El Gobierno dan¨¦s condena un ataque contra refugiados iran¨ªes

El Gobierno dan¨¦s, a trav¨¦s, de su ministro de Asuntos Exteriores y primer ministro interino, Uffe Ellemann-Jensen, conden¨® severamente ayer los sucesos del s¨¢bado en la ciudad de Kalundhorg, al oeste de Copenhague, donde cerca de 200 j¨®venes atacaron el hotel en el que se hospedan unos 50 refugiados iran¨ªes. El ministro calific¨® el episodio de verg¨¹enza para el pa¨ªs y de "desgraciada expresi¨®n de una posici¨®n negativa ante los extranjeros".

Agreg¨® tambi¨¦n el ministro que lo sucedido no refleja el sentir mayoritario del pueblo dan¨¦s, pero de todos modos anunci¨® la adopci¨®n de medidas para evitar la repetici¨®n de tales hechos.Los sucesos de Kalundborg se produjeron despu¨¦s de que algunos iran¨ªes abordaran a una chica danesa, un asunto delicado no s¨®lo para los muchachos daneses, sino tambi¨¦n para los de otros pa¨ªses, como Suecia, donde el n¨²mero de inmigrantes es elevado y donde las lugare?as tampoco suelen rehuir el contacto con los extranjeros.

Ya se hab¨ªa producido anteriormente en Copenhague un incidente de caracter¨ªsticas similares, aunque de menores proporciones, cuando j¨®venes refugiados fueron agredidos por haber bailado con chicas en una discoteca. Sin embargo, otras causas se mencionan como generadoras de una actitud hostil, en muchos casos abiertamente declarada, hacia los extranjeros. En los dos ¨²ltimos a?os, la afluencia de refugiados, especialmente de pa¨ªses del Oriente Pr¨®ximo, aument¨® considerablemente en Dinamarca. Ello ha suscitado un debate nacional en torno al tema en el que algunos participantes, pol¨ªticos y medios de informaci¨®n, no ocultan sus tendencias chovinistas.

La competencia en el mercado del trabajo, la incompresi¨®n frente a expresiones culturales ajenas, son algunos de los factores en juego. Recientemente, los atentados terroristas perpetrados en Copenhague, con un saldo de numerosos heridos y de cuantiosos da?os materiales, atribuidos a una organizaci¨®n de origen iran¨ª, aumentaron las tensiones. En general, y sobre todo en la capital, la tolerancia hacia los extranjeros es la norma entre los daneses. El episodio del s¨¢bado, sin embargo, ha puesto un signo de incertidumbre en las relaciones de los daneses con inmigrantes y refugiados.