Con el idioma en la mano
Antonio Gim¨¦nez Rico, autor de cinco pel¨ªculas, es el presidente de la Asamblea de Directores y Realizadores Cinematogr¨¢ficos Espa?oles (ADIRCE), entidad que acoge a 140 directores. Gim¨¦nez Rico opina que la entrada en la CEE debe hacerse con el arma del idioma en la mano, ¨²nica forma, a su juicio, de defender la industria local. Las cuotas de distribuci¨®n y pantalla son los campos sobre los que los directores esperan ganar su lucha.El portavoz de ADIRCE a?ade que las negociaciones sobre el cine que se hicieron en marzo de 1982 tuvieron como primer fallo el que "Ios negociadores vendieron el cine a los comunitarios sin que los sectores empresariales del cine hicieran absolutamente nada. Es m¨¢s, como los empresarios est¨¢n desunidos, andan siempre a la gresca y tienen intereses encontrados, no se ocuparon de defenderse. En esta situaci¨®n se lleg¨® a un acuerdo por el que el cine se les regalaba, y adem¨¢s sin per¨ªodo transitorio, a partir del 1 de enero de l986".
Gim¨¦nez Rico advierte que la venta del cine espa?ol al resto del mundo se produjo en 1940, cuando se adopt¨® el doblaje obligatorio de las pel¨ªculas realizadas en lengua no castellana. "Este hecho hizo que entreg¨¢ramos al competidor nuestra mejor arma de defensa: el idioma. Las pel¨ªculas se estrenan en Espa?a y el consumidor paga los mismo por este producto, que hecho en otro idioma se consume como espa?ol. All¨ª se perdi¨® toda la batalla. Con todo, creo que no lo hacemos tan mal, porque si no el cine espa?ol ya hubiera desaparecido".
El presidente de ADIRCE asegura que "si esto llega a ocurrir en otro sector de la industria se monta un esc¨¢ndalo imparable. Se puede uno imaginar lo que ser¨ªa esta situaci¨®n llevada al mundo del autom¨®vil. Por ejemplo, que en los a?os del Seat 600 la gente pudiera comprar por el mismo precio un Mercedes. Evidentemente, el Seat se hubiera dejado de fabricar. Con el cine pasa lo mismo, porque por el mismo precio el consumidor puede ver Superman o una pel¨ªcula espa?ola. Con el agravante de que la pel¨ªcula norteamericana es indiscutiblemente mejor, industrialmente hablando".
Gim¨¦nez Rico asegura que el desembarco en Europa debe hacerse con todo el cuidado del mundo. "Ahora entramos en el Mercado Com¨²n, y realmente hay dos aspectos que se ver¨¢n muy afectados: la cuota de distribuci¨®n y la cuota de pantalla, y sobre ellos debemos luchar con u?as y dientes".
La cuota de distribuci¨®n es la limitaci¨®n existente sobre las licencias de doblaje. Las pel¨ªculas extranjeras tienen libre circulaci¨®n en Espa?a, pero siempre que se proyecten en versi¨®n original. Si se doblan necesitan una licencia. Para conseguir esta licencia la distribuidora que la solicite debe tener una pel¨ªcula espa?ola en su lista, y en funci¨®n de la recaudaci¨®n de ¨¦sta se pueden obtener m¨¢s licencias. "Ahora se equipara el cine espa?ol con el cine comunitario -dice Gim¨¦nez Rico- en cuesti¨®n de licencias de doblaje, en el sentido de que si el cine espa?ol no necesita doblaje el cine comunitario tampoco. Ahora es cuando debemos de reclamar nuestra gran arma, que es el idioma. Si el cine comunitario quiere doblaje, no hay por qu¨¦ regalarle ning¨²n privilegio. Una cosa es que no haya limitaciones y otra dar privilegios. Que se estrenen en versi¨®n original, y en caso contrario los directores pensamos que deben funcionar las licencias de doblaje, y el cine espa?ol es el ¨²nico que debe generar estas licencias".
Cuota de pantalla
Respecto a la cuota de pantalla -la obligaci¨®n que tienen los exhibidores de proyectar un d¨ªa de cine espa?ol por cada tres de cine extranjero- el portavoz de ADIRCE advierte que "ahora, con la entrada en el Mercado Com¨²n, esto se convierte en que por cada tres d¨ªas de cine extranjero se proyecta uno de cine comunitario, de forma que el cine europeo cubre esa cuota si se proyecta en versi¨®n original, pero si quieren doblar los filmes, cosa que me parece perfecta, no cubre cuota de pantalla. En cuanto se doblen dejar¨¢n de tener derecho a cubrir cuota de pantalla. Si estos dos aspectos se defienden, la entrada en el Mercado Com¨²n no ser¨¢ tan traum¨¢tica como se teme".
Las posibilidades de llegar a un pacto entre los distintos sectores de la industria son dif¨ªciles, en opini¨®n de Gim¨¦nez Rico, debido a la postura de los distribuidores. "A los distribuidores no les gustar¨ªa que hubiera cine espa?ol, porque, salvo raras excepciones, est¨¢n en manos de capital norteamericano. Prefieren estrenar La guerra de las galaxias o Superman que cualquier pel¨ªcula espa?ola".
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