El presidente estudia una amnist¨ªa para los militares implicados en la represi¨®n

Juristas de la m¨¢xima confianza del presidente argentino, Ra¨²l Alfos¨ªn, estudian una futura ley de punto final, que pueda ser promulgada inmediatamente despu¨¦s de las sentencias contra las tres primeras juntas militares, previstas para los meses de agosto o septiembre pr¨®ximos. Esta ley evitar¨ªa el juzgamiento en cascada de cientos de militares relacionados con la represi¨®n ilegal; juzgamiento, por otra parte, inviable, dado que las fuerzas armadas no tienen la menor intenci¨®n de dejarse procesar en masa. D¨®nde colocar el punto final a los juicios de Buenos Aires es, precisamente, la mayor preocupaci¨®n institucional y jur¨ªdica del Gobierno radical.

En anteriores estudios jur¨ªdicos -desechados- se establec¨ªa una amnist¨ªa para quienes participaron en la guerra sucia contra la subversi¨®n, amnist¨ªa de la que quedar¨ªan excluidos los nueve triunviros de las tres primeras juntas y una lista peque?a de jefes y oficiales distinguidos por su personal y p¨²blica ferocidad. La nueva variante en estudio descartar¨ªa la amnist¨ªa -en el entendimiento de que determinados cr¨ªmenes no pueden ser amnistiados ni olvidados- y se orientar¨ªa hacia una interpretaci¨®n casu¨ªstica del principio militar de obediencia debida.Se insistir¨ªa en la tesis de cargar la mayor parte de las responsabilidades en las c¨²pulas castrenses que dise?aron la represi¨®n como un trabajo de estado mayor, y, de ah¨ª para abajo, s¨®lo se someter¨ªa a proceso a los jefes, oficiales y suboficiales directamente comprometidos con la comisi¨®n de atrocidades tales como torturas, violaciones u homicidios cualificados. El resto de la tropa, aun cuando se encontrara inmersa en la comisi¨®n de actos il¨ªcitos, ser¨ªa exonerada por obediencia debida.

El presidente Alfons¨ªn intentar¨ªa as¨ª hallar una salida digna, un punto final consecuente, posibilista y no demasiado alejado de la justicia, a las presiones que est¨¢ recibiendo de parte de las organizaciones defensoras de los derechos humanos -particularmente las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo para enjuiciar pormenorizadamente a los culpables, y de la nueva c¨²pula militar que acepta el procesamiento de las juntas, pero se resiste a que los procesos se extiendan a los mandos intermedios o inferiores.

Galtieri y Men¨¦ndez

La sesi¨®n del juicio contra las juntas celebrada el pasado jueves coloc¨® en la picota a los generales Leopoldo Galtieri y Benjam¨ªn Men¨¦ndez. Galtieri, ex presidente de la Rep¨²blica, responsable de la ocupaci¨®n de las islas Malvinas, profesionalmente torpe -el ¨²nico oficial latinoamericano que suspendi¨® el curso estadounidense de la Escuela de las Am¨¦ricas-, enfermo, alcoh¨®lico, populista, de trato simp¨¢tico, apoyado en su prestancia f¨ªsica -se cre¨ªa el Patton del Cono Sur por su parecido con el actor George Scott, que encarn¨® al general norteamericano en la pantalla-, qued¨® malparado. Su mejor defensa resid¨ªa en que cuando asumi¨® la presidencia de la pen¨²ltima junta, la represi¨®n ilegal pr¨¢cticamente hab¨ªa cesado por consunci¨®n. Ya no hab¨ªa m¨¢s que matar, y los asesinos ser¨ªan en todo caso sus antecesores en el cargo.