La bomba desconocida
La bomba que destruy¨® Hiroshima sigue siendo un misterio para los cient¨ªficos que construyen una r¨¦plica exacta en Los ?lamos
Cuarenta a?os despu¨¦s de la destrucci¨®n de la ciudad de Hiroshima, la potencia exacta y la radiaci¨®n originada por aquella bomba, sigue siendo un misterio cient¨ªfico. Son tan grandes las preguntas y, tan importantes las respuestas para comprender los peligros de la radiaci¨®n, que los investigadores del laboratorio nacional de Los ?lamos, en Nuevo M¨¦xico, han dado el paso poco com¨²n de hacer una r¨¦plica exacta del arma nuclear arrojada sobre Hiroshima. Tras laboriosas pruebas han medido las radiaciones de la r¨¦plica, llevando con todo cuidado su n¨²cleo de uranio al punto donde empez¨® a experimentar la fisi¨®n nuclear, pero antes del punto de explosi¨®n.
El trabajo que realizan los cient¨ªficos en el laboratorio de Los ?lamos es parte de un esfuerzo internacional para reevaluar la bomba de Hiroshima y su efecto sobre los supervivientes de la explosi¨®n. El intento se inici¨® a principios de los a?os ochenta, cuando los investigadores descubrieron que los c¨¢lculos originales del efecto de la bomba eran inexactos."Es una especie de historia de detectives", dijo Wayne M. Lowder, un funcionario del Departamento de Energ¨ªa que supervisa el trabajo norteamericano. El programa implica ahora a 60 cient¨ªficos de Estados Unidos y Jap¨®n, y su costo se estima en unos 15 millones de d¨®lares (2.400 millones de pesetas), dijo Lowder. Se espera llegar al resultado final a principios del pr¨®ximo a?o, y se considera vital para comprender la amenaza de la radiaci¨®n para la salud humana.
"Se han producido un n¨²mero excesivo de muertes por c¨¢ncer (unas 500) en Hiroshima y Nagasaki debido a las radiaciones", dijo el doctor Robert F. Christy, m¨¦dico te¨®rico del Instituto de Tecnolog¨ªa de California, que es el cient¨ªfico coordinador del programa norteamericano. "Es el conjunto de datos m¨¢s grande existente sobre c¨®mo la radiaci¨®n provoca c¨¢nceres en los seres humanos".
"Lo que estamos intentando hacer es utilizar estos datos al m¨¢ximo para establecer los l¨ªmites de seguridad para la exposici¨®n humana a los rayos X y gamma", prosigui¨® Christy. "Este programa de reevaluaci¨®n conducir¨¢ a cambios significativos en la dosimetr¨ªa, en el c¨¢lculo de la cantidad necesaria para producir c¨¢nceres".
El trabajo no es solamente importante para estimar los efectos de las armas nucleares, sino tambi¨¦n para establecer los riesgos de la exposici¨®n a la radiaci¨®n donde quiera que se produzca, en el lugar de trabajo o en la industria, por ejemplo.
Los cient¨ªficos consideran que la revisi¨®n puede elevar especialmente las cuotas de riesgo de exposici¨®n a los rayos gamma, que son similares a los rayos X, pero mucho m¨¢s potentes. A?aden tambi¨¦n que las nuevas cuotas de riesgo pueden afectar a los pleitos interpuestos por los veteranos del Ej¨¦rcito norteamericano y otros expuestos a las radiaciones durante las pruebas de armas nucleares en la atm¨®sfera realizadas en Utah y Nevada en los a?os cincuenta.
Adem¨¢s de plantear cuestiones legales y m¨¦dicas, la historia de la bomba de Hiroshima apunta a las incertidumbres con que se enfrentan los estrategas militares que intentan predecir las consecuencias para la humanidad de una guerra nuclear.
