Del recorte y otras perversiones
Los profundos enfrentamientos entre UGT, por un lado, y el Gobierno y el PSOE, por otro, en la reforma de pensiones han estado centrados en lo que se ha llamado "los efectos perversos de la ley". A juicio de la central socialista, estos efectos pod¨ªan resumirse en tres: el recorte de la cuant¨ªa inicial de la futura pensi¨®n, el efecto de expulsi¨®n (los trabajadores que quedar¨ªan sin derecho a prestaci¨®n con los nuevos requisitos), y la revalorizaci¨®n autom¨¢tica y de acuerdo con la inflaci¨®n real.Los debates en estos tres puntos no han concluido. Para los sectores de UGT m¨¢s afines a las tesis del Gobierno, las enmiendas asumidas por el Grupo Socialista han eliminado, o cuando menos suavizado la perversidad de la ley. Por el contrario, otros sectores, m¨¢s alineados con las posiciones de Nicol¨¢s Redondo, aunque reconocen la mejora, afirman que persisten los efectos negativos.
Los primeros argumentan que, salvo en lo que se refiere al recorte inicial, en los otros dos puntos el acuerdo es satisfactorio. As¨ª, el efecto de expulsi¨®n provocado por la aplicaci¨®n de un per¨ªodo de cotizaci¨®n mayor, y que en un principio estaba calculado que afectar¨ªa a 150.000 futuros pensionistas, se ha visto considerablemente reducido tras la modificaci¨®n introducida en los requisitos exigidos en las pensiones de invalidez. En esencia, en el texto original se establec¨ªa un per¨ªodo de cotizaci¨®n de 15 a?os para tener derecho a pensi¨®n de invalidez, con la enmienda se rebaja a 10 a?os.
En el punto de la revalorizaci¨®n, seg¨²n estos sectores, se ha conseguido el compromiso del Gobierno de que las pensiones por debajo del salario m¨ªnimo suban de acuerdo con la inflaci¨®n real y no con la prevista.
La mitad de lo pedido
Incluso en el recorte, para los que defienden esa suavizaci¨®n de la perversidad, se ha conseguido el 50% de lo que defend¨ªa UGT, al haberse aceptado una enmienda por la que el nuevo sistema de c¨¢lculo se aplicar¨¢ de forma gradual.
Frente a estas posturas, otros sectores consideran que seguir¨¢ produci¨¦ndose un efecto de expulsi¨®n y, sobre todo, que muchos trabajadores se ver¨¢n obligados a retrasar el momento de su retiro de la vida laboral como consecuencia de los 15 a?os que se siguen exigiendo para las pensiones de jubilaci¨®n. Y que, en cualquier caso, hay que instrumentar las medidas adecuadas para que los que se queden sin derecho a pensi¨®n puedan pasar directamente a las asistenciales.
En cuanto a la revalorizaci¨®n -y en esta misma l¨ªnea se pronuncia la resoluci¨®n del comit¨¦ confederal- tiene que obtenerse todav¨ªa un compromiso cierto del Gobierno. Pero lo que sigue siendo el nudo dentral de la pol¨¦mica, no se ha resuelto: el per¨ªodo transitorio para aplicar el nuevo per¨ªodo de c¨¢lculo -tomar en el primer a?o de aplicaci¨®n de la ley la cotizaci¨®n de cinco a?os, revalorizando tres, para seguir progresivamente hasta los ocho de c¨¢lculo- sigue suponiendo un recorte importante de las prestaciones.
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