La justicia y las pensiones

Son casi cuatro veces m¨¢s los espa?oles que prefieren que se aumenten los impuestos que los que admiten que se recorten (?a¨²n m¨¢s!) las pensiones, seg¨²n una encuesta reciente. Eso es solidaridad social e intergeneracional. Es tambi¨¦n propio inter¨¦s ante su futura vejez, que ser¨ªa suicida preparar tan mal. Es, por ¨²ltimo, estricta justicia, no s¨®lo con quienes pagaron de antemano y de sobra su jubilaci¨®n, sino con aquellos tan marginados (muchos campesinos, servicio dom¨¦stico, etc¨¦tera) que no pudieron ni cotizar lo suficiente, pero gracias a cuyo trabajo mal pagado se ha forjado de modo especial la sociedad de consumo, sus bienes e incluso su gente.No es s¨®lo una mala pol¨ªtica socioecon¨®mica, sino, dig¨¢moslo claro, indigno de bien nacidos el pretender ahora que el fondo de pensiones es un todo cerrado e invariable, negando as¨ª:

1. Los abusos pasados contra quienes no pudieron ni cotizar lo suficiente.

2. La mala gesti¨®n, en tantos sentidos, de esos fondos.

3. La inflaci¨®n tolerada para menoscabar esa deuda estricta y sagrada con los ancianos.

El pueblo espa?ol, aun antes de esa encuesta, ha repudiado ya, por boca de m¨²ltiples asociaciones pol¨ªticas y sindicales, ese vergonzoso expolio de los m¨¢s d¨¦biles por parte de quienes al mismo tiempo derrochan cada d¨ªa m¨¢s en gastos corrientes gubernamentales, en una defensa que no es tal, etc¨¦tera.-