Las cuentas de resultados de las instituciones financieras presentan crecimientos cercanos al 20%, sobre el a?o anterior
Las cuentas de resultados de los grandes bancos privados espa?oles al t¨¦rmino del primer semestre muestran, seg¨²n los datos de aquellos que las han dado a conocer, una fuerte recuperaci¨®n sobre el mismo per¨ªodo del a?o anterior, a la que se no se quiere dar especial publicidad ni por parte de los propios bancos ni del Banco de Espa?a, que, al parecer, ha vuelto a recomendar moderaci¨®n a la hora de anunciar el pago del primer dividendo a cuenta por parte de las entidades que lo hacen en los primeros d¨ªas del mes de agosto. Moderaci¨®n que se ha aceptado en l¨ªneas generales.
Los grandes bancos nacionales, como todas las empresas que cotizan en bolsa, tienen la obligaci¨®n -que no todas cumplen- de proporcionar su balance y cuenta de resultados trimestralmente a las juntas sindicales para que aparezcan publicadas de forma oficial. Algunas entidades aprovechan esa obligaci¨®n para que el presidente dirija una carta a los accionistas en la que, adem¨¢s de las cifras, realizan alg¨²n comentario sobre la evoluci¨®n del ejercicio y las previsiones. La tendencia se ha quebrado, de forma sorprendente, en este primer semestre, pocos d¨ªas despu¨¦s de que dos de los ochos grandes bancos publicaran sus cifras. Otros que iban a anunciar sus resultados decidieron callarse.El crecimiento de los beneficios, en cualquier caso, es bastante elevado, en contra de la opini¨®n, repetidamente manifestada por la mayor¨ªa de los responsables de los grandes bancos, en el sentido de que 1985 ser¨ªa un a?o dif¨ªcil para las instituciones financieras. El Banco de Bilbao, que ha hecho p¨²blicos sus resultados, declaraba 8.828 millones de pesetas de beneficios antes de impuestos -el 21% de incremento sobre el promedio de 1984-; el Banco de Santander, que tambi¨¦n ha dado a conocer sus cifras, obtuvo 8.509 millones de pesetas, el 10% de aumento en relaci¨®n a los seis primeros meses del a?o anterior. El Banco Popular obtuvo. 4.289 millones de pesetas de beneficio neto, lo que significa un crecimiento del 19,1 % en relaci¨®n al primer semestre de 1984. Otros bancos, que normalmente no hacen p¨²blicos sus resultados trimestrales, han anunciado el pago del primer dividendo a cuenta, del ejercicio actual. El Vizcaya lo ha elevado en cinco pesetas en relaci¨®n al de 1984. Banesto -que tampoco publica su cuenta de resultados trimestral- ha mantenido el dividendo a cuenta en 31 pesetas, lo mismo que el Santander, que lo ha fijado en 30 pesetas. El resto de bancos no ha anunciado dividendo a, cuenta y eso que algunas instituciones, como Central y Popular, sol¨ªan pagar el primer dividendo en el mes de agosto.
El peso del Estado
A principios de a?o se dejaban o¨ªr voces se?alando que el Estado, al necesitar importantes cantidades de dinero para financiar el d¨¦ficit p¨²blico, no s¨®lo privaba a los bancos de la libertad de invertir sus recursos donde quisieran, sino que tambi¨¦n pod¨ªa llegar a fijar claramente el nivel de resultados y de beneficios de las entidades. En conjunto, los bancos tienen invertido en torno al 17% de su pasivo en pagar¨¦s del Tesoro, adem¨¢s de las inversiones obligatorias que tienen que realizar para cubrir el coeficiente de inversi¨®n y del 18% que tienen, inmovilizado por el coeficiente de caja. En total, cerca del 50% de los recursos ajenos est¨¢n sujetos a regulaci¨®n.El mantenimiento de unos altos tipos de inter¨¦s en las subastas de pagar¨¦s del Tesoro y, sobre todo, la cesi¨®n temporal, con pacto de recompra, de estos activos por parte del Banco de Espa?a para intentar mantener el control monetario a unos tipos bastante elevados ha ayudado en gran manera a los bancos a lograr fuertes incrementos de sus cuentas de resultados. Ello al margen de que cada entidad ha mantenido, dentro de lo que cabe, una pol¨ªtica estrat¨¦gica distinta, pero se ha servido claramente de la presi¨®n al alza de los tipos de inter¨¦s.
La buena marcha del ejercicio de las instituciones financieras, corroborada por las recomendaciones indirectas de que no se hable de ello, y por la decisi¨®n de no mantener carreras por el crecimiento de su pasivo, puede permitir que en los meses que quedan para cerrar 1985, se produzca una nueva inflexi¨®n en los tipos de inter¨¦s. La vuelta a la normalidad del crecimiento monetario deber¨ªa implicar volver a colocar los tipos de inter¨¦s en los niveles en que estaban antes de que se produjeran las distorsiones que sembraron de incertidumbre a la autoridad monetaria y provocaron se?ales de advertencia, elevando los tipos.
Por otra parte los ¨²ltimos datos sobre los precios al consumo, con un incremento negativo en junio y unas expectativas de bajo crecimiento en agosto, permiten tambi¨¦n esperar nuevos descensos en los tipos de inter¨¦s nominales para que los reales permanezcan iguales. Otro de los escollos que parec¨ªa existir para no propiciar una baja de tipos de inter¨¦s, no deteriorar demasiado las cuentas de resultados de bancos y cajas de ahorro, dada la estrecha relaci¨®n entre los beneficios y los rendimientos de los pagar¨¦s del Tesoro, no parece ser demasiado importante a la vista de la obtenci¨®n de unos crecimientos cercanos al 20%.
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