El lider saharaui Mohamed Abdelaziz, elegido vicepresidente de la OUA

Mohamed Abdelaziz, presidente de la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD), que fue admitida como miembro de la Organizaci¨®n para la Unidad Africana (OUA) hace escasamente un a?o -pese a las protestas de Marruecos y Zaire, que abandonaron la organizaci¨®n-, ha logrado en esta cumbre un buen ¨¦xito diplom¨¢tico: ocupar una de las ocho vicepresidencias, lo que se interpreta como un espaldarazo a la causa saharaui y un gesto de firmeza de la organizaci¨®n africana frente a Hassan II.

Los encuentros bilaterales proliferaron durante la jornada de ayer en la 21? cumbre de la OUA, iniciada anteayer. El secretario general de las Naciones Unidas, Javier P¨¦rez de Cu¨¦llar, se entrevist¨® con el presidente de la RASD y con el presidente de Argelia, para explicarles el objetivo de su inmediata visita a Rabat. El presidente de la RASD, Mohamed Abdelaziz, hab¨ªa expresado su preocupaci¨®n y disgusto por el viaje de P¨¦rez de Cu¨¦llar a Marruecos.El secretario general de la ONU quiso dialogar personalmente con Abdelaziz para disipar sus temores ante la anunciada visita a la capital marroqu¨ª. La visita a Rabat, explic¨® P¨¦rez de Cu¨¦llar, forma parte del mandato recibido para tomar contacto con todas las partes interesadas en el conflicto. Parecidos argumentos utiliz¨® en su entrevista con el l¨ªder argelino, Chadli Benyedid, quien, a su vez, se hab¨ªa reunido previamente con Abdelaziz.

Mubarak, presente

El presidente de la RASD intentaba ayer, a ¨²ltima hora, organizar un encuentro con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, que asiste por primera vez a una cumbre de la OUA y que est¨¢ desplegando una intensa actividad para mejorar sus relaciones con otros pa¨ªses africanos, deterioradas a ra¨ªz del acuerdo de Camp David con Israel.Mubarak se entrevist¨® tambi¨¦n, el jueves, con el presidente de Argelia, Chadli Benyedid, aunque esta noticia no se dio a conocer hasta ayer. La entrevista tiene una gran importancia para Egipto, que ha encontrado siempre en Argelia un cr¨ªtico importante. Las relaciones entre los dos pa¨ªses estaban congeladas desde la firma de los acuerdos de Camp David. Fuentes diplom¨¢ticas egipcias se?alaron que la actitud m¨¢s moderada de Benyedid se debe, probablemente, al reciente acuerdo de asociaci¨®n firmado por Marruecos y Libia.

Los l¨ªderes africanos, que hacen frente, seg¨²n sus propias palabras, a la peor crisis econ¨®mica y social de la historia del continente, intentan ponerse de acuerdo, en el seno de la 21? cumbre de la OUA, para exigir una renegociaci¨®n conjunta de su deuda externa y poner en marcha un plan de urgencia que aumente la producci¨®n agr¨ªcola y aleje el espectro de una cat¨¢strofe alimentaria sobre ?frica a¨²n mayor que la actual.

Las conversaciones adquirieron a ¨²ltima hora de ayer un mayor tinte pol¨ªtico, al exigir la delegaci¨®n de Chad (cuyo presidente, Hiss¨¦n Habr¨¦, no se ha desplazado a la capital et¨ªope) que se introdujera en el orden del d¨ªa la discusi¨®n sobre la situaci¨®n de su pa¨ªs, parcialmente ocupado por Libia.

La sesi¨®n oficial se abri¨® con un informe del secretario general interino de la OUA, el nigeriano Peter Onu, quien reiter¨® la necesidad de que los pa¨ªses africanos act¨²en conjuntamente respecto al problema de la deuda y en la revitalizaci¨®n de la agricultura. "La crisis que atravesamos", dijo, "exige una reacci¨®n inmediata y conjunta porque los viejos problemas se han agravado y han nacido otros nuevos".

El presidente de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO), Edouard Saouma, por su parte, llam¨® la atenci¨®n sobre los crecientes signos de fatiga de los pa¨ªses que han enviado hasta ahora ayuda humanitaria, y advirti¨® que, si no se logra invertir la tendencia econ¨®mica, ?frica habr¨¢ llegado a un punto sin retorno.

El problema de los 170.000 millones de d¨®lares (unos 28 billones de pesetas) que debe ?frica a bancos privados, organismos de cr¨¦dito y pa¨ªses, se ha convertido en uno de los temas centrales de esta 21? asamblea de jefes de Estado, junto con la urgente necesidad de modificar los planes de desarrollo y la producci¨®n de alimentos.