La previsible victoria de B¨¢nzer abre un incierto futuro en Bolivia
MART?N PRIETO ENVIADO ESPECIAL, Ninguno de los dos principales candidatos a las elecciones del domingo en Bolivia, el ex dictador general Hugo B¨¢nzer por la Alianza Democr¨¢tica Nacional y el ex presidente V¨ªctor Paz Estenssoro por el Movimiento Nacional Revolucionario (Hist¨®rico) esperaba obtener ayer una mayor¨ªa absoluta, pero los primeros muestreos en las mesas electorales ofrec¨ªan ya una inequ¨ªvoca ventaja para el general B¨¢nzer, quien se alzar¨¢, presumiblemente, con la primera minor¨ªa. El panorama inmediato es desesperanzador. Los primeros resultados provisionales comenzar¨¢n a conocerse a las cinco de la madrugada de hoy, hora peninsular.
En la media tarde boliviana los comicios continuaban en completa normalidad tras los malos presagios del rechazo de las elecciones por parte del propio Gobierno, la Central Obrera Boliviana (COB) y los sindicatos unificados del campo.Las fuerzas armadas colocaron el pasado jueves su espada sobre la mesa exigiendo el cumplimiento del compromiso electoral acordado hace un a?o entre el presidente Hern¨¢n Siles Zuazo y 10 partidos de la oposici¨®n.
?sta, adem¨¢s, no es la primera vez en 40 a?os que los comicios abarcan a las autoridades municipales tradicionalmente designadas por el poder central. La abierta intervenci¨®n militar, que en un comunicado firmado por el jefe del Ej¨¦rcito, Sim¨®n Sej¨¢s, y los comandantes de las tres armas declar¨® su intenci¨®n de respaldar la cita electoral hasta sus ¨²ltimas consecuencias, ha abierto una cauta tregua entre las fuerzas pol¨ªticas.
Pero el panorama inmediato es desesperanzador: un general profundamente reaccionario, que desplaz¨® mediante un golpe de Estado al Gobierno progresista del general Juan Jos¨¦ Torres -posteriormente asesinado en Buenos Aires-, se apresta a recibir la primera minor¨ªa de los votos de una clase urbana sumida en el desencanto por una hiperinflaci¨®n de al menos el 8.000% anual -no existen estad¨ªsticas oficiales al respecto- y un caos social estimulado por las continuas exigencias de las centrales sindicales.
Nadie piensa en Bolivia que el general Hugo B¨¢nzer pueda gobernar mucho tiempo en minor¨ªa frente a la Central Obrera Boliviana, feudo tradicional del dirigente sindicalista Juan Lech¨ªn, y a los sindicatos campesinos.
Pero el general Hugo B¨¢nzer, avanzando -esta vez democr¨¢ticamente- entre el descontento general, se prepara para ofrecer a los bolivianos una soluci¨®n imposible: un Gobierno autoritario de derechas sobre una sociedad como la boliviana, desilusionada pero profunda y razonablemente izquierdista. Pasa a la p¨¢gina 3
Innumerables desastres t¨¦cnicos caracterizaron la jornada, en la que se daba por segura la victoria de la derecha
Viene de la primera p¨¢ginaLas elecciones generales bolivianas -diputados, senadores, concejales y alcaldes- se desarrollaban, a media ma?ana de ayer, con absoluta normalidad s¨®lo empa?adas por infinitos desastres t¨¦cnicos: urnas abiertas, ausencia de candados, impugnaciones m¨²ltiples, censos defectuosos y hasta la ins¨®lita constataci¨®n de un comisario electoral de ocho a?os -por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria- en una mesa electoral en La Paz. Desde las cero horas del s¨¢bado, impera en todo el pa¨ªs la ley seca hasta el cierre de los colegios electorales.
M¨¢s de dos millones de bolivianos -un 72% del censo- habr¨¢n podido ejercer su voto seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica; un incremento del censo del 42% respecto de las ¨²ltimas elecciones de 1980. Estas elecciones, anticipadas 12 meses, fueron acordadas por el Gobierno y la oposici¨®n, bajo el auspicio de la Iglesia cat¨®lica, hace un a?o, como ¨²ltimo recurso para impedir un golpe de Estado o una insurrecci¨®n popular, dada la destrucci¨®n inflacionaria de la vida econ¨®mica del pa¨ªs.
Al menos durante la ma?ana de ayer y en las jornadas de reflexi¨®n del viernes y el s¨¢bado, el partido en el Gobierno -Movimiento Nacional Revolucionario de Izquierda- y los sindicatos obreros y campesinos renunciaron a atacar los comicios por supuestas irregularidades en la confecci¨®n de los censos que, ciertamente, han privado del voto a cerca del 30% de los campesinos, bien por venalidad pol¨ªtica bien por la dificultad de recensar la continua emigraci¨®n campesina a los centros urbanos.
