El comit¨¦ confederal de UGT abre el camino para la reconciliaci¨®n entre el sindicato y el Gobierno
Las promesas efectuadas por escrito por el ministro de Trabajo, Joaqu¨ªn Almunia, al secretario general de UGT, Nicol¨¢s Redondo, sobre devoluci¨®n del patrimonio sindical, no facilitar el despido colectivo y reabrir de inmediato las negociaciones sobre participaci¨®n sindical en la empresa p¨²blica convirtieron lo que pudo ser uno de los comit¨¦s confederales de la UGT m¨¢s conflictivos en el comit¨¦ de reconciliaci¨®n entre la central socialista y su Gobierno. Aunque en la reforma de las pensiones seguir¨¢n las discrepancias, a partir de ahora el Gobierno y UGT han reencontrado el camino del entendimiento.
El informe oral que Nicol¨¢s Redondo present¨® ante el comit¨¦ confederal de UGT, m¨¢ximo ¨®rgano entre congresos, celebrado ayer en un hotel madrile?o, resto mucha de la dureza contenida en el informe escrito que hab¨ªa sido entregado a cada uno de los asistentes. La suavidad con que Redondo plante¨® sus cr¨ªticas al Gobierno sorprendieron incluso a los que ya esperaban una dulcificaci¨®n de posturas tras el gesto de acercamiento demostrado por el ministro de Trabajo.El secretario general de UGT se cuid¨® de clarificar que las diferencias con el Ejecutivo eran puntuales y referidas de forma m¨¢s concreta a la reforma de las pensiones, quitando hierro a los enfrentamientos protagonizados entre la organizaci¨®n obrera y el Gobierno.
Fue una sorpresa parecida a la experimentada ante los resultados de la votaci¨®n del informe de gesti¨®n de la ejecutiva. Hac¨ªa mucho tiempo que no se daba unanimidad total -ni un solo voto en contra, ni una sola abstenci¨®n- en el comit¨¦ confederal a la hora de valorar las actuaciones de la ejecutiva.
La explicaci¨®n, seg¨²n algunos representantes sindicales, hay que buscarla en el hecho de que el m¨¢ximo ¨®rgano de direcci¨®n del sindicato hubiera separado de lo que es estrictamente el informe de gesti¨®n su valoraci¨®n y pronunciamiento sobre la reforma de pensiones. Este tema aparec¨ªa en un punto aparte del orden del d¨ªa.
Cambio de actitud
El cambio de actitud demostrado por el Gobierno, con sus tres promesas escritas, quiere ahora ser capitalizado por las dos grandes tendencias del sindicato. Y as¨ª, los que siempre se mostraron m¨¢s favorables al proyecto del Gobierno afirmaban ayer que las promesas de Almunia, la nueva v¨ªa de entendimiento que ahora parece abrirse es consecuencia de una pol¨ªtica sindical -la concertaci¨®n- que ellos siempre hab¨ªan defendido.Para otros sectores, la oferta del Gobierno, sus compromisos por fin escritos y que despejan serias dudas, como en el caso del despido colectivo, son el producto de la presi¨®n que ha venido ejerciendo la central socialista.
Independientemente de que exista la firme voluntad expresada por la ejecutiva y recogida en su resoluci¨®n de no dar por cerrado, en ning¨²n caso, el conflicto de las pensiones, todo parece indicar que a partir de este comit¨¦ confederal las relaciones entre el sindicato y el Gobierno han sufrido un giro radical. Posiblemente, subsista una cierta dureza en sus contactos y algunas de las heridas tarden tiempo en cerrarse, pero los enfrentamientos ceder¨¢n el paso en el futuro al di¨¢logo.
El desarrollo de la reuni¨®n de ayer es una buena muestra. Pr¨¢cticamente no hubo una voz m¨¢s alta que otra, salvo en alg¨²n amago de enfrentamiento a la hora de matizar determinados criterios.
Se dieron sin embargo algunas an¨¦cdotas bastante significativas. Como cuando Antonio Puerta, secretario general del metal, que interpret¨® como un triunfo de sus tesis la oferta del Gobierno, dijo tras la exposici¨®n de Nicol¨¢s Redondo que "ahora s¨ª siento que este es mi sindicato y ¨¦ste mi secretrario general". Las palabras de Puerta provocaron la inmediata respuesta de Justo Fern¨¢ndez, secretario general de banca que, seg¨²n algunas versiones, en tono crispado, replic¨® que no pod¨ªa reconocerse a la organizaci¨®n s¨®lo cuando ¨¦sta se acercaba a los propios criterios de cada uno.
En definitiva, fueron enfrentamientos de tono menor, a pesar de que algunos delegados manifestaran cierto desasosiego ante la sensaci¨®n de que el Gobierno hab¨ªa realizado sus promesas con el fin fundamental de limar las discrepancias con UGT. Sobre todo, porque como reconoc¨ªa ayer un destacado dirigente, los compromisos asumidos por Joaqu¨ªn Almunia en sus cartas "son temas que pod¨ªan haberse resuelto hace ya varios meses".
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