edad, s¨ª descubr¨ªa en su botiqu¨ªn algo que no fuesen medicinas.
Cuando el bajaba las escalerillas del aparato, Abu Feras retom¨® el micr¨®fono para agradecerle los servicios prestados a bordo. "Advierta al m¨¦dico", dijo al controlador a¨¦reo, "que mantenga la boca cerrada y no hable con la Prensa, porque si lo hace le cortaremos el pescuezo y habr¨¢ una viuda m¨¢s".
Como prueba de su determinaci¨®n de impedir cualquier contacto con los periodistas, otro miembro del comando dispar¨® una r¨¢faga de metralleta por encima de las cabezas de los fot¨®grafos apostados en la terraza de la terminal, aunque precis¨® inmediatamente por radio que "no quer¨ªa que se marchasen, s¨®lo que mantengan las distancias con nosotros".
Un atrevido funcionario de la aviaci¨®n civil libanesa que pidi¨® permanecer en el anonimato confes¨® que la verdadera enfermedad que padec¨ªa la tripulaci¨®n eran "las picaduras de mosquito, que les tienen fritos a todos".
Los piratas a¨¦reos son, aparentemente, m¨¢s comunicativos con sus rehenes que con la Prensa, y para poder mejorar el nivel de sus conversaciones pidieron a la torre de control que les proporcionase un libro con expresiones corrientes en ¨¢rabe traducidas al ingl¨¦s.
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