Comienza el recuento
Los principales problemas habr¨¢n comenzado hoy con el dificultoso recuento de los sufragios en un territorio tridimensional -selvas amaz¨®nicas, desiertos saque?os y vertiginosas alturas andinas-, con diferencias ¨ªdiom¨¢ticas -espa?ol, quechua y aymar¨¢-, con una red de transportes terrestres y a¨¦reos precaria e imprevisible -ayer fue imposible movilizarse dentro del territorio nacional- y con una telara?a de telefon¨ªa en manos de distintas compa?¨ªas privadas que convierten en un ejercicio de candombl¨¦, bud¨², macumba o nigromancia cualquier intento de transmitir datos fiables por tel¨¦fono.
El Gobierno, en buena l¨®gica y pese a sus dificultades, rechaz¨® una oferta estadounidense a fondo perdido para informatizar y transmitir por sat¨¦lite los resultados electorales, que habr¨ªan sido as¨ª, acaso por primera vez en la historia, elaborados y analizados por una potencia extranjera.
No obstante, la Corte electoral se ha comprometido p¨²blicamente a tener listos los resultados definitivos el pr¨®ximo 2 de agosto, para que el 6 pueda procederse al traspaso de poderes tal como lo establece la ley de la Rep¨²blica que adelant¨® las elecciones. A¨²n as¨ª el plazo resultar¨ªa estrech¨ªsimo si, como se espera, ning¨²n partido alcanza la mayor¨ªa absoluta y ha de ser el Congreso de senadores y diputados quien elija presidente entre el l¨ªder de una mayor¨ªa minoritaria o entre el pol¨ªtico consensuado por una coalici¨®n de partidos minoritarios.
Todas las expectativas convergen en la estimaci¨®n de que el general Hugo B¨¢nzer, ex dictador entre 1971 y 1978, alcanzar¨¢ una mayor¨ªa relativa de sufragios al frente de su Acci¨®n Democr¨¢tica Nacional (ADN) con un programa abiertamente derechista que recibe el apoyo popular de una sociedad desencantada por la ca¨®tica gesti¨®n de la izquierda. B¨¢nzer ha vuelto a declarar que acatar¨¢ la decisi¨®n del Congreso si no logra la mayor¨ªa absoluta.
El segundo colocado contin¨²a siendo, en las expectivas de voto, el Movimiento Nacional Revolucionario Hist¨®rico de V¨ªctor Paz Estenssoro, que ya colobor¨® con la dictadura y volver¨¢ a apoyar, aunque sea sedicentemente, a un Gobierno democr¨¢tico presidido por B¨¢nzer. El seguro derrotado hasta el aplastamiento ser¨¢ el partido gubernamental de Siles Zuazo, Movimiento Nacional Revolucionario de Izquierda, y el recipiendario del voto ¨²til de las izquierdas el Movimiento de Izquierda Revolucionaria -una socialdemocracia de inspiraci¨®n europea- de Jaime Paz Zamora.
Los dem¨¢s, falangistas, comunistas sovi¨¦ticos, comunistas prochinos, trotskistas, democratacristianos -a la izquierda de la DC europea-, partidos indigenistas como el Movimiento Revolucionario Tupac-Katari, a su vez escindido en dos, y otras agrupaciones pol¨ªticas, hasta 79, son la comparsa; pero una comparsa que se derrama masivamente por la izquierda y que, con la ayuda -o tras ¨¦l- del todopoderoso sindicalismo obrero-campesino, van a hacer muy dif¨ªcil el gobierno -aunque haya sido sancionado por las urnas- de un conocido y viejo espad¨®n.
Finalmente en este previsible derrumbe estrepitoso del MNRI y de un izquierdismo moderado en Bolivia, cabe hacer el elogio pol¨ªticamente funeral de Hern¨¢n Siles Zuazo. Se enfrent¨® a la izquierda sindical hasta con huelgas de hambre y procur¨® no hacer un drama de su secuestro por parte de oficiales derechistas relacionados con el narcotr¨¢fico -secuestradores ahora exiliados en Espa?a- y pact¨® un adelantamiento de las elecciones para evitar una inevitable -quiz¨¢ todav¨ªa inevitable pese a los comicios- confrontaci¨®n civil.
Su Gobierno encabeza la lista confeccionada por las organizaciones de derechos humanos sobre respeto a las libertades individuales en Hispanoam¨¦rica. Hern¨¢n Siles Zuazo ha sido un dem¨®crata intachable para con su propio pueblo y un hombre de izquierdas internacionalmente consecuente.
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