El Papa pide al inicio de su gira por el continente negro que se concilien africanidad y cristianismo
El DC-10 de Alitalia condujo ayer tarde a Juan Pablo II a Lom¨¦, la capital de Togo, con 10 minutos de anticipaci¨®n. En el aeropuerto le esperaba una acogida familiar, sin aparato militar, sin casi aparato policial. Todos se mov¨ªan, aplaud¨ªan, gritaban y cantaban cimbre¨¢ndose como palmeras movidas por el viento bajo un sol de justicia. En la primera misa celebrada en su tercer viaje a Africa, el Papa pidi¨® que se conciliara el sentimiento de africanidad con el cristianismo.
Grupos de animaci¨®n vestidos con los trajes tradicionales africanos, con los colores langosta, oro y aguamarina, interrump¨ªan a Juan Pablo II en su discurso gritando a ritmo de danza "Uni¨®n, paz y solidaridad", as¨ª como vivas al Papa. El Gobierno hab¨ªa pedido a la gente que no lanzara consignas pol¨ªticas, sino s¨®lo religiosas, porque el Papa es un "jefe religioso".En su primer discurso, tras confesar que el recibimiento le hab¨ªa conmovido, el Papa les halag¨® afirmando que Togo se ha convertido en "el s¨ªmbolo del encuentro Norte-Sur entre los pa¨ªses industrializados de la CEE y los pa¨ªses africanos".
Togo est¨¢ hoy considerado como la Suiza de ?frica, porque suele ser meta de conferencias internacionales. A pesar de que s¨®lo el 20% de los togoleses son cat¨®licos, la fiesta celebrada ayer por la llegada del Papa en Lom¨¦, la gente volcada en la calle y el entusiasmo que despert¨® la presencia del papa Wojtyla, daban la impresi¨®n de que el Papa hab¨ªa llegado a un pa¨ªs de Am¨¦rica Latina, donde el 99% de la poblaci¨®n es cat¨®lica.
Seguramente en estas latitudes la curiosidad por ver de cerca al gran sacerdote de Roma, una ciudad de la otra parte del mundo para los togoleses, ha sido un factor importante. Todos han salido a aplaudirle, a bailarle y a pedirle esperanza. Este personaje vestido de blanco lleg¨® al coraz¨®n del continente negro y conquist¨® a los togoleses llam¨¢ndoles amigos, una palabra que no suele usar el Papa cuando se dirige a los fieles, a quienes siernore llama hermanos.
Renovaci¨®n y pasado
Durante la primera misa de esta gira africana, celebrada ayer tarde, Juan Pablo II abord¨® ya la famosa y discutida africanizaci¨®n y tuvo una frase que en Europa hubiese sonado a revolucionaria. Dijo textualmente: "La tendencia humana m¨¢s comprensible es la de afianzarse o de volver al pasado. La renovaci¨®n puede hasta parecer una infidelidad al pasado. Pero en realidad es una aventura, un riesgo, y exige una renuncia e incluso una ruptura".Pero el problema es que en ?frica los grupos de te¨®logos m¨¢s progresistas afirman que para esta gente, ex colonizada culturalmente por la Iglesia de Roma, el problema no es el de romper con el pasado, sino el de ser fieles a sus ra¨ªces perdidas, a su identidad humillada frente a la imposici¨®n de un cristianismo amasado por los blancos y que ellos recibieron m¨¢s como una imposici¨®n que como una maduraci¨®n personal.
Juan Pablo II les dijo, sin embargo, que lo importante est¨¢ en llegar a un justo equilibrio entre lo viejo y lo nuevo y poder conciliar la exigencia de ser africano sin renunciar a la propia identidad y la de ser cristiano, sin renunciar tampoco a la propia fe.
A quien le pregunt¨® por qu¨¦ hab¨ªa ido por tercera vez a ?frica, le dijo: "Porque este continente tiene 40 Estados. Si acaso, deber¨ªa preguntarme por qu¨¦ s¨®lo he venido tres veces".
Togo es un pa¨ªs de menos de tres millones de habitantes, donde los cat¨®licos son apenas el 20% de la poblaci¨®n y los animistas superan el 60%, con una mezcl¨¢ de creencias ancestrales, pr¨¢cticas vud¨² y ritos tradicionales.
Los animistas predominan en las zonas m¨¢s subdesarrolladas de Togo, en tanto que los cat¨®licos se api?an en las zonas costeras. Los musulmanes alcanzan el 90% de la poblaci¨®n en el extremo norte, donde los cristianos suman s¨®lo el 3%.
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