Fiemme, una tragedia evitable
Desidia y corrupci¨®n est¨¢n detr¨¢s del hundimiento de la presa italiana
La tragedia se produjo 23 minutos y 20 segundos despu¨¦s del mediod¨ªa del d¨ªa 19 de julio, en el bell¨ªsimo valle del Fiemme, en los Dolomitas, a s¨®lo ocho kil¨®metros de la preciosa localidad tur¨ªstica de Cavalesi, en la provincia italiana de Trento. Y la rotura de la presa fue en seguida calificada de muerte absurda, adem¨¢s de muerte anunciada. Porque desde el primer momento hubo en Italia la clara sensaci¨®n e que aquellos 300 muertos no hab¨ªan sido el fruto de una calamidad natural, de un destino fatal, sino de desidias y responsabilidades bien concretas, con nombre y apellido.
Y esta vez la opini¨®n p¨²blica y toda la Prensa han sido muy claras y muy duras. Por eso, en seguida, el mismo Gobierno, que en el primer momento hab¨ªa preferido pensar en una desgracia provocada por las tormentas de los d¨ªas anteriores al desastre, tuvo que bajar la cabeza y aceptar que aquellos muertos de Fiemme eran no s¨®lo inocentes, sino el fruto amargo de especulaciones econ¨®micas y de negligencias penales.El primero que empez¨® a confesarlo en el Parlamento fue el ministro para la Protecci¨®n Civil, el democristiano Giuseppe Zamberletti. Afirm¨® que si hubiese sido ya aprobada una ley sobre la defensa del territorio, que se lleva arrastrando en el Parlamento durante 15 a?os sin conseguir luz verde, la tragedia "se hubiese podido evitar".
Desde los bancos de la oposici¨®n se oyeron cr¨ªticas dur¨ªsimas a los responsables del Gobierno. El primero que alz¨® la voz, cuando, a¨²n se estaba hablando de calamidad natural, fue el secretario general comunista, Alessandro Natta. Este dijo a las agencias informativas que los muertos del valle del Fiemme hab¨ªa que apunt¨¢rselos a dos motivos bien concretos: a "la negligencia de una empresa" y a "la falta de vigilancia de la autoridad competente".
Ordenes de detenci¨®n
Y as¨ª ha sido. De hecho, las primeras ¨®rdenes de detenci¨®n, los primeros que han acabado en la c¨¢rcel son los propietarios del embalse de la muerte, los hermanos de nacionalidad alemana Aldo y Giulio Rota, de 63 y 58 a?os de edad, respectivamente, y algunos administradores p¨²blicos del Ayuntamiento y de la provincia de Trento. Y no ser¨¢n los ¨²ltimos, ya que el fiscal general de aquella provincia ha enviado m¨¢s de 60 notificaciones judiciales.Los primeros detenidos han sido acusados de "homicidio m¨²ltiple involuntario" y de "negligencia agravada". De otros no se conocen a¨²n las acusaciones concretas. La Magistratura est¨¢ trabajando a ritmo acelerado, pero la tarea no es peque?a. Se trata de un embalse constru¨ªdo hace m¨¢s de 50 a?os, ha ido pasando con el tiempo de un propietario a otro y tienen que ser estudiadas arrobas de papeles para buscar responsabilidades concretas.
Seg¨²n las afirmaciones de los ge¨®logos, empezando por su presidente nacional, Floriano Villa -uno de los primeros que hizo el mismo d¨ªa de la tragedia una dur¨ªsima acusaci¨®n a las fuerzas pol¨ªticas-, la tragedia de Fiemme ha sido s¨®lo una peque?a muestra de lo que puede seguir ocurriendo en Italia si no se pone un remedio urgente.
Ba?era de tierra
Por lo que se refiere al embalse de Stava, en cuyo valle se segu¨ªa ayer excavando a la b¨²squeda de los ¨²ltimos restos humanos enterrados entre el fango, ya duro y profundo, lo m¨ªnimo que se puede decir es que los habitantes de la zona, desde hace a?os, ten¨ªan miedo de aquella especie de gran ba?era construida con tierra, en la que cada d¨ªa se echaban, para lavarlas, 600 arrobas de arena mezclada con fl¨²or y otros minerales arrancados a una vieja mina que surge encima mismo de la presa.Las autorizaciones, al principio, hab¨ªan sido dadas s¨®lo para lavar los productos de la mina, pero despu¨¦s los hermanos Rota obtuvieron de las autoridades p¨²blicas permiso para llevar hasta all¨ª material de otras minas. Y un d¨ªa la presa, sin controlar durante a?os, estall¨® como una calabaza a presi¨®n y sobrevino el apocalipsis de Tesero.
Y ahora las preguntas que se hacen los jueces son muchas: por ejemplo, c¨®mo se pudo dar permiso para construir chal¨¦s y hoteles debajo de un embalse casi antediluviano, del que tantos ten¨ªan miedo. Un bot¨®n de muestra es el de un anciano p¨¢rroco de aquellos lugares, que ten¨ªa una casita debajo mismo de la presa, pero no hab¨ªa querido ir a vivir all¨ª por miedo, como ha afirmado a un cronista de Il Menssaggero. Y a?adi¨® que por eso lo que hac¨ªa era alquilarla cada verano. Tambi¨¦n lo hab¨ªa hecho este a?o y su casa fue la primera arrollada por la furia de las aguas y del lodo: murieron en el acto "una mujer y sus cuatro hijos, a quienes se la hab¨ªa alquilado".
Uno de los m¨¢s graves problemas de Italia es que numerosos administradores p¨²blicos se corrompen f¨¢cilmente por dinero. Por eso no se excluye que muchas de las autorizaciones concedidas, tanto a los propietarios del embalse como a los constructores de chal¨¦s y hoteles, hoy reducidos a polvo, hayan podido ser fruto de esta corrupci¨®n burocr¨¢tica. "Ante un sobre abultado", dec¨ªa un juez, "ciertas autorizaciones se obtienen con demasiada facilidad".
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