Salvador Dal¨ª o el narcisismo de la creaci¨®n
Salvador Dal¨ª nos insinuaba ya en las Confesiones inconfesables, en Diario de un genio y en su Vida secreta que el fantasma del genio s¨®lo se acomoda en aquellos cr¨¢neos privilegiados que son capaces de romper con toda paternidad y de afirmarse como principal perspectiva en el mundo; s¨®lo a trav¨¦s del egocentrismo y del narcisismo del espejo el genio llega a entender que la oposici¨®n sujeto-objeto carece ya de sentido. El resultado de tal asunci¨®n supone la relectura de los viejos textos, la recontemplaci¨®n de las viejas obras y, en definitiva, una nueva concepci¨®n del mundo desde la perspectiva afirmativa del sujeto. As¨ª, el nuevo foco deviene introspecci¨®n, autocontemplaci¨®n y autobiograf¨ªa en narcisos como Proust, Rousseau, Nietzsche, Hitler o Napole¨®n, cuyas confesiones autobiogr¨¢ficas pasan frecuentemente al primer plano de sus obras.La aventura literaria de Salvador Dal¨ª en El mito tr¨¢gico del '?ngelus' de Millet narra el proceso ("paranoicocr¨ªtico") que sigui¨® el autor hasta descubrir que la cesta que aparece en el cuadro de Millet entre el hombre y la mujer era una clara disfuncionalidad en la estructura dram¨¢tica de la obra y que all¨ª deb¨ªa de haber sido pintado algo previamente. Para Dal¨ª, el descubrimiento del ata¨²d que se vislumbra en la radiograf¨ªa que mand¨® hacer en el Museo de Louvre, y que sugiere que Millet hab¨ªa llegado a pintar el entierro del hijo de la pareja de campesinos, es un descubrimiento que tiene como principal referencia el paradigma cient¨ªfico. Por ello se esfuerza en dar cuenta de cada paso del vertiginoso di¨¢logo con su inconsciente, de la concatenaci¨®n evolutiva que le hace avanzar hacia el hallazgo m¨¢gico; por ello tambi¨¦n su lenguaje es el lenguaje de la ciencia: "Como he demostrado en todo lo anterior" o "Ante la sucesi¨®n de coincidencias que se imbrican para ilustrar instant¨¢neamente mi esp¨ªritu, con la m¨¢s poderosa realidad, las ideas delirantes de mi obsesi¨®n, s¨®lo podemos quedarnos mudos". Enmudecimiento, juego o met¨¢fora, que lo lleva, frente al mismo reflejo de Narciso, a dar rienda suelta a la propia experimentaci¨®n obsesiva en sus sucesivos disfraces de ?ngelus (ante los que se hac¨ªa fotografiar), en sus juegos con los guijarros de la playa de Port Lligat y en sus para noias con las cerezas o con las mantis religiosas que le recordaban la posici¨®n de la mujer en la pintura de Millet. M¨¢xima relevancia introspectiva cuyo ¨²ltimo marco te¨®rico halla Dal¨ª en la pretendida cientificidad del psicoan¨¢lisis: "Hemos visto realizarse la identificaci¨®n de Gala y yo con la pareja del ?ngelus, Gala ocupaba en realidad el lugar de mi madre, a quien debo mi terror hacia el acto sexual y la creencia de que me llevar¨ªa fatal mente a m¨ª total aniquilaci¨®n. Podr¨ªa encontrarse en el origen de ese terror un incidente traum¨¢tico decisivo, de un salvajismo excepcional, que ocurri¨® durante mi primera infancia y que est¨¢ muy ligado al complejo de Edipo".Harold Bloom, parad¨®jicamente, piensa que el creador, lejos de consumar el parricidio, tiene la necesidad de "inventarse un padre fuerte" con el que se enfrentar¨¢ violentamente a lo largo de su proceso creativo. Dal¨ª, en tal caso, se hubiera inventado a Millet como padre eventual y hubiera so?ado en representar una conexi¨®n entre los dos inconscientes para hallar una posible confesi¨®n oculta...Siguiendo su narcisismo, los creadores se han manifestado frecuentemente de forma metafiteraria o metaart¨ªstica al saltar el foso que separa ficci¨®n y realidad y presentarse en la obra en carne y hueso. Cervantes, por ejemplo, aparece en el Quijote cuando el barbero habla de La Galatea, que es una obra de Cervantes, y confiesa conocer a ese hombre: "Muchos a?os ha que es grande amigo m¨ªo ese Cervantes, y que s¨¦ es m¨¢s versado en desdichas que en versos". En el mismo sentido, su obra aparece metaliterariamente dentro de su obra cuando los personajes de la segunda parte han le¨ªdo la primera y el propio don Quijote se entera de que es el h¨¦roe en un libro que lleva su nombre.
Los casos de aparici¨®n del autor y/o la obra dentro de la propia obra son m¨²ltiples entre el privilegiado grupo de los humanos talentosos; pensemos en la aparici¨®n de Hamlet dentro de Hamlet cuando se representa una obra que reproduce el argumento de la propia obra; pensemos en Las meninas, en donde Vel¨¢zquez nos descubre a Vel¨¢zquez participando en el acto presente de la creaci¨®n (idea y obra que tambi¨¦n ha parodiado Dal¨ª); pensemos en las constantes incursiones de los autores-personajes Borges y Hitchcock dentro de sus propias obras, etc¨¦tera.
