Las bibliotecas p¨²blicas de Estados Unidos, un mercado para el libro espa?ol

La reuni¨®n anual de la American Library Association (ALA) se acaba de celebrar en la ciudad norteamericana de Chicago, Illinois. El encuentro comenz¨® el pasado d¨ªa 6 y es una de las actividades peri¨®dicas de la esta organizaci¨®n. Es esta una asociaci¨®n que re¨²ne a todos los bibliotecarios estadounidenses de la red de bibliotecas m¨¢s grande del mundo. Est¨¢ compuesta por 39.000 bibliotecas y abastece a la poblaci¨®n norteamericana de libros para lectura gratuita. Un 30% del presupuesto de la red bibliotecaria estadounidense est¨¢ destinado a las minor¨ªas ling¨¹¨ªsticas, entre las que la espa?ola ocupa el primer lugar.S¨®lo las bibliotecas p¨²blicas totalizan 14.751 instituciones y disponen de un presupuesto de compras que superan los 120 millones de d¨®lares anuales (unos 19.800 millones de pesetas). Esto despu¨¦s de las fuertes restricciones que el Gobierno de Ronald Reagan ha aplicado al campo de la cultura, para financiar un presupuesto armamentista que tiene al pa¨ªs en uno de los mayores d¨¦ficit fiscales de la historia.

Adem¨¢s de las p¨²blicas, existen 2.536 bibliotecas universitarias, que compran cada a?o otros 37 millones de d¨®lares (unos 6.100 millones de pesetas). Y 2.676 bibliotecas federales, estatales y municipales con presupuestos independientes, y 19.021 bibliotecas especializadas, desde arte y arquitectura hasta cocina y fuerzas armadas, con presupuesto propio.

Esta exhibici¨®n de poder tiene su atractivo e inter¨¦s para el libro espa?ol. Solamente las bibliotecas p¨²blicas destinan el 30% de su presupuesto a la adquisici¨®n de libros para las minor¨ªas ling¨¹¨ªsticas, de las cuales la hispana ocupa el primer lugar. En Estados Unidos se denomina hispanos a todos los que hablan nuestro idioma, aunque la gran mayor¨ªa proviene de Latinoam¨¦rica.

La reuni¨®n de Chicago ha congregado a los encargados de compras de varios millares de bibliotecas, que deber¨¢n decidir en qu¨¦ gastan su presupuesto del a?o pr¨®ximo. Para los editores espa?oles y para los mexicanos, que en su conjunto proveen el 91,8% de los libros en castellano que compran los norteamericanos, se trata de compartir un pastel significativo, sin riesgos comerciales como otros mercados latinoamericanos, y en donde no existe ni siquiera la amenaza de la devaluaci¨®n.

Igualdad de condiciones

Estados Unidos es el ¨²nico mercado en que Espa?a y M¨¦xico se encuentran en igualdad de condiciones, ya que en el resto del mundo las exportaciones espa?olas superan por muchos ceros a las mexicanas.

La raz¨®n se encuentra en la cercan¨ªa, que significa menores costos de fletes y la extensa frontera de 3.000 kil¨®metros que comparten ambos pa¨ªses, y la significativa presencia de la cultura mexicana en la comunidad hispana norteamericana.

Existe una idea difundida de que la comunidad hispana tiene un nivel econ¨®mico paup¨¦rrimo. Imagen seguramente vinculada a la emigraci¨®n ilegal de braceros mexicanos, que cada a?o sirven de mano de obra barata a los agricultores norteamericanos. Esta emigraci¨®n, aunque llega a varios millones de personas, no ingresa -por su ilegalidad- a las estad¨ªsticas. El ingreso promedio de los hispanos, en 1984, fue de 17.800 al a?o, mientras que el ingreso de los norteamericanos lleg¨® a 25.500.

La reuni¨®n de los bibliotecarios norteamericanos, en la que se cont¨® con una representaci¨®n de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a, es sin duda otra de las fiestas millonarias que exhiben el poder econ¨®mico que tiene el negocio del libro en EE UU.