Buena propaganda para la prevenci¨®n del c¨¢ncer de colon
El c¨¢ncer intestinal de Ronald Reagan va a servir para aumentar el ya elevado nivel de atenci¨®n que Estados Unidos presta a esta enfermedad, que afecta en alg¨²n momento de su vida a uno de cada tres norteamericanos y causa la muerte anualmente a 450.000 personas en este pa¨ªs.
Curiosamente, este presidente, que va a necesitar ahora de todos los conocimientos que se posean sobre la enfermedad, ha recortado los gastos de investigaci¨®n m¨¦dica, incluidos los dedicados a la lucha contra el c¨¢ncer, en su cruzada para reducir el peso del Gobierno. Cuando el doctor Steven Rosenberg, uno de los cirujanos que oper¨® a Reagan, anunci¨® con un tono mon¨®tono en la tarde del lunes que "el presidente tiene c¨¢ncer", el efecto de una declaraci¨®n tan directa no fue tan negativo como lo hubiera sido en cualquier otro pa¨ªs.
Estados Unidos est¨¢ acostumbrado a vivir con esta enfermedad, que no tiene aqu¨ª el car¨¢cter maldito y algo vergonzante que presenta en otras sociedades occidentales. Las personas que la padecen hablan de ella y cuentan su lucha a los amigos, a los vecinos o, si son algo famosos, en la televisi¨®n. Los m¨¦dicos, al comunicar la noticia del c¨¢ncer del presidente, insistieron en que "desgraciadamente es una noticia corriente en un hombre de 74 a?os", que pr¨¢cticamente cada minuto se tiene que dar en alg¨²n punto del pa¨ªs. "Al principio es un choque. Lo que se tem¨ªa se convierte en realidad", afirma el doctor Ernesto Rosenbaum, autor del libro Vivir con c¨¢ncer'.
El tumor de Reagan ya ha comenzado a provocar una epidemia de prevenci¨®n del c¨¢ncer de colon, y los m¨¦dicos conf¨ªan en que la publicidad de este caso servir¨¢ para alertar a la poblaci¨®n y conseguir una mejor pol¨ªtica sanitaria preventiva de esta enfermedad, que este a?o contraer¨¢n 138.000 estadounidenses, de los que 60.000 morir¨¢n. Los ciudadanos han asistido en los ¨²ltimos cuatro d¨ªas ante sus televisores a constantes clases de anatom¨ªa, oncolog¨ªa y patolog¨ªa, ofrecidas por los mejores expertos del pa¨ªs. Mu?ecos de tama?o natural desmontables han servido para que nadie se quede sin saber c¨®mo funcionan los intestinos y qu¨¦ es una colonoscopia. Al presidente, estos programas, que ha seguido desde el hospital, le han parecido "muy did¨¢cticos", pero su esposa, Nancy, se ha quejado del exceso de opiniones m¨¦dicas y especulaciones sobre el futuro de su marido.
Se conf¨ªa en que toda esta publicidad suponga para la prevenci¨®n y curaci¨®n del c¨¢ncer de colon lo mismo que signific¨® para el c¨¢ncer. de pecho la mastectom¨ªa a que fue sometida la ex primera dama Betty Ford en los a?os setenta. Entonces se produjo un enorme incremento de mujeres que se hicieron chequeos, lo que provoc¨® una detecci¨®n precoz de muchos c¨¢nceres. Los m¨¦dicos esperan que el caso Reagan les ayude a comunicar que el c¨¢ncer no es ya una condena a muerte. Sin embargo, la guerra contra el c¨¢ncer ha avanzado, muy lentamente en EE UU en la ¨²ltima d¨¦cada, a pesar de los miles de millones de d¨®lares invertidos por el Gobierno.
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