Africanidad s¨®lo geogr¨¢fica
Ciertamente que es incuestionable la africanidad que en algunos comentarios publicados en EL PA?S se le atribuye a la ciudad de Melilla; pero ello s¨®lo en raz¨®n de su situaci¨®n geogr¨¢fica, argumento insuficiente para justificar su futura marroquizaci¨®n, ya que, despu¨¦s de casi cinco siglos transcurridos desde la llegada de los espa?oles (17 de septiembre de 1497) a un territorio de nadie como entonces era aquel, no puede ser cuestionable su espa?olidad por mucho que arguyan los s¨²bditos del pa¨ªs con el que es fronterizo.Lo denomino territorio de nadie, puesto que nadie pretend¨ªa su reivindicaci¨®n como suelo patrio; ni siquiera cuando los Reyes Cat¨®licos, que a la saz¨®n gobernaban en Espa?a, consultaron a los sultanes de Fez y Tlemencen, que manten¨ªan una lucha constante por su hegemon¨ªa en las zonas lim¨ªtrofes. Por el contrario, satisfizo a aqu¨¦llos la anexi¨®n a la Corona de Castilla de una tierra que hasta el desembarco de Pedro de Estopi?¨¢n y Viru¨¦s, contador del duque de Medina Sidonia, hab¨ªa servido de refugio a muchos de los piratas turcos y berberiscos que en aquella ¨¦poca asolaban el Mediterr¨¢neo, contribuyendo, pues, dicha epopeya a tranquilizar esa parte del norte de ?frica, posibilitando m¨¢s tarde la constituci¨®n de nuestro vecino Estado soberano.
Por consiguiente, a pesar de la duda que pueda suponer para muchos ciudadanos peninsulares el que Melilla tambi¨¦n es Espa?a, los espa?oles que all¨ª nacimos jam¨¢s podremos concebir como resoluci¨®n justa el desgajamiento de la ciudad en favor del Reino de Marruecos, m¨¢xime si recordamos que la misma es espa?ola 18 a?os antes que Navarra.-
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