Considero acertado

por su parte, incluir a Manuel Vicent entre los columnistas de su diario por su genial dominio de la pluma; pero lo que ya no considero tan acertada es la ¨²ltima columna publicada por dicho autor, concretamente, La corbata. Coincido con ¨¦l cuando dice que la desgraciada singladura de Felipe Gonz¨¢lez a bordo del Azor no ha gustado a nadie, y tambi¨¦n cuando afirma que se trata de un acto inconsciente. Yo a?adir¨ªa que motivado por inexperiencia pol¨ªtica. Donde ya no coincido con el autor en modo alguno es en su desprecio por los pobres ("En cuanto se los deja..."), ni en su tonillo despreciativo y aires de superioridad al hablar de los or¨ªgenes del presidente y de la etiqueta marina. Por otro lado, me parece genial el rese?ar la frase de Guti¨¦rrez Mellado, aunque con la educaci¨®n y elegancia natural que refleja, deja la frase siguiente a la altura del bet¨²n. No hac¨ªa falta que el se?or Vicent nos demostrara que puede insultar a Felipe de forma m¨¢s grosera si quiere, porque nadie lo duda, pero tampoco hac¨ªa falta que nos se?alara que tiene un alto conocimiento de la vestimenta de yacht. Si el gesto de la corbata molesta, y a m¨ª tambi¨¦n me desagrad¨®, lo hace no por ser signo de poco estilo al vestir, sino porque al pregonero del cambio no le pega llevar corbata en vacaciones, aunque cada vez sea m¨¢s reacio a desprenderse de ella. Su frase de la corbata, a diferencia de la del general que se queda en la forma y no entra en el fondo por delicadeza, parece m¨¢s la del rico elegante que trata de ridiculizar al pobre, molesto porque ¨¦ste le iguale.Madrid.