El homenaje multitudinario a Alicia Alonso
En la historia de los Festivales Internacionales de Santander hay un cap¨ªtulo human¨ªsimo e interesante: el de los homenajes. Esta vez lo ha recibido Alicia Alonso, una vida para la danza en todas sus dimensiones, creacional, interpretativa y social. Gracias a la pasi¨®n, el saber y el denuedo de Alicia Alonso, el ballet es en Cuba una brillante y continuada realidad. Quien pudo encastillarse en su personal estrellato, de luminosidad reconocida por todos, sinti¨® la necesidad imperiosa de hacer escuela, esto es, de proyectar sus dones en la sociedad.Alicia Alonso es emocionante, y s¨®lo por verla danzar unos minutos en El lago de los cisnes val¨ªa la pena hacer el viaje a Santander. Mueve Alicia Alonso con levedad las manos, arquea los brazos, adelanta el paso, yergue la figura, y el arte se produce instant¨¢neamente a trav¨¦s de una ins¨®lita teor¨ªa de armon¨ªas y elegancias; la danza se hace m¨²sica del espacio, la geometr¨ªa se somete al latido humano, los ademanes tienen tanto de escult¨®ricos como de pict¨®ricos. En torno a la danza de Alicia Alonso el aire se torna visible como testimonio del espacio, tal como en Las hilanderas, de Vel¨¢zquez.
Vibraron conmovidas las m¨¢s de 3.000 personas que abarrotaban la Plaza Porticada ante la presencia actuante, ante la pervivencia incre¨ªble del arte de Alicia Alonso. Hab¨ªa que esforzarse mucho al final para pasar de la ¨ªntima impresi¨®n a la exteriorizaci¨®n del aplauso mult¨¢nime, como dir¨ªa Gerardo Diego. Pero era la ¨²nica forma de decir a Alicia Alonso nuestra larga admiraci¨®n por su talento intenso y su biograf¨ªa combativa.
El director del festival internacional, Jos¨¦ Luis Ocejo, subi¨® a escena para entregar a la gran artista cubana el recuerdo de una placa. Lo hizo en medio de las m¨¢s embravecidas ovaciones. Alicia respond¨ªa, una y otra vez, con sus gestos m¨¢s que consumados, sublimados, de danzarina. Cada uno de ellos demostraba una vieja y siempre renovada realidad: la del cuerpo humano como proyecto de arte que, de tarde en tarde, cobra realidad si ese cuerpo y esa inteligencia se llaman Alicia Alonso.
El p¨²blico que sigue el 34? festival ha aplaudido diversas creaciones del repertorio: Rara Avis, una coreograf¨ªa de Alberto M¨¦ndez sobre la expresi¨®n barroca germana e italiana de Haendel y Marcello; El gran paso de Paquita, coreograf¨ªa de Petipa sobre m¨²sica de Minkus; el ya aludido Lago de los cisnes, cuya tradicional coreograf¨ªa est¨¢ renovada por la propia Alicia Alonso. Hemos asistido, en fin, al interesante ensayo de un Hamlet gestual que se balancea entre lo pantom¨ªmico y lo expresionista. Yvan Tenorio traz¨® el gui¨®n e ide¨® la coreograf¨ªa, y cuatro autores -Alfredo G¨®mez, Ivan Leyva, Enrique Gonz¨¢lez y Mario Daly- responden de la parte musical, concebida desde un elemental funcionalismo.
Con Alicia Alonso habr¨ªa que citar un amplio grupo de bailarines primeros, principales y solistas. Se hace innecesario, pues el mayor valor del Ballet Nacional de Cuba es el trabajo de conjunto.
Babelia
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