Las 'ni?as' del colegio de La Paz celebraron el fin de curso
El pasado jueves, como todos los a?os a finales de junio, se celebr¨® en el colegio de La Paz la fiesta de fin de curso. Lo que confiere al acto un significado especial es que la m¨¢s joven de las alumnas tiene 65 a?os de edad. Las ni?as, como se las conoce cari?osamente, son las antiguas internas de la inclusa, que por distintas circunstancias han vivido all¨ª toda su vida, cuidando a las m¨¢s peque?as y confeccionando bordados muy apreciados, hasta que la edad las hizo pasar de asistentas a asistidas. Las ¨²ltimas 39 ancianas forman hoy una comunidad cerrada al exterior.
La fiesta consisti¨® en una merienda variada a base de canap¨¦s, refrescos y bebidas alcoh¨®licas, aunque de estas ¨²ltimas las alumnas no hicieron ni uso ni abuso. "No s¨¦ yo c¨®mo me caer¨¢ esto", dec¨ªa con prevenci¨®n una de las ancianas mientras degustaba un bitter sin alcohol. Todas agrupadas en torno a una mesa en un sal¨®n que no ha cambiado su decoraci¨®n desde principios de siglo -cortinones rojos, un piano en el rinc¨®n, cuadros oscuros de santos, suelo de madera-, las ancianas bromearon entre ellas y con las monjas, Hijas de la Caridad, que las cuidan, exquisitamente apartadas de los periodistas, que las contemplaban un tanto estupefactos. Todas son muy bajitas y menudas, impecablemente vestidas con sus trajes de flores veraniegas y discretas.Las seis monjas -algunas de las ni?as comienzan a parecerse irremediablemente a ellas- las quieren y las defienden de la curiosidad ajena, al igual que el actual director del centro, Guillermo Lara: "Que nadie piense que estas mujeres contin¨²an aqu¨ª acogidas a la caridad. Todas ellas est¨¢n en el centro desde muy peque?as, abandonadas o porque su familia no pod¨ªa mantenerlas, pero tampoco su vida ha sido un largo aburrimiento. Se quedaron porque comenzaron a hacerse cargo de las ni?as que iban llegando cada a?o, ni?as que ahora son mujeres casadas y que las visitan o a las que visitan con frecuencia; algunas de ellas fueron muy buenas profesoras; otras se convirtieron en excelentes bordadoras y sus trabajos fueron muy apreciados, por la nobleza. ?ste es su hogar".
Comunidad cerrada
Ahora ya no trabajan, ni cuidan a nadie. De las 39, 15 sufren demasiados achaques como para abandonar su cama. La creaci¨®n de la Ciudad Escolar por la Diputaci¨®n Provincial hace 16 a?os, centro de recogida de ni?os hu¨¦rfanos o abandonados, cort¨® sus lazos con la infancia. Han ido envejeciendo al tiempo que se intensificaba su car¨¢cter de comunidad cerrada a todo lo que no sea ellas mismas y las ni?as que cuidaron.La fiesta acaba apenas dos horas m¨¢s tarde de su comienzo. Entre tanto, Agustina, que parece la m¨¢s extravertida del grupo, ha le¨ªdo una poes¨ªa plagada de ripios, de pajarillos en las ramas, de flores y de amistad. Han recibido el paquete con los regalos -un abanico y un frasco de colonia- que les entregan Mar¨ªa G¨®mez Mendoza, consejera de Salud y Bienestar Social de la Comunidad de Madrid, y Pilar de Urquijo, marquesa de Valdueza, presidenta de las Damas de Honor y M¨¦rito, entidad propietaria del colegio de la Paz desde su creaci¨®n en 1679.
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