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Otra forma de narcisismo en la que un creador suele verse preso es en la presentaci¨®n de su persona en la escena p¨²blica. Presentaci¨®n que rebasa la tipolog¨ªa que construyera el soci¨®logo E. Goffman en sus estudios sobre la interacci¨®n simb¨®lica que se produce en el ritual teatralizado del primer encuentro. Pues lejos de pretender acercarse al hombre y al mundo, a modo del Dios cristiano, alg¨²n genio se presenta fuera del mundo con la intenci¨®n de reducir la distancia entre su obra y su vida. La vida se artificializa y la ¨¦tica se hace est¨¦tica. Dal¨ª paradigmatiza como nadie a este personaje que, en su forma m¨¢s extrema, es concebible ¨²nicamente en la modernidad. S¨®lo convirtiendo la vida en una extensi¨®n de su obra Dal¨ª puede aparecer en p¨²blico, s¨®lo siendo claro autor-actor de esa delirante escenificaci¨®n el p¨²blico no se ver¨¢ decepcionado. Por ello es tan dif¨ªcil para ¨¦l verse fotografiado (reflejado) ¨²ltimamente sin producir el icono divinizado que le hab¨ªa hecho enamorarse de s¨ª mismo. Irreconciliable tensi¨®n entre lo divino y lo humano a la que Unamuno hab¨ªa hecho referencia en el poema dedicado al Cristo de Vel¨¢zquez y que se concentra en la frase que con m¨¢s dificultad puede pronunciar un narcisista: "Padre, por qu¨¦ me has abandonado".
Para el narcisista creador el mundo es un reflejo del yo y de su obra, pero cuando se refleja detr¨¢s otra imagen, fuera de uno mismo, toda esa capacidad de imaginar, de desear, se ve amenazada como si cuando se reflejan dos im¨¢genes en el espejo ¨¦ste fuera a romperse. La salida est¨¢ en acercarse m¨¢s al reflejo del agua bajo el peligro de llegar a consumar la met¨¢fora de la muerte de Narciso y ahogarse en la locura de pensar que la realidad ya no se diferencia del yo. ?ste es el problema que se le creaba al pobre Borges cuando en la universidad de New London un ingenuo estudiante americano intentaba esgrimir, en un coloquio sobre los militantes, un sentido del humor t¨ªpicamente borgiano, En sus oscuras interioridades Borges deb¨ªa de pensar: "Pero qu¨¦ hace ese imb¨¦cil intentando en presencia de Borges y yo ir de Borges ¨¦l.
En un art¨ªculo titulado Dal¨ª divinizado en una ¨®pera (EL PAIS, 20 de enero de 1985) se narraba la historia de Etre Dieu, la ¨®pera in¨¦dita de Dal¨ª en la que el autor rompe, preso de un ataque de narcisismo c¨®smico, toda su relaci¨®n con El Creador y vuelve a crear el universo. La uni¨®n sujeto-objeto que en Hegel supon¨ªa aprehender la realidad en su direcci¨®n dial¨¦ctica hacia el esp¨ªritu absoluto se convierte en el narcisista ampurdan¨¦s en ruptura radical y en transformaci¨®n de lo dado. Nueva identidad que problematizaba desde el viejo mundo la aterrorizada y her¨¦tica voz del poeta V¨¢zquez Montalb¨¢n: "Pero si fueras Dios, ya no ser¨ªas Dal¨ª". En Etre Dieu, Dal¨ª crea el universo repobl¨¢ndolo con su mitolog¨ªa personal: Marilyn Monroe, Mao Zedong, los Marx Brothers, Juana de Arco, Ana de Breta?a, las Naciones Unidas, Guilles de Rais, la estaci¨®n de Perpi?¨¢n, etc¨¦tera. Atentado contra El Creador o parricidio filogen¨¦tico que caracteriza el pensamiento moderno en la triple versi¨®n de Nietzsche, Freud y Marx y que instala en la modernidad en forma de narcisismo, como han se?alado Richard Sennett y Christopher Lasch. Acontecimiento que nos sugiere tambi¨¦n el narcisismo que supone, en ¨²ltimo t¨¦rmino, por parte del Dios monote¨ªsta, la creaci¨®n de un mundo de seres inferiores que le profesar¨¢n culto durante sus vidas o, de no hacerlo, se condenar¨¢n eternamente en la ca¨ªda definitiva. Narcisismo del creador que Feuerbach descubr¨ªa siguiendo una de sus t¨ªpicas proyecciones antropol¨®gicas en la comunidad jud¨ªa: "La doctrina de la creaci¨®n proviene del juda¨ªsmo; es la doctrina caracter¨ªstica y fundamental de la religi¨®n judaica. Pero el principio que tiene por base no es tanto el principio de la subjetividad, sino m¨¢s bien el del narcisismo".
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