F¨¢rmacos para ganar medallas
La utilizaci¨®n de f¨¢rmacos como ayuda artificial en el deporte de alta competici¨®n sigue estando de actualidad. Y no es de extra?ar dadas las cifras monetarias cada vez m¨¢s elevadas que se barajan en esta actividad y la presi¨®n de cada sociedad por tener h¨¦roes a los que admirar y sobre los que presumir como algo propio.
Marti Vainio ha confesado a un peri¨®dico brit¨¢nico, casi a un a?o vista de su positivo en el control antidoping de Los ?ngeles, que, en efecto, hab¨ªa tomado sustancias prohibidas, no s¨®lo antes de los Juegos Ol¨ªmpicos, sino incluso antes de los Mundiales de Helsinki en 1983. En sus todav¨ªa algo confusas explicaciones habla de que se equivoc¨® de sustancia y que ello fue la causa de su descalificaci¨®n. Le detectaron Metenolona, que es un esteroide anabolizante, igual que lo es la Testosferona que ¨¦l cre¨ªa tomar, aunque ¨¦sta es sintetizada normalmente por el organismo en ciertas cantidades y por ello se encuentra en la orina. Para que su detecci¨®n se considere positiva, y, por tanto, ?legal, debe estar en una proporci¨®n superior a la de seis a uno con respecto a su metabolito precursor, la Epitestosferona. Esto indicar¨ªa una toma ex¨¢gena de Testosferona, ya que ¨¦sta no puede ser reconvertida en su is¨®mero citado.Pero, adem¨¢s, Vainio acusa y dice que "otros muchos atletas deb¨ªan ser igualmente castigados, pues toman sustancias prohibidas". No parecen estar de acuerdo Banks y Vainio sobre los porcentajes de atletas que usan sustancias qu¨ªmicas prohibidas para intentar mejorar su rendimiento deportivo, y obviamente es una cifra diricil de determinar. Pero en publicaciones norteamericanas se aventuran cifras como que el 50% de sus atletas de elite, de una forma u otra, suplementa sus entrenamientos con ayudas qu¨ªmicas. En los pa¨ªses del Este, probablemente, esa cifra es a¨²n superior. Pero si se hacen las cosas correctamente, desde el punto de vista metodol¨®gico, se pueden evitar los controles positivos.
Todo consiste en estudiar con la m¨¢xima exactitud posible el ritmode metabolizaci¨®n que cada individuo tiene para un determinado producto, haciendo pruebas meses antes de las grandes competiciones. As¨ª, por t¨¦rmino medio, los anabolizantes esteroideos que se toman por v¨ªa oral se eliminan en pocas semanas, mientras que los inyectables (de mayor efecto en el organismo) duran m¨¢s de un mes. Pero las caracter¨ªsticas de cada persona, adem¨¢s de las dosis, de la duraci¨®n del tratamiento y de la estructura qu¨ªmica del anabolizante, pueden hacer variar esas cifras bastante.
Como, por otro lado, los sistemas de detecci¨®n son cada vez m¨¢s sofisticados y pueden llegar a descubrir cantidades ¨ªnfimas (nanogramos) de la sustancia prohibida en la orina del deportista, eso hace que se busquen nuevas formas para enga?ar al controlador.
As¨ª, se inyectan Testosferona junto con su is¨®mero (Epitestosferona) para mantener las propor-, ciones naturales. O algo m¨¢s eficaz, porque sus efectos son m¨¢s duraderos, como inyectar LH,(Luteotropina), que es una hormona de estructura prote¨ªca y que induce la s¨ªntesis end¨®gena de Testosferona, con lo que los niveles de ¨¦sta se elevan, as¨ª como los de su precursor, la Epitestosferona. Dado que se ha descrito que los atletas sometidos a esfuerzos y entrenamientos fuertes tienen ligeramente rebajados sus niveles de Testosferona natural, aunque'ello no afecte a su normal funcionalidad, con este m¨¦todo no s¨®lo se compensan esas bajadas, sino que se elevan esos valores por encima de lo habitual, lo que aparentemente favorece sobre todo una mayor capacidad para el entrenamiento y una recuperaci¨®n m¨¢s r¨¢pida.
Otra hormona que se sigue usando es la prote¨ªna Somatotropina (hormona del crecimiento, GH), dado que a¨²n no est¨¢ oficialmente prohibida por no haber un m¨¦todo de detecci¨®n fiable y estandarizado. Sus efectos son m¨¢s poderosos que los de la Testosferona, pero tambi¨¦n m¨¢s peligrosos. En este a?o hay varios atletas de la m¨¢xima categor¨ªa mundial con problemas de lesiones, y probablemente otros que no se hacen p¨²blicos, que se sab¨ªa que se trataron antes de Helsinki y Los ?ngeles con esta hormona.
La r¨¢pida conquista de fama y dinero empuja a muchos de estos deportistas a dejarse manipular por los diferentes personajes que rodean el mundillo atl¨¦tico. Ya Vainio ha dicho que la primera vez que us¨® anabolizantes fue porque le persuadieron para ello personas muy cercanas a la Federaci¨®n Finlandesa de Atletismo y que lleg¨® a usar hasta 27 sustancias diferentes. Ello indica que el ocultismo con el que se tratan estos m¨¦todos lleva consigo en muchos casos una utilizaci¨®n an¨¢rquica y poco selectiva de todo tipo de posibles ayudas qu¨ªmicas, que en el caso de Vainio truncaron una ejemplar carrera deportiva, por cometer errores en su ingesti¨®n en el momento menos oportuno.
En otros casos ocasionan lesiones, dolencias y posibles retiradas prematuras de deportistas, tras una ef¨ªmera gloria conquistada, al menos en parte, artificialmente. Cada uno que saque la moraleja que m¨¢s le guste. Para los organismos internacionales el camino debe continuar en seguir prohibiendo y procurar evitar el uso de todas las sustancias de cualquier tipo que un deportista sano pueda usar para obtener un incremento artificial y, por tanto, no ¨¦tico en su rendimiento atl¨¦tico.
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