Los errores de Romanov

"Le est¨¢ bien empleado por se?orito". Con esta exclamaci¨®n vehemente reaccionaba ayer un ciudadano sovi¨¦tico ante la salida del Polltbur¨® de Grigori Romanov, cuyo nombre se baraj¨® un d¨ªa como sucesor de Le¨®nid Breznev y quien, seg¨²n medios sovi¨¦ticos, no hab¨ªa renunciado a¨²n a ser elegido un d¨ªa secretario general del PCUS. ?Qu¨¦ ha hecho Romanov para merecer unajubilaci¨®n pol¨ªtica anticipada? Atildado en su apariencia, orador elocuente y buen organizador, Romanov pasaba por ser un duro en cultura e ideolog¨ªa, y su idea de mejora de la econom¨ªa daba la impresi¨®n de basarse m¨¢s en medidas disciplinarias con reminiscencias militares que en un cambio de las estructuras.Romanov no gozaba de popularidad entre los sovi¨¦ticos de a pie. Se le reprochaba sobre todo su estilo de vida, que el historiador Zhores Medvedev, hermano de Roy Medvedev, califica de "opulento y corrupto".

La fiesta organizada en 1979 para festejar la boda de su hija, donde se utiliz¨® una vajilla del Museo Hermitage de Leningrado, es todav¨ªa motivo de comentario. Entonces primer secretario de la regi¨®n de Leningrado, Romanov hizo llevar a su dacha una vajilla de incalculable valor y centenares de piezas ¨²nicas. En el calor de la fiesta los hu¨¦spedes hicieron a?icos varias de las piezas y la vajilla no regres¨® completa al museo.

A Romanov se le atribuye tambi¨¦n una afici¨®n al alcohol que, de ser cierta, no resulta compatible con la campa?a para la sobriedad emprendida por la nueva direcci¨®n. Diversas fuentes aseguran que Romanov abus¨® de la bebida durante su estancia en Hungr¨ªa el pasado mes de marzo. Otras voces se?alan que la afici¨®n al alcohol se hab¨ªa dejado notar durante la visita a Finlandia en octubre pasado. En mayo, Gorbachov critic¨®, al parecer, a Romanov en Leningrado con una referencia que no apareci¨® en el discurso distribuido a los medios de comunicaci¨®n. Gorbachov, aseguran fuentes sov¨ª¨¦ticas, se refiri¨® al boato innecesario de las caravanas de coches oficiales con reminiscencias del lujo zarista, que casualmente llevaban el mismo apellido que el pol¨ªtico retirado.

Tambi¨¦n en Leningrado Gorbachov dijo que "desde el obrero hasta el secretario del Comit¨¦ Central del partido" deb¨ªan readaptarse. Romanov, por lo visto, no supo hacerlo.