"La lecci¨®n es que no tenemos una idea real de la amplitud de los efectos biol¨®gicos, de las armas nucleares utilizadas en tiempo de guerra", dijo el doctor Hugh Dewitt, un f¨ªsico del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, en California. "Las consecuencias pueden ser mucho peores de lo que creen en el Departamento de Defensa".
El laboratorio Livermore es una de las dos instalaciones de dise?o de armas nucleares en Estados Unidos. El otro es Los ?lamos, que fue creado en secreto durante la II Guerra Mundial.
Fueron f¨ªsicos de Los ?lamos quienes detonaron la primera bomba at¨®mica del mundo, en el desierto de Nuevo M¨¦xico, el 16 de julio de 1945. Veinti¨²n d¨ªas m¨¢s tarde, la ma?ana del 6 de agosto, su segunda bomba fue lanzada sobre la ciudad de Hiroshima.
En las d¨¦cadas que siguieron a la explosi¨®n de la bomba de Hiroshima, los f¨ªsicos utilizaron computadores y los pocos datos disponibles para tratar de desvelar sus misterios. El ¨²ltimo c¨¢lculo fiable era relativo a su potencia. El presidente Truman dijo al p¨²blico americano que la bomba equival¨ªa a 20.000 toneladas de trinitrotolueno (TNT) o 20 kilotones. Pero los cient¨ªficos estiman que su potencia era de entre 12 y 17 kilotones. Los c¨¢lculos de su radiaci¨®n se cre¨ªan m¨¢s aproximados; los f¨ªsicos de Los ?lamos calculaban que hab¨ªa emitido principalmente neutrones.
Pero a principios de los a?os ochenta, el doctor William E. Loewe, del laboratorios Livermore, utiliz¨® los computadores mucho m¨¢s potentes de su laboratorio para hacer un nuevo c¨¢lculo de la explosi¨®n, y descubri¨® que el c¨¢lculo estaba en clara contradicci¨®n con la creencia convencional. Sus c¨¢lculos demostraron que apenas se hab¨ªa producido radiaci¨®n de neutrones, y que la emisi¨®n de la bomba hab¨ªa sido principalmente de rayos gamma. Eso implicaba que los rayos gamma eran mucho m¨¢s letales de lo que se hab¨ªa cre¨ªdo en un principio.
Se despert¨® una viva pol¨¦mica
La bomba desconocida
entre los f¨ªsicos sobre la correcci¨®n de los c¨¢lculos. En la reuni¨®n anual de 1981 de la Sociedad de Investigaci¨®n de la Radiaci¨®n, Seymour Jablon, un funcionario de la Academia Nacional de Ciencias, concret¨® el desenga?o. "Es realmente sorprendente", dijo, "pensar que estamos aqu¨ª, 36 a?os despu¨¦s, para discutir cuestiones de magnitud de las dosis".El Gobierno de Estados Unidos no tard¨® en embarcarse en un ambicioso programa conjunto con Jap¨®n para aclarar la cuesti¨®n, suministrando c¨¢lculos de ordenador con el m¨¢ximo de datos y mediciones posibles.
Una r¨¦plica con materiales almacenados
La investigaci¨®n est¨¢ financiada por el Departamento de Energ¨ªa, que construye las bombas at¨®micas del pa¨ªs y estudia los efectos de las radiaciones sobre la salud, y la Agencia de Defensa Nuclear, que calcula los efectos de las armas nucleares sobre la salud. La Academia Nacional de Ciencias nombr¨® un comit¨¦ para revisar el trabajo norteamericano y coordinar los resultados con los japoneses.
En la cima de las monta?as de Nuevo M¨¦xico, en Los ?lamos, los f¨ªsicos construyeron una r¨¦plica de la bomba de Hiroshima utilizando materiales de decenas de a?os encontrados en el laboratorio. "Las partes mayores y caras fueron las no nucleares", dijo Whalen. "Las encontr¨¦ en el almac¨¦n de aqu¨ª, de Los ?lamos. Nunca lo hubi¨¦ramos conseguido sin ellas. Hab¨ªan sido dejadas de lado en una zona de almacenaje del ca?¨®n".
La pieza central del mont¨®n de material viejo fue una aut¨¦ntica vaina de bomba de tres toneladas fabricada durante la guerra para fabricar otra arma de uranio. La vaina era muy importante. Durante un instante cr¨ªtico, mientras la bomba de Hiroshima hac¨ªa explosi¨®n a una altura de 600 metros sobre la ciudad, la vaina actu¨® como filtro de la.radiaci¨®n de la bomba hasta que la expansi¨®n de la bola de fuego la desintegr¨® Una de las cuestiones es qu¨¦ tipos de radiaci¨®n filtr¨®. La otra, c¨®mo se desintegr¨®.
"Ha habido mucha pol¨¦mica sobre la sincronizaci¨®n de la cosa", dijo Jablon, de la Academia Nacional de Ciencias. "?Con qu¨¦ rapidez se desintegr¨®? Si la vaina se hubiera desintegrado un poco antes o un poco despu¨¦s, cambiar¨ªan las radiaciones que se filtraron".
Buscando las respuestas a esas cuestiones, los investigadores de Los ?lamos han montado con todo cuidado un n¨²cleo de uranio en el interior de la vieja vaina y acercaron sus partes lo suficiente para que se produjera la fisi¨®n. En esta reacci¨®n, un neutr¨®n acelerado fracciona un ¨¢tomo de uranio, desprendiendo una explosi¨®n de energ¨ªa y, por t¨¦rmino medio, otros dos neutrones, que se aceleran para continuar la reacci¨®n Los cient¨ªficos de Los ?lamos controlaron con todo cuidado la fisi¨®n para que la bomba funcionara como un reactor nuclear Acercando a una distancia relativa las partes de uranio hicieron que la bomba empezara a convertir materia (uranio) en energ¨ªa (calor y radiaci¨®n), pero no tan r¨¢pido como para que todo volara por los aires.
"No hubo peligro alguno", dijo Whalen. "Hay comit¨¦s de revisi¨®n que toman todas las medidas posibles para que cualquier experimento peligroso pase revisiones de seguridad. Llegan incluso a tener en cuenta cosas tales como lo que suceder¨ªa si se produjera un terremoto".
Durante la delicada operaci¨®n, la uniforme emisi¨®n de radiaciones imit¨® el desprendimiento de la bomba original, pero durante mucho m¨¢s tiempo. Los cient¨ªficos ya han acabado de medir la radiaci¨®n en toda la vaina de la r¨¦plica, y est¨¢n empe?ados en el an¨¢lisis de los datos.
La r¨¦plica no ha sido detonada. Los f¨ªsicos pod¨ªan haberlo hecho en los emplazamientos de pruebas subterr¨¢neas del Gobierno en el desierto de Nevada, pero decidieron conservar el ¨²nico dispositivo para otros posibles estudios posteriores de la bomba de Hiroshima.
Los resultados preliminares del estudio de Los ?lamos muestran que la bomba era de unos 14 a 16 kilotones y que, como hab¨ªa sugerido Loewe, la radiaci¨®n de neutrones parece que ha sido mer¨ªos importante, al contrario que la de rayos garrima, de lo que se hab¨ªa cre¨ªdo en principio.
Quedan experimentos pendientes
Todav¨ªa queda mucho por hacer para calcular la forma en que las radiaciones de la'bomba afectaron a los humanos de Hiroshima durante los ¨²ltimos 40 a?os. "Para traducir la radiaci¨®n a una dosis hay que tomar los rayos gamma de la explosi¨®n, transportarlos por 1.600 metros de aire, hacerlos pasar a trav¨¦s de la pared de un edificio o similar y ver lo que le sucede a un determinado ¨®rgano humano", dijo Whalen. "Entonces se compara la dosis de ese ¨®rgano con el mal de que niuri¨® la persona".
Para confirmar qu¨¦ tipos de radiaciones asolaron la ciudad, los cient¨ªficos analizaron los viejos aisladores de los postes telefl¨¢nicos de Hiroshima en el momento de la explosi¨®n. Los aisladores conten¨ªan un compuesto sulf¨²rico activado por ciertos tipos de radiaci¨®n. Esa activaci¨®n se est¨¢ midiendo hoy, y est¨¢ dando pistas sobre la potencia de las radiaciones de hace 40 a?os.
Tambi¨¦n en esto los resultados indican que los rayos gam¨ªna son mucho m¨¢s t¨®xicos de lo que se cre¨ªa.
"La consecuencia de esto es que el riesgo estimado para los rayos garrima tendr¨¢ que cambiar; probablemente ser¨¢ el doble", dijo Jablon. "Eso significa que para una dosis determinada, el riesgo puede ser el doble. No creo que sea m¨¢s de eso, e incluso es posible que sea menos".
"Probablemente cambien los riesgos estimados para algunos puntos finales biol¨®gicos determinados, como la leucemia y el c¨¢ncer de pulm¨®n", a?adi¨® Lowder, del Departamento de Energ¨ªa. Dijo que las implicaciones del trabajo ser¨¢n muy amplias, comprendiendo no s¨®lo a las futuras estimaciones de riesgo, sino tambi¨¦n probablemente a los casos legales originados por exposiciones en el pasado a radiaciones.
"Una esperanza com¨²n a todos los cient¨ªficos de este proyecto es que algo bueno se puede sacar de lo que, por otra parte, es una tragedia total", dijo
Copyright New York Times News Service, 1985.
Gadget, Little Boy y Fat Man
Esas dos primeras bombas at¨®micas eran muy distintas en dise?o y construcci¨®n, un hecho importante a la hora de comprender por qu¨¦ la bomba de Hiroshima sigue siendo un misterio. La primera bomba, conocida como The Gadget (artificio) utiliz¨® plutonio. Sus reacciones de fisi¨®n se iniciaron cuando unos explosivos convencionales provocaron la implosi¨®n de una esfera de metal de plutonio. Su detonaci¨®n tuvo lugar en un emplazamiento controlado, donde se hicieron muchas mediciones de su potencia y radiaciones.Por el contrario, la bomba de Hiroshima utiliz¨® uranio. Sus reacciones fueron activadas no por implosi¨®n, sino por la reuni¨®n r¨¢pida de dos piezas distintas de metal de uranio, al disparar una contra la otra con un dispositivo similar a un ca?¨®n. La bomba, conocida como Little Boy (El Chico), se deton¨® muy lejos de los expertos cient¨ªficos y de los instrumentos de Los ?lamos.
"Despu¨¦s de la guerra, el Gobierno construy¨® principalmente dispositivos de plutonio, debido a su mayor eficiencia", dijo el doctor Thomas B. Cochran, autor de Nuclear weapons databook (Libro de datos de las armas nucleares). "Con la implosi¨®n se puede conseguir compresi¨®n, y tiene una masa cr¨ªtica [el punto donde se junta suficiente metal fisionable para crear una reacci¨®n en cadena autosustentada] menor".
El resultado fue que la bomba de Hiroshima qued¨® en el abstracto, desde el punto de vista cient¨ªfico. Las bombas de plutonio se comprendieron mejor porque se ensayaron y se midieron sus potencias y radiaciones en las detonaciones en el sur del Pac¨ªfico y en Estados Unidos (la bomba arrojada en Nagasaki, Fat Man -El Gordo-, era tambi¨¦n de plutonio), pero la bomba de Hiroshima sigue siendo una curiosidad.
"No se hicieron pruebas con bombas del tipo de la de Hiroshima, ni de armas similares", dijo el doctor Paul P. Whalen, un f¨ªsico de Los ?lamos.
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