Alan Garc¨ªa estrena su mandato con dos d¨ªas de cierre bancario para controlar los cambios
El nuevo Gobierno peruano decret¨® ayer un cierre bancario de dos d¨ªas de duraci¨®n "para facilitar la aplicaci¨®n ordenada del programa econ¨®mico". No se espera ninguna decisi¨®n financiera espectacular, que, en cualquier caso, deber¨ªa haberse anunciado ya para que surtiera efecto al cierre de bancos y agencias de cambio. Se coincide en estimar que el feriado bancario obedece al intento de solidarizar la econom¨ªa peruana y propiciar un estricto control de cambios.
El presidente peruano, Alan Garc¨ªa, en su mensaje de toma de posesi¨®n, se refiri¨® ampliamente "a la divisa del capitalismo mundial que ha inundado nuestra econom¨ªa (...); en adelante la econom¨ªa, los salarios y las ganancias ser¨¢n medidos en moneda nacional y no en moneda extranjera (...); se hace ¨ªmperativo controlar nuestras transacciones con el exterior, rescindiendo el uso de la escasa moneda extranjera a las necesidades indispensables del pa¨ªs y sus mayor¨ªas".El sol peruano fue sustituido recientemente, bajo el Gobierno de Fernando Bela¨²nde, por el inti (sol, en quechua), con tres ceros menos, pero una inflaci¨®n superior al 200% anual ha ido consolidando el d¨®lar estadounidense como moneda corriente que se compra y se vende en cualquier esquina del centro de Lima. El cierre bancario era necesario para evitar retiradas masivas de dep¨®sito en moneda extranjera.
Con esta medida inicia su trabajo el nuevo Gobierno peruano y terminan unos excesos agotadores, que han durado tres d¨ªas, para aliviar el aislamiento policial en que asumi¨® el APRA el poder.
Jura p¨²blica
Alan Garc¨ªa hizo jurar a los miembros de su Gabinete, uno a uno, desde el balc¨®n del palacio de Pizarro ante un grupo de fervorosos partidarios; contemplar la parada militar fue posible, aunque s¨®lo con las manos libres de objetos, y tras permitir el registro de hasta los zapatos y calcetines.Cuando marchaba de pie en coche descubierto camino de la tribuna militar, alguien se refiri¨® a gritos al chaleco antibalas de Alan Garc¨ªa; ¨¦ste, en otro gesto que le caracteriza, abri¨® su chaqueta cruzada y mostr¨® a las gentes su pecho libre de resguardos.
En la noche del lunes, Alan Garc¨ªa y su esposa Cristina abrieron tres salones del palacio de Pizarro para recibir a dirigentes y miembros de base de las asociaciones de vecinos, sindicatos, organizaciones de vendedores ambulantes, l¨ªderes de poblados j¨®venes y otros representantes eminentemente populares que jam¨¢s hab¨ªan so?ado pisar el palacio presidencial.
Finalmente, Alan Garc¨ªa y su ministro de Asuntos Exteriores, Alan Wagner, acaso con excesivo voluntarismo y solemnidad, lograron aprovechar la presencia de mandatarios extranjeros para convocar a una reuni¨®n del Consejo Andino dentro de 70 d¨ªas que procure impulsar la apagada integraci¨®n subregional; tambi¨¦n acordaron la firma de una Declaraci¨®n de Lima, suscrita por representantes de 20 pa¨ªses latinoamericanos, en procura de la integraci¨®n continental, apoyo al Grupo de Contadora, respaldo a Argentina en su contencioso con el Reino Unido y reducci¨®n de armamentos.
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