El Tribunal Constitucional anula el acuerdo del Senado de impedir el procesamiento de Carlos Barral
El Tribunal Constitucional ha anulado la decisi¨®n del Senado de 23 de noviembre de 1983 por la que se deneg¨® la autorizaci¨®n para procesar al senador del PSOE Carlos Barral Agesta. Francisco Gracia Guill¨¦n present¨® en 1981 una querella contra el senador por un relato escrito por Barral que Gracia, Guill¨¦n estima injurioso. El Tribunal Constitucional considera que no se puede impedir el procesamiento de un parlamentario cuando los hechos nada tienen que ver con la actividad de las C¨¢maras. "Habr¨¢ un abuso de la inmunidad cuando sea utilizada para fines que no le son propios", se?ala la sentencia.
El Senado tendr¨¢ que reunirse nuevamente y tanto s¨ª accede o no al suplicatorio su acuerdo habr¨¢ de ser "razonado". El editor Francisco Gracia Guill¨¦n, relacionado profesionalmente con Barral hace varios a?os, present¨® recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional despu¨¦s de que el Senado denegara el suplicatorio para procesar a Barral. "La amenaza frente a la que protege la inmunidad s¨®lo puede serlo de tipo pol¨ªtico y consiste en la eventualidad de que la v¨ªa penal sea utilizada con la intenci¨®n de perturbar el funcionamiento de las C¨¢maras o de alterar la composici¨®n que a las mismas ha dado la voluntad popular", se?ala la sentencia del Tribunal Constitucional emitida el pasado 22 de julio, con lo que se sienta doctrina por primera vez respecto a los l¨ªmites de la inmunidad parlamentaria.?sta tiene su fundamento, y as¨ª lo reconocen fuentes de la direcci¨®n del Grupo Parlamentario Socialista, en la protecci¨®n de las actividadades parlamentarias y no en la de los diputados o senadores como personas individuales. "La respuesta negativa a la autorizaci¨®n ser¨¢ incorrecta y habr¨¢ un abuso de la figura constitucional de la inmunidad cuando ¨¦sta sea utilizada para fines que no le son propios", se?ala el fundamento jur¨ªdico sexto de los siete que contiene la sentencia.
El Tribunal Constitucional en su fallo de dos puntos, decide otorgar el amparo solicitado por Francisco Gracia Guill¨¦n y declara nulo el acuerdo del Pleno del Senado del 23 de noviembre de 1983 y reconoce el derecho del recurrente a que la autorizaci¨®n para procesar a Barral no sea de negada por razones ajenas a la finalidad de la inmunidad parlamentaria, "quedando restablecido en su derecho mediante el nuevo acuerdo que deber¨¢ adoptar el Senado". De esta forma, la C¨¢mara Alta debe estudiar nuevamente el caso Barral y si decide rechazar el suplicatorio tendr¨¢ que esgrimir razones de ¨ªndole pol¨ªtico-parlamentario. Ello resultar¨¢ harto dif¨ªcil toda vez que los hechos por los que Barral ha sido demandado nada tienen que ver con su funci¨®n de senador y se inscriben en fechas anteriores a que ostentara tal condici¨®n.
Recorrido irregular
La petici¨®n y posterior denegaci¨®n del suplicatorio de Carlos Barral Agesta ha seguido un recorrido irregular, desde el momento que el interesado pidi¨® que se concediera el suplicatorio, convencido de su inocencia, y solicit¨® de sus compa?eros senadores que autorizaran el suplicatorio ante su deseo de ser juzgado. "No quiero ampararme en mi condici¨®n de parlamentario en lo que es un proceso contra la libertad de expresi¨®n art¨ªstica", dec¨ªa el senador el 17 de noviembre de 1983. Su opini¨®n coincid¨ªa con la expresada por la direcci¨®n del grupo socialista, que di¨® ¨®rdenes para que se votara a favor del suplicatorio. Con la votaci¨®n secreta 40 senadores del PSOE rompieron la disciplina de voto y se impidi¨® que Barral compareciera ante la Justicia.
El demandante Francisco Gracia Guill¨¦n no se ha dado por vencido y ha continuado reclamando la reparaci¨®n de su honor que estima da?ado en todas las instancias jur¨ªdicas hasta que el Tribunal tonstitucional le ha abierto una nueva v¨ªa con la anulaci¨®n del acuerdo del pleno del Senado. La querella criminal del editor Francisco Gracia se basa en el relato escrito por Carlos Barral, en uno de los cap¨ªtulos de su novela Pen¨²ltimos castigos, que public¨® la revista literaria Los Cuadernos del Norte, de Asturias, en 1981. En aquellas fechas, Carlos Barral, editor y escritor, afirm¨® que "s¨®lo he hecho un retrato cruel y despiadado de Francisco Gracia, un hombre con el que tuve relaciones comerciales".
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