Represi¨®n en Polonia
LA SELECCI?N de Varsovia para celebrar en estos d¨ªas la reuni¨®n del Comecon, con la participaci¨®n de los jefes de Gobierno, es, sin duda, un nuevo gesto pol¨ªtico para reafirmar el apoyo al general JaruzeIski por parte de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y de los otros pa¨ªses del llamado socialismo real. Este gesto coincide con una serie de pasos involutivos de las autoridades polacas, que est¨¢n anulando los progresos liberalizadores del a?o 1984, y concretamente la amnist¨ªa decretada en julio de dicho a?o, que permiti¨® recobrar la libertad a la mayor parte de los dirigentes de la oposici¨®n.El hecho m¨¢s escandaloso de esta involuci¨®n ha sido el proceso, concluido el 14 de junio en Gdansk, contra tres de los principales dirigentes de Solidaridad: Adam Michnik, fundador del grupo de oposici¨®n KOR; Wladyslaw Frasynuk, ex dirigente de Solidaridad en Wroclaw, y Bogdan Lis, que era el n¨²mero dos de dicha organizaci¨®n en la clandestinidad. Las condenas han sido desmesuradas, entre tres a?os y medio y dos a?os y medio de c¨¢rcel. Las condiciones en las que se ha desarrollado el juicio lo han convertido en una farsa tan cerril como represiva. El presidente del tribunal, Zieniuk, es una persona corrompida, desprestigiada, cuya vinculaci¨®n con la polic¨ªa es bien conocida. Prohibi¨® la entrada de periodistas extranjeros, convirtiendo el proceso en una ceremonia a puerta cerrada. El fiscal utiliz¨® argumentos t¨ªpicos del estalinismo, identificando la oposici¨®n o las cr¨ªticas al poder con "actividades al servicio de agencias extranjeras". Es evidente que el Gobierno polaco ha creado las condiciones para un proceso de ese g¨¦nero con prop¨®sitos pol¨ªticos: amedrentar a la oposici¨®n y a la vez, sin duda, dar satisfacci¨®n a Mosc¨², temeroso de que se afiance en Varsovia un sistema m¨¢s flexible que pueda diferenciarse del modelo r¨ªgido del mundo sovi¨¦tico. El proceso de Michnik y sus compa?eros no ha sido un caso aislado. Otras detenciones y juicios por causas pol¨ªticas han tenido lugar ¨²ltimamente. El 10 de mayo se han introducido nuevas disposiciones legales que agravan considerablemente las condenas por participar en reuniones ?legales, en manifestaciones, etc¨¦tera. En el campo de la cultura, las principales organizaciones de pintores, escritores, actores, etc¨¦tera han sido disueltas. En la Universidad, se han preparado nuevas leyes -que ser¨¢n dictadas probablemente durante el verano- que otorgan al Gobierno el -poder de destituir a los rectores elegidos y de nombrar a otros, de expulsar a profesores y estudiantes. El prop¨®sito es normalizar zonas de la vida social en las que la actividad de la oposici¨®n se manifiesta con particular vigor.
Jaruzelski intensifica al mismo tiempo sus contactos con la Iglesia; se ha entrevistado con el cardenal Glemp. El ministro de Asuntos Exteriores, Stafan Oszlowski, ha conversado en Roma con Juan Pablo II. Pero la oposici¨®n polaca ha subrayado siempre, con raz¨®n, que el di¨¢logo Estado-Iglesia no es suficiente para resolver los problemas del pa¨ªs. En realidad, el recurso por parte de Jaruzelski a una pol¨ªtica cada vez m¨¢s represiva no hace sino poner de relieve que no ha logrado crear una base social para su mandato y que se siente arrinconado, en una actitud defensiva. Como sindicato clandestino, es obvio que Solidaridad tiene hoy escasas posibilidades de organizar grandes acciones de masas. Pero Solidaridad expresaba adem¨¢s otra cosa: una opini¨®n nacional mayoritaria ansiosa de libertad, y esto sigue vigente. La posibilidad de di¨¢logo entre la sociedad y el Estado que se abri¨® con la amnist¨ªa de julio de 1984 est¨¢ desapareciendo. Y con represi¨®n, ni se resuelven los problemas econ¨®micos ni se logra la estabilidad pol¨ªtica.
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