Donald Regan, un gestor para la convalecencia
Donald Regan, jefe del Gabinete del presidente norteamericano, Ronald Reagan, un hombre de Wall Street (el sistema nervioso financiero de EE UU) y que siempre ha querido manejar la Casa Blanca como si fuera una importante corporaci¨®n, se ha convertido en el personaje clave que dirigir¨¢ la actividad presidencial mientras Reagan est¨¦ internado en el hospital de Bethesda, cerca de Washington, y durante el proceso de convalecencia.
Ronald Reagan ha ejercido siempre la presidencia norteamericana delegando mucho poder y actuando en la pr¨¢ctica como el presidente del consejo de administraci¨®n de una gran empresa. Esta filosof¨ªa se va a acentuar a partir de la operaci¨®n, sobre todo en las seis u ocho semanas pr¨®ximas, seg¨²n explicaron altos funcionarios del entorno presidencial.
Regan, un ex marine de 66 a?os, que madur¨® y amas¨® una fortuna en la presidencia de la firma financiera Merril Lynch, ha anunciado que, en las pr¨®ximas semanas y mientras dure la recuperaci¨®n, el presidente realizar¨¢ "una ligera actividad de trabajo". Hasta ahora el presidente era un ejecutivo de nueve a cinco de la tarde y no se agobiaba con el trabajo y los problemas de Estado, que, a diferencia de muchos l¨ªderes europeos, no le han quitado el sue?o. Nunca ha prestado excesiva atenci¨®n a los detalles, reservando sus esfuerzos para proyectar su personalidad como l¨ªder. Sus escapadas al rancho de California son frecuentes y no necesitan de ninguna justificaci¨®n aparente. Esta actitud le ha permitido a Ronald Reagan mantener, con 74 a?os, la imagen fresca de un pol¨ªtico que disfruta con su cargo.
El objetivo de Donald Regan ahora es conservar la energ¨ªa del presidente y que ¨¦ste descanse lo m¨¢s posible. Esto le permitir¨¢ llegar recuperado, en noviembre, a la anunciada cumbre con el l¨ªder sovi¨¦tico, Mijail Gorbachov, la ¨²nica actuaci¨®n importante prevista hasta ahora en la agenda de la pol¨ªtica internacional del presidente. Las actividades que ten¨ªa proyectadas el presidente en las pr¨®ximas semanas se delegar¨¢n en el vicepresidente, George Bush, y en los miembros del Gabinete. Su esposa, Nancy Reagan, le sustituir¨¢ tambi¨¦n en algunos actos protocolarios, como hizo anoche en la recepci¨®n anual al cuerpo diplom¨¢tico en la Casa Blanca.
Donald Regan, que desde que lleg¨®, hace seis meses, a la Casa Blanca procedente del Departamento de Tesoro ya se hab¨ªa hecho con el control del equipo presidencial, que no compart¨ªa con nadie, ve reforzada su posici¨®n.
Apoyo de Nancy
El jefe del Gabinete tiene el total apoyo y la amistad personal de Nancy Reagan, que con el paso del tiempo se ha convertido en la influencia m¨¢s poderosa, detr¨¢s de su marido, preocupada sobre todo por que sus ayudantes no le sobrecarguen con trabajo.
Donald Regan presidir¨¢, todas las ma?anas, en la Casa Blanca una reuni¨®n del equipo del presidente y, posteriormente, se trasladar¨¢ al hospital de Bethesda, a 16 kil¨®metros de la mansi¨®n presidencial, para informar muy brevemente al presidente.
Se trata de que las decisiones del d¨ªa a d¨ªa se adopten por el jefe del Gabinete y los colaboradores (staff) m¨¢s pr¨®ximos y sean presentadas al presidente para su ratificaci¨®n. Se quiere evitar al jefe del Estado su participaci¨®n en el proceso de toma de decisiones, sobre todo cuando existen opiniones encontradas. Cuando ocurra esto, se presentar¨¢n a Reagan las opciones finales, para que decida. S¨®lo se utilizar¨¢ al presidente para que vuelque su influencia en cuestiones claves como la reducci¨®n del d¨¦ficit. Esta semana Ronald Reagan intentar¨¢ convencer por tel¨¦fono a los congresistas para que acuerden una reducci¨®n del d¨¦ficit.
La popularidad del presidente se mantiene muy alta (se estima en un 66%) tras la soluci¨®n de la crisis de los rehenes del avi¨®n de la TWA y sus asesores creen que la operaci¨®n servir¨¢ para que el pa¨ªs cierre filas con el jefe del Estado, como cuando sufri¨® el atentado en 1981.
Esta l¨®gica corriente de simpat¨ªa hacia un l¨ªder popular postrado en el hospital va a ser muy necesaria para romper el punto muerto en que se encuentra el debate sobre el presupuesto